Cr¨ªticas a la posici¨®n de Chirac

El D¨ªa D, como defin¨ªa ayer el director de la revista Le courrier International al momento en que se decidir¨¢ el principio de la guerra, centra los editoriales de los semanarios que salieron ayer a los kioskos. "El veto improbable" titulaba la revista francesa Le Nouvel Observateur un an¨¢lisis sobre la posibilidad de que Jacques Chirac utilice este derecho en el Consejo de Seguridad. Su conclusi¨®n era clara: el presidente franc¨¦s no deber¨ªa hacerlo. "En caso de que no llegue a convencer, Francia no deber¨ªa oponer unilateralmente su veto a una decisi¨®n adoptada por la mayor¨ªa del Consejo. Porque ser¨ªa un atentado contra los principios mismos de su pol¨ªtica exterior", asegura.

Otro semanario franc¨¦s, Le Point, reflexiona sobre lo que ocurre entre bambalinas, sobre los intereses que impulsan las posiciones en el Consejo de Seguridad. "El principal defecto del disimulo general es que, detr¨¢s de la cortina, se sue?a mucho. Para los vamos-a-la-guerra estadounidenses, como para los vamos-a-la-paz alemanes, el sue?o puede terminar con sorpresas. Quiz¨¢ buenas, pero quiz¨¢ malas", dice.

The Economist ilustra su editorial en portada con uno de sus caracter¨ªsticos dibujos simb¨®licos: un rey de ajedrez solitario sobre un fondo blanco bajo el t¨ªtulo: "El final del juego iraqu¨ª". Y el influyente semanario brit¨¢nico renueva su decidida opini¨®n a favor de la necesidad de la guerra. "?Si el presidente iraqu¨ª no cede, debe hacerlo EE UU? No deber¨ªa", se?ala, y, m¨¢s adelante, a?ade: "Algunos dir¨¢n que Chirac tiene raz¨®n al correr el riesgo de defender la integridad del Consejo de Seguridad ante el abuso de EE UU. Pero si ¨¦sa es su intenci¨®n, Irak es el combate equivocado. Despu¨¦s de 12 a?os de desaf¨ªos, el dictador iraqu¨ª no ha cumplido con una resoluci¨®n un¨¢nime que le amenazaba con 'serias consecuencias'. La integridad del Consejo depende ahora de que autorice a EE UU a utilizar la fuerza para cumplir la voluntad de la ONU, no en cambiar su opini¨®n para obligar a los americanos a utilizar una coalici¨®n de voluntades fuera de su autoridad. Chirac tiene tiempo para reconsiderar su posici¨®n. Y, tanto por el inter¨¦s de Francia como por el del mundo, deber¨ªa hacerlo".