La condena de Plavsic
La condena a 11 a?os de c¨¢rcel de la ex presidenta serbobosnia, Biljana Plavsic, por el tribunal de la ONU que juzga los cr¨ªmenes de guerra en la antigua Yugoslavia cierra un peque?o cap¨ªtulo del libro del horror. La fiscal Carla del Ponte hab¨ªa pedido entre 15 y 25 a?os para la dirigente de m¨¢s rango de los hasta ahora sentenciados en La Haya. Pero los jueces han aplicado todos los atenuantes posibles a la mujer que fuera mano derecha pol¨ªtica del verdugo Radovan Karadzic durante la guerra de Bosnia, reconociendo la importancia de su entrega voluntaria hace dos a?os y su confesi¨®n de culpabilidad por el delito de persecuci¨®n ¨¦tnica y religiosa. A cambio, se retiraron otros siete cargos en su contra, entre ellos el de genocidio.
Ninguna sentencia puede hacer justicia al terror, el sufrimiento y el desamparo padecidos durante a?os por los centenares de miles de personas que fueron v¨ªctimas en Bosnia de la implacable campa?a serbia de exterminio y purificaci¨®n ¨¦tnica dise?ada desde Belgrado por Slobodan Milosevic, que hoy niega ante el mismo tribunal cualquier responsabilidad en esas y todas las dem¨¢s atrocidades masivas que han acompa?ado la desintegraci¨®n de Yugoslavia. Plavsic form¨® parte del n¨²cleo duro que, desde Pale, supervis¨® la pol¨ªtica de asesinatos, violaciones y deportaciones de musulmanes y croatas de Bosnia central. Y desde su posici¨®n intelectual, como cient¨ªfica destacada, teoriz¨® ese terror de Estado e hizo su apolog¨ªa.
La confesi¨®n de Plavsic no la redime. La dama de hierro tampoco ha accedido a testificar en ning¨²n otro proceso en La Haya contra sus correligionarios. Pero la ex presidenta serbobosnia, que comenz¨® a revisar su ultranacionalismo y a cooperar con Occidente a partir de 1996, ha tenido la decencia final, a los 72 a?os, de aceptar su parte de responsabilidad en esa tragedia colectiva. El reconocimiento de su crimen la humaniza. Y, m¨¢s importante, abre una espita imprescindible para la reconciliaci¨®n de una regi¨®n que vivir¨¢ mucho tiempo atormentada.
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