Puzzles en vidrio
La empresa, fundada en 1986, ha creado escuela en M¨¢laga
Viarca parece un taller m¨¢s: materiales por todos los rincones, herramientas colgadas sobre un tabl¨®n y trabajadores afanados en su labor. Pero si el observador se detiene en cada mesa, pronto descubrir¨¢ que su producci¨®n es una mezcla de artesan¨ªa, imaginaci¨®n, creatividad, paciencia y arte.
La empresa -dedicada al dise?o, producci¨®n y restauraci¨®n de vidrieras- fue creada en 1986 por Alberto Casc¨®n. Por entonces no hab¨ªa en M¨¢laga ning¨²n taller dedicado a esta actividad. Es m¨¢s, durante unos cuantos a?os, Vidrieras Art¨ªsticas Casc¨®n (Viarca) fue la ¨²nica empresa del sector. Ahora hay algunas m¨¢s, pero Viarca sigue siendo todo un referente no s¨®lo porque ha consolidado su actividad sino porque su fundador ha sido maestro de quienes ahora son su competencia. Casc¨®n ha trabajado durante seis a?os en la escuela taller de vidrier¨ªa de la catedral malague?a y ha transmitido sus conocimientos a decenas de alumnos.
Los socios de Viarca quieren crear un museo del vidrio soplado en el centro hist¨®rico.
Su pasi¨®n por este trabajo es una mezcla de su vocaci¨®n artesana y de la coincidencia. "Desde joven me gustaban las artesan¨ªas, trabajar con las manos. Me daba igual ser vidriero que escultor o tallista", confiesa. Pero el destino quiso que unos amigos de Segovia tuvieran un taller de vidrier¨ªa. Y all¨ª que se fue a aprender.
Durante alg¨²n tiempo, compatibiliz¨® este hobby/trabajo con chapuzas de electricidad y fontaner¨ªa. Poco a poco comenz¨® a especializarse hasta que en 1986 cre¨® Viarca, una sociedad limitada que se dedica a la decoraci¨®n en vidrio.
Casc¨®n explica que de su taller salen desde artesan¨ªas sencillas y asequibles a cualquier bolsillo hasta "verdaderas obras de arte". El trabajo que Luis Navas tiene entre manos es una prueba. Luis, licenciado en Bellas Artes, trabaja en un retrato de El Cautivo. Primero le da grisalla -una pintura l¨ªquida de tono gris¨¢ceo- y luego con un pincel y mucho pulso la va retirando hasta conseguir un rostro expresivo. El proceso se repite seis u ocho veces, con horneados intercalados. As¨ª, la pintura se vitrifica y se consigue una imagen que puede durar siglos. Para demostrarlo, Casc¨®n coge sus llaves y raya un retrato. ?ste queda intacto.
Un retrato como el que hace Luis puede llevar un mes de trabajo. Pero hay cosas m¨¢s simples, como la l¨¢mpara de vidriera emplomada que monta Francisco Paz. Del taller de Viarca salen ventanas, puertas, retratos y un sinn¨²mero de objetos decorativos. Pero, sin duda, los trabajos de restauraci¨®n de iglesias son su mejor carta de presentaci¨®n. La empresa se ha encargado en los ¨²ltimos a?os del mantenimiento de las vidrieras de la catedral malague?a, ha restaurado otras en Portugal, Murcia, Rinc¨®n de la Victoria y ahora acaba de cerrar un contrato para Melilla.
Casc¨®n y su mujer, Maite Cuenca, socios de la empresa, resumen que su trabajo consiste en hacer "puzzles" en vidrio. Realmente, porque cientos de peque?as piezas se unen con distintos materiales y t¨¦cnicas hasta obtener un colorido y delicado resultado. Hay vidrieras engarzadas con plomo, con cobre (tifany), cristales pintados a fuego o fundidos entre s¨ª (vitrofusi¨®n).
Gerd Kallen -un joven alem¨¢n que se qued¨® en M¨¢laga porque aqu¨ª los d¨ªas de sol se suced¨ªan uno tras otro- corta cristales verdes y amarillos para construir unas margaritas que adornar¨¢n las puertas de una casa. Su mano se desliza serena, pero firme sobre el cristal colocado encima de un dibujo a tama?o natural.
Maite Cuenta se encarga de desmitificar su producto. Hay piezas que cuestan 1.800 euros el metro cuadrado, pero otras m¨¢s simples pueden valer apenas 215. Casi la totalidad de los materiales son de importaci¨®n. Hay cristales de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia y Rep¨²blica Checa. El plomo procede de B¨¦lgica. En Espa?a s¨®lo se compra el esta?o y los cristales m¨¢s rudimentarios.
La empresa marcha bien. La facturaci¨®n ronda los 330.000 euros y tiene una plantilla estable de siete personas. Cuando surge alg¨²n contrato para restaurar una iglesia, los puestos de trabajo suelen elevarse a once. Aunque las t¨¦cnicas que se aplican son de muchos siglos atr¨¢s, Viarca saca ventaja de las nuevas tecnolog¨ªas. Los dise?os se escanean y se mandan por email a donde quiera que est¨¦ el cliente. Una vez aprobados, en el taller se pasan a tama?o natural y se cortan los cristales. De modo que los desplazamientos s¨®lo son necesarios para tomar las medidas y realizar el montaje.
Casc¨®n y Cuenca aseguran que les va bien "en la empresa y en el matrimonio". Por eso ahora que Viarca est¨¢ consolidada tienen ganas de embarcarse en un museo del vidrio soplado, para el que contar¨ªan con Luis Fern¨¢ndez-Prieto, un coleccionista privado que tiene m¨¢s de 300 piezas y que ya ha propuesto la idea al Ayuntamiento. A los tres les parece que la iniciativa marcha demasiado lento. As¨ª que confiesan que, de momento, m¨¢s que proyecto "es una ilusi¨®n".
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