"?Ojal¨¢ me haya salido una novela galdosiana como 'La desheredada'!"
Jos¨¦ Mar¨ªa Merino (A Coru?a, 1941) acaba de publicar su novela m¨¢s ambiciosa. El heredero (Alfaguara) es una indagaci¨®n literaria, y a la vez hist¨®rica, en el siglo XX espa?ol. Merino fija su mirada en cuatro generaciones de una familia norte?a: arranca con el bisabuelo, un indiano llamado El Puertorrique?o, atraviesa los terribles secretos de la guerra civil con la abuela La Buli; dobla la esquina de la esperanza de la generaci¨®n del 68 con Tom¨¢s, un padre pintor, y llega al presente, donde vive y escribe el narrador y heredero: Pablo Tom¨¢s, un joven profesor de literatura que adora a Gald¨®s.
La saga, que alterna memoria, misterios y sorpresas, y mezcla novela, cuentos y cartas, incorpora retazos de la tradici¨®n simb¨®lica tan querida por Merino (hay lugares m¨ªticos como la casa de Isclacerta y una casa de mu?ecas), pero el escritor advierte que ¨¦ste es su libro "menos fr¨ªo y herm¨¦tico y m¨¢s sentimental". Merino explica que ha "conjurado algunos fantasmas personales" y que, de paso, quer¨ªa "rendir homenaje a Gald¨®s y a los autores republicanos de las novelas de kiosco".
Pregunta. Ha dicho que esta novela naci¨® de la angustia que le daba cerrar en falso el siglo XX.
Respuesta. Es que pens¨¢bamos que el siglo XX no iba a terminar nunca, y de pronto acab¨® y miramos a la estanter¨ªa y no estaba all¨ª el lomo colocado con todos los dem¨¢s. De repente estaba cerrado para siempre, y no me pareci¨® mal utilizar esa par¨¢bola para escribir sobre el siglo a trav¨¦s de diversos personajes, sentimientos, fracasos y sucesos.
P. Con la ambici¨®n de mirar al pasado y cubrir el siglo entero, empezando por la emigraci¨®n a Am¨¦rica.
R. S¨ª, con un repaso a cuatro promociones de una familia, con muchos hombres y mujeres. Pero no tanto como una mirada al pasado, sino como la narraci¨®n de alguien que intenta entender qui¨¦n es y dar orden a su confusi¨®n. Alguien que trata de entender su identidad y ve que esa identidad es contradictoria, que no es un destino, sino algo que se descubre, se asume e incluso se inventa a trav¨¦s del tiempo.
P. Y que en el caso espa?ol depende mucho de sucesos externos, hist¨®ricos, incontrolables...
R. S¨ª, la generaci¨®n del indiano que emigra a Puerto Rico se vio muy influida por el desastre de las colonias; la guerra civil fue crucial para la identidad, porque llen¨® las vidas de secretos y mentiras que muchos conocen pero nadie quiere contar. La gente del 68, que ser¨ªa la tercera generaci¨®n, la m¨ªa, no quiso romper esos secretos, sab¨ªa que eran dolorosos; es la cuarta, la del joven profesor, la que se atreve a hacerlo, y curiosamente ¨¦l termina emigrando a Am¨¦rica y eso cierra el c¨ªrculo, en cierto modo.
P. Pero muchos secretos de la guerra siguen sin aclararse.
R. Cuando acab¨¦ la novela, en 2001, estaban abriendo fosas comunes en la comarca donde transcurre. Las mentiras y las medias verdades, los silencios de los testigos, el dolor y la sangre y el sufrimiento de la guerra son un gran nutriente de la novela. La guerra sigue ah¨ª, las fosas tambi¨¦n. Es l¨®gico que eso siga estando en las novelas, lo usan incluso las nuevas generaciones.
P. ?En ¨¦sta hay autobiograf¨ªa?
R. S¨ª: est¨¢n mis recuerdos, algunos fantasmas de mi familia. Todo tratado desde la intuici¨®n, la literatura, la sospecha po¨¦tica... Pero casi todas las cosas que hay en la novela est¨¢n en mi experiencia. Cuando acabo un libro suelo quedarme perplejo, pero esta vez, no s¨¦ si porque me he hecho mayor, he dicho todo lo que quer¨ªa decir. Para m¨ª, la ficci¨®n es la primera sabidur¨ªa de la especie humana, y la literatura ha heredado esa forma de sabidur¨ªa. Es decir, que aqu¨ª est¨¢ la realidad como fue, pero convertida en materia de ficci¨®n, literaria, narrativa, po¨¦tica, simb¨®lica...
P. Mezclada con diversos homenajes m¨¢s o menos expl¨ªcitos.
R. Est¨¢ el evidente a Gald¨®s, y uno m¨¢s general, a los escritores republicanos que escrib¨ªan escondidos novelas populares, del oeste, de fantas¨ªa cient¨ªfica de kiosko. Y adem¨¢s, hay otro a la novela de sentimientos, porque creo que la literatura, en este momento de efectos especiales, tiene que ofrecer sentimientos, emociones...
P. ?Volver al XIX?
R. Bueno, El heredero quer¨ªa ser una novela-r¨ªo, pero rompiendo la linealidad, escrita desde el presente y con muchos personajes distintos. Procur¨¦ que fuera m¨¢s compleja que otras m¨ªas, m¨¢s rica en comportamientos y en sentimientos, m¨¢s galdosiana. ?Y ojal¨¢ me haya salido galdosiana! ?Sobre todo si se parece al Gald¨®s de La desheredada!
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