El Gobierno del PP aplaza la Ley de Grandes Ciudades

Ni Carta Municipal, ni Ley de Grandes Ciudades. Nada de nada. El Ministerio de Administraciones P¨²blicas ha comunicado verbalmente al Ayuntamiento de Barcelona que no aprobar¨¢ el texto ya anunciado de Ley de Grandes Ciudades, y mucho menos la Carta de Barcelona. En su lugar estudiar¨¢ "una serie de modificaciones legislativas", seg¨²n explic¨® ayer el concejal de Presidencia, Ernest Maragall, que fue rotundo al enjuiciar la decisi¨®n: "El Gobierno del PP milita y act¨²a contra Barcelona".

La comunicaci¨®n la realiz¨® Gabriel Elorriaga, secretario de Estado de Administraciones P¨²blicas, la semana pasada. En una conversaci¨®n telef¨®nica con Ernest Maragall, le inform¨® de que el Gobierno hab¨ªa decidido no impulsar la Ley de Grandes Ciudades, sino un conjunto de medidas legislativas que se remitir¨¢n al Congreso despu¨¦s que se hayan celebrado las elecciones municipales.

"Ni nos han enviado esos documentos, ni nada. No puede ser que la Carta de Barcelona se quede en un caj¨®n porque un Gobierno, el del Partido Popular, sea incapaz de gobernar y de poner de acuerdo a sus propios alcaldes", enfatiz¨® Maragall, que ironiz¨® sobre la "situaci¨®n" en la que se coloca el Partido Popular con vistas a las elecciones municipales.

"De momento s¨®lo levantamos acta de lo que acaba de ocurrir, luego ya veremos qu¨¦ iniciativas tomamos", a?adi¨® el m¨¢ximo responsable municipal en la negociaci¨®n de la Carta de Barcelona.

M¨¢s de cuatro a?os de conversaciones m¨²ltiples con los sucesivos titulares de la cartera de Administraciones P¨²blicas no han servido para nada. La Carta -un conjunto de medidas especiales que dotan de m¨¢s competencias a la Administraci¨®n local, aprobadas por el consistorio y por el Parlament por unanimidad- se empez¨® a discutir poco antes de las elecciones generales de 2000.

A lo largo de los ¨²ltimos cuatro a?os, el Gobierno del PP ha cambiado de opini¨®n reiteradamente. En un primer momento, se estudi¨® la posibilidad de introducir modificaciones legislativas concretas, pero el PP enseguida vir¨® de direcci¨®n y dej¨® claro que si Barcelona llegaba a tener un r¨¦gimen especial -tanto financiero como en materia de seguridad y justicia local-, no ser¨ªa la ¨²nica ciudad en contar con ¨¦ste.

Hace un a?o, el Senado acord¨® "impulsar la tramitaci¨®n de la Carta Municipal". Despu¨¦s cre¨® una comisi¨®n espec¨ªfica por la que pasaron tanto alcaldes de las principales ciudades como todas las formaciones pol¨ªticas para recabar propuestas y puntos de vista.

Despu¨¦s de m¨²ltiples sesiones de esa comisi¨®n, hace algo m¨¢s de un mes el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, anunci¨® que antes de las elecciones municipales se aprobar¨ªa una Ley de Grandes Ciudades con un tratamiento espec¨ªfico para Madrid y Barcelona. Ese planteamiento no gust¨® a casi nadie: ni a los defensores de una ley de capitalidad para Madrid, ni acababa de encajar en el Ayuntamiento de Barcelona -que ve¨ªa peligrar el cuerpo legislativo aprobado por la ciudad y el Parlament-, y tuvo la virtud de molestar a alcaldes de numerosas ciudades -algunas importantes gobernadas por el PP- que se opon¨ªan a una especificidad para Madrid y Barcelona.

"Precisamente, encajar la Carta dentro de un proyecto de grandes ciudades era, de alguna manera, la coartada que el PP ten¨ªa para aprobar la Carta Municipal, y ahora se han quedado sin ella. Ya veremos c¨®mo se presentan ante Barcelona", insist¨ªa ayer Maragall.