Euskera y pol¨ªtica
El cierre cautelar del diario Egunkaria y la detenci¨®n y procesamiento de sus directivos por parte del juez Del Olmo han elevado algunos grados m¨¢s la temperatura pol¨ªtica de la, ya de por s¨ª recalentada, sociedad vasca, sacando a la luz algunas de sus m¨²ltiples perversiones. En este caso, al permitir escenificar a la comunidad nacionalista una de sus irredentistas obsesiones hist¨®ricas: la persecuci¨®n pol¨ªtica del euskera y de lo vasco por parte de los espa?oles, encarnados por su Estado opresor, encontrando as¨ª un motivo m¨¢s para su construcci¨®n nacional negativa y retroalimentando su enfermizo belicismo antiespa?ol y su odio ¨¦tnico. En efecto, desde que el integrismo reaccionario de Sabino Arana encontrara este bander¨ªn de enganche para, desde su ag¨®nica sacralizaci¨®n, crear la ideolog¨ªa ¨¦tnica de lo vasco, el nacionalismo no ha parado de instrumentalizar pol¨ªticamente este patrimonio com¨²n de vascos y espa?oles. Creo, sinceramente, que aqu¨ª est¨¢ la clave de esta movida de los ¨²ltimos d¨ªas: el nacionalismo vasco, mayoritariamente etnicista, prefiere, de forma irresponsable y abusiva, la apropiaci¨®n ideol¨®gica y pol¨ªtica del euskera a aceptar su democratizaci¨®n.
Cualquier lengua es propiedad exclusiva de todos y cada uno de sus hablantes, que son quienes deciden utilizarla o no y, adem¨¢s, lo hacen a su manera. Pero, las lenguas son tambi¨¦n un patrimonio de la comunidad, sea toda ella hablante o no. A Sabino Arana y a la tenacidad del nacionalismo vasco hay que asignarles un papel protagonista en los indiscutibles ¨¦xitos hist¨®ricos en la conservaci¨®n, modernizaci¨®n y normalizaci¨®n de este ancestral veh¨ªculo de comunicaci¨®n. A la represi¨®n de la dictadura y a la mentalidad homogeneizadora de un rancio y fundamentalista nacionalismo espa?ol, que confundi¨® hegemon¨ªa del castellano con monoling¨¹ismo, hay que atribuirles parte de la responsabilidad en la minorizaci¨®n de la riqueza ling¨¹¨ªstica regional, primero, y en la activaci¨®n de este movimiento pendular, m¨¢s tarde, al dotar de plausibilidad al encapsulamiento irredentista y sacralizador. Por su parte, a las sociedades espa?ola y vasca y a sus instituciones democr¨¢ticas habr¨¢ que reconocerles la voluntad y el derecho a resolver esta din¨¢mica infernal, al democratizar todas (o casi todas) las lenguas regionales. Con la Constituci¨®n y los Estatutos, el euskera y otras lenguas regionales, en una naci¨®n y un Estado pluriling¨¹es, ya son s¨®lo patrimonio de sus hablantes biling¨¹es y de toda la comunidad, que se ha reconocido a s¨ª misma como oficialmente biling¨¹e o multiling¨¹e, circunscribiendo su politizaci¨®n a lo que son las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas. ?stas son las que pueden variar seg¨²n su inspiraci¨®n ideol¨®gica, pero nunca romper el equilibrio comunitario o el consenso ling¨¹¨ªstico, necesarios para compensar muchos de los sacrificios y desgarros que, demasiadas veces, comportan. La discusi¨®n sobre el volumen y la justificaci¨®n presupuestaria de estas pol¨ªticas, su implicaci¨®n medi¨¢tica, administrativa o educativa o las desviaciones sobre el mercado laboral o la igualdad de oportunidades tienen su raz¨®n de ser en los costes sociales y los rendimientos pol¨ªticos que pueden producir, sobre todo cuando ¨¦stos resultan claramente diferenciales, si no intencionalmente discriminatorios. Que expliquen, si no, los partidos autonomistas en el Pa¨ªs Vasco el balance final y el precio social y pol¨ªtico que est¨¢n pagando por dos d¨¦cadas de desarrollo de las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas nacionalistas a partir de su, fundacional, pol¨ªtica de consenso y sus concesiones iniciales. Pese a haber sido conjurados gran parte de los riesgos del conflicto ling¨¹¨ªstico, sobre todo por tal pol¨ªtica de concesiones, si no de dejaci¨®n de responsabilidades, por parte de los autonomistas, el nacionalismo vasco se resiste a la democratizaci¨®n del euskera y por eso lo politiza ¨¦tnicamente. Persiste en su obsesi¨®n patrimonial, en su sacralizaci¨®n irredentista y en su instrumentalizaci¨®n comunitarista, aun a costa de romper la sociedad vasca en comunidades enfrentadas. Aunque no es impensable que no sea, precisamente, para provocar tal ruptura, con la pretensi¨®n de confrontar dos legitimidades que hagan plausible la inevitabilidad de los actuales objetivos pol¨ªticos del nacionalismo gobernante, embarcado en una din¨¢mica de populismo autoritario, al que no le repugna recoger los beneficios pol¨ªticos de los violentos, a pesar de la ret¨®rica de las jaculatorias condenatorias. En esto se basa, de forma permanente y estrat¨¦gica, la activaci¨®n del victimismo nacionalista, que ni siquiera tiene el pudor de detenerse ante la sangre caliente de sus aut¨¦nticas v¨ªctimas.
No es el juez, que cierra de forma cautelar Egunkaria, ni siquiera el Gobierno de la naci¨®n o los partidos autonomistas, todos ellos metidos en el totum revolutum comunitarista, los que politizan y persiguen al euskera y a los vascos, sino que son los l¨ªderes y el movimiento etnicista del nacionalismo vasco los que vienen instrumentalizando pol¨ªticamente y aprovech¨¢ndose ventajistamente de su desarrollo. Esta escenificaci¨®n rupturista y deslegitimadora de nuestro modelo de convivencia ling¨¹¨ªstica muestra una profunda perversi¨®n ideol¨®gica y pol¨ªtica del nacionalismo vasco, al tiempo que trata de ocultar otras perversiones morales m¨¢s graves. ?Cu¨¢ntos casos de arribismo, aprovechamiento, exclusi¨®n, incompetencia desleal, extorsi¨®n, control social, temor y, claro est¨¢, mercado negro se podr¨ªan denunciar por tal instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica, favorecida por la buena fe y la voluntad de pasar esta p¨¢gina hist¨®rica por parte de la sociedad vasca? Las v¨ªctimas de tal perversi¨®n patrimonial no son s¨®lo castellanohablantes, sino tambi¨¦n muchos euskaldunes, algunos de ellos profesionales del euskera; en definitiva, el euskera mismo y la sociedad vasca y su modelo de convivencia plural y c¨ªvica.
Resultan comprensibles, y adem¨¢s son leg¨ªtimas, las dudas sobre la entidad de las pruebas esgrimidas en la actuaci¨®n judicial o, incluso, sobre la proporcionalidad de sus medidas, sobre todo en cuanto que afectan al cierre de un medio de comunicaci¨®n, a la libertad de expresi¨®n e informaci¨®n o a personas, de cuya integridad personal o profesional cuesta trabajo dudar o cuya situaci¨®n f¨ªsica o ps¨ªquica provoca compasi¨®n y hasta cierto esc¨¢ndalo. Pero es m¨¢s escandaloso que la ira y la ret¨®rica de toda esta movida no se cebe con los aut¨¦nticos enemigos del euskera, de lo vasco y de los valores de la democracia, es decir, con los que lo usan para fines ileg¨ªtimos. Al fin y al cabo, los primeros en denunciarlo fueron algunos l¨ªderes nacionalistas, pero, claro, eran otros tiempos. Una vez m¨¢s, la enfermedad pol¨ªtica del oportunismo. Puede haber ingenuos y buenazos, como en todos los sitios, pero en Euskadi, donde casi todos nos conocemos, y en relaci¨®n con las cosas e instituciones que tocan los violentos, no cabe ni el enga?o ni la ingenuidad, y mucho menos el esc¨¢ndalo farisaico. No parece que se haya cerrado cautelarmente Egunkaria por las cosas que dice o por c¨®mo informa, de lo que muchos tendr¨ªamos mucho que decir y protestar. Al fin y al cabo, no lo hace peor, yo dir¨ªa que en algunos casos incluso mejor, que Gara, Deia, ETB o Radio Euskadi. Por lo que sabemos y a falta de que los tribunales emitan sentencia, ha sido por la presunta penetraci¨®n e instrumentalizaci¨®n org¨¢nica, societaria y personal de las redes mafiosas del terrorismo. ?No es esto m¨¢s grave que todo lo dem¨¢s? ?No es escandaloso que el nacionalismo trate de tapar esta realidad de todos conocida con otras ret¨®ricas de victimismo oportunista? A estas alturas es sobradamente conocido que la red terrorista y sus mallas subculturales tienen tocada buena parte de nuestro tejido institucional y social, por no hablar de nuestra textura moral, mientras que el nacionalismo gobernante se dedica, irresponsablemente, a obstaculizar sistem¨¢ticamente su desentra?amiento y a encabezar movidas como la presente. ?Por qu¨¦ ser¨¢?
Francisco Jos¨¦ Llera Ramo es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, autor de Los vascos y la pol¨ªtica y director del Euskobar¨®metro.
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