Fugas y Caja ¨²nica

El continuo goteo informativo motivado por la fuga de concejales del PP puede agravarse esta semana ante la posici¨®n del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en relaci¨®n al conflicto de Irak. Las cosas se pueden complicar a¨²n m¨¢s si finalmente se desencadena la guerra. El chaparr¨®n pilla a los populares con mucha tarea por delante de aqu¨ª a las elecciones municipales. No tienen todav¨ªa concluido el proceso de elaboraci¨®n de las listas y candidatos a las alcald¨ªas as¨ª como el de la redacci¨®n de los programas que presentar¨¢n a sus electores.

De eso hablar¨¢n hoy en un hotel madrile?o. Lo importante, se?alan, es centrarse en afrontar este desaf¨ªo y marcar un discurso ¨²nico con que el sortear la adversidad que les supone la convivencia con una opini¨®n publica cada vez m¨¢s molesta con ellos. Pero ese llamamiento al cierre de filas puede chocar con la l¨®gica pelea que inmediatamente se suscita a la hora de configurar dichas listas. Se trata de unas disensiones internas que pueden extremarse si, finalmente, se desencadena la ofensiva militar sin aprobaci¨®n de la ONU.

La deriva de Pimentel muestra que el malestar en el PP es mayor de lo que pod¨ªa pensarse

Lo que est¨¢ claro es que cada vez son m¨¢s los que deciden marcharse dejando a su partido en una dif¨ªcil situaci¨®n. Y lo peor es que sus rectores en Andaluc¨ªa, hasta ahora, al menos, no han sabido articular una respuesta sensata con la que salir airosos del trance. Se dedican a descalificar a los que se marchan pero, al mismo tiempo, son perfectamente conocedores de la inquietud que existe en el seno de esta organizaci¨®n en desacuerdo con la l¨ªnea que se est¨¢ siguiendo. No hay m¨¢s que ver la deriva que est¨¢ tomando el ex ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, para comprobar que el malestar interno es m¨¢s profundo de lo que podr¨ªa pensarse. Por de pronto, ya ha anunciado Pimentel que en caso de que Espa?a apoye la guerra, sin el visto bueno del Consejo de Seguridad, abandonar¨¢ el partido, aunque habr¨ªa que pensar si no ha tenido razones m¨¢s que suficientes como para romper antes de forma definitiva.

Para capear el temporal no hay nada mejor para los populares que resucitar su asunto preferido en Andaluc¨ªa que no es otro que el de las Cajas, aprovechando la reivindicaci¨®n que de la entidad ¨²nica ha hecho la vicesecretaria general del PSOE, Mar¨ªa del Mar Moreno, tal y como en su d¨ªa ya lo planteara, tambi¨¦n, el mismo Manuel Chaves. Lo que har¨ªa falta para completar el escenario es que alguno de los presidentes de las cajas andaluzas, en busca de protagonismo, haga seguidismo de esta ya conocida estrategia y se dedique a comprar esta mercanc¨ªa averiada del PP, entrando en un debate, de caja ¨²nica o gran caja, en el que se desatan los peores sentimientos localistas, precisamente, a las puertas de las municipales. En ese juego no tiene por qu¨¦ entrar el presidente de Cajasur, Miguel Castillejo. Tras su adscripci¨®n, de forma apresurada, a la Administraci¨®n central, no puede disimular ante los suyos la preocupaci¨®n que le ha causado la investigaci¨®n que le ha abierto la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n por la gesti¨®n tan personal que ha llevado cabo al frente de esta entidad. El alcance de lo averiguado puede dejar en evidencia a m¨¢s de uno, incluido al PP que ha apoyado ciegamente al pol¨¦mico sacerdote, enaltecido por sus colaboradores al m¨¢ximo al compararlo rid¨ªculamente, nada m¨¢s y nada menos, que con el torero cordob¨¦s Manolete.

Puede que, al final, el toro de unos n¨²meros y datos que rozar¨ªan el esc¨¢ndalo, dejen tocado, m¨¢s de lo debido, a ese humilde cura que lleva "sacrific¨¢ndose" decenas de a?os, soportando el peso de la cruz que le supone hacerse cargo de dicha caja de ahorros.