Potente personalidad musical

Dentro del ciclo M¨²sica de hoy, hemos podido asistir a un nuevo homenaje a Carmelo Bernaola, figura visible de su generaci¨®n, muy rica en nombres y hechos.

En la primera parte, la serie de Superficies escritas entre 1961 y 1979 para diversas combinaciones instrumentales y, en alg¨²n caso, para solo. El concepto de Superficie aplicado al suceder musical lo asimil¨® Bernaola del m¨²sico rumano Sergiu Celibidache, aunque no ser¨¢ preciso aclarar que hizo del t¨¦rmino un uso bien distinto al de su maestro. Lo principal del ciclo es, como apunta Tom¨¢s Marco, en 1982, la liberaci¨®n del serialismo por v¨ªas de una flexibilidad expresiva. Y en este aspecto, las Superficies pueden valer como una primera s¨ªntesis de la invenci¨®n bernaolina, se trate de un cuarteto como la Superficie n? 4 (1968), de solistas o grupos mixtos.

La Sinfon¨ªa n? 3 llenaba la segunda parte. Data de 1990 y se estren¨® en el maravilloso teatro Farnese de Parma al a?o siguiente. Otra vez se trata de m¨²sica objetiva movida por un expresivismo rico en el que la variabilidad y la persistencia acotan con generosidad la continuidad del discurso. Admiramos en Bernaola un hecho innegable: su potente personalidad se manifest¨® con precisi¨®n a trav¨¦s de soluciones sonoras concretas. Todas poseen se?as de identidad, pero respetan los l¨ªmites impuestos por las ideas. Tanto el grupo Proyecto Guerrero como la formaci¨®n comunitaria encontraron en Encinar m¨¢s que la batuta, la orientaci¨®n fiel por lo que la audiencia sum¨® a sus homenajes al compositor el debido a sus comunicadores.

Esto sucedi¨® igualmente en otro concierto dado por la tarde en la misma sala: el de la Filarm¨®nica de Londres, dirigida por el alem¨¢n Ingo Metzmacher, nacido en Hannover, para el ciclo de Iberm¨²sica. Formidable formaci¨®n sinf¨®nica, de sonido denso, gran afinaci¨®n, alto virtuosismo y cantabilidad adecuada y hasta id¨®neos tanto para Wagner, cuanto para Shostak¨®vich en su Sinfon¨ªa en Do menor, de 1936. Es partitura interestil¨ªstica que, a veces, parece pr¨®xima a Prok¨®fiev y en ocasiones al Mahler m¨¢s narrativo y expansivo. La versi¨®n fue esplendorosa y quiz¨¢ superior a la de los fragmentos de Wagner aleteados por cierta superficialidad.