Un resultado inesperado

Nadie esperaba en el Parlamento un resultado tan estrecho, por lo que el Gobierno turco debe valorar el coste pol¨ªtico de una eventual segunda derrota. Las opociones son pocas, y el tiempo de maniobra, escaso: o acata el voto de ayer y se desdice de los acuerdos alcanzados, econ¨®micos y militares, con Estados Unidos o fuerza una nueva votaci¨®n, tal vez el martes.

El 80% de la poblaci¨®n rechaza la guerra (una manifestaci¨®n de m¨¢s de 50.000 personas recorri¨® ayer las calles de Ankara) y al menos 50 de los diputados islamistas moderados votaron en contra de la propuesta presentada por su Gobierno. Se trata, sostienen varios analistas locales, del primer gran rev¨¦s de un Ejecutivo que lleva cuatro meses en el poder y que aspira a disipar cualquier temor occidental sobre sus intenciones.

Poco despu¨¦s de la votaci¨®n, el ministro turco de Exteriores, Yasar Yakis, llam¨® al embajador estadounidense en Ankara para informarle sobre lo sucedido. Esta misma embajada emiti¨® un breve comunicado tras la confusa sesi¨®n parlamentaria, en el que dec¨ªa: "Respetamos el proceso democr¨¢tico. Nuestras relaciones con Turqu¨ªa van a continuar".

Pese a esas palabras conciliadoras del embajador, todos saben que un rechazo definitivo del despliegue tendr¨ªa un efecto negativo, econ¨®mico, al perder las ayudas negociadas, y pol¨ªtico, pues Turqu¨ªa no podr¨ªa vigilar el Kurdist¨¢n iraqu¨ª sin Sadam Husein.

El ex presidente del Parlamento, Husametin Cindoruk, augur¨® que un rechazo al despliegue tendr¨ªa graves consecuencias en las relaciones turco-americanas.

Para el Pent¨¢gono, Turqu¨ªa es esencial, pues sus planes de invasi¨®n de Irak contemplan dos frentes, uno en el norte y otro en el sur desde Kuwait.