La apertura al entorno socioecon¨®mico
Los diferentes enfoques sobre el papel de la universidad en la sociedad del conocimiento y el aprendizaje coinciden en que est¨¢ emergiendo un nuevo tipo de universidad que, a las actividades tradicionales de producci¨®n y transmisi¨®n del conocimiento -investigaci¨®n y docencia-, a?ade la de transferencia de dicho conocimiento a los diferentes actores del Sistema de Innovaci¨®n, la denominada "tercera misi¨®n" de la universidad.
Esta nueva universidad, que recibe nombres diversos (moderna, empresarial, emprendedora,...), tiene como caracter¨ªstica b¨¢sica su apertura hacia la sociedad y, consecuentemente, una mayor interrelaci¨®n con los actores del Sistema de Innovaci¨®n, en particular con las empresas, de las que muchas universidades estaban tradicionalmente alejadas, si no enfrentadas. El tr¨¢nsito de un tipo a otro de universidad no es una tarea f¨¢cil para cualquier equipo rectoral, en el supuesto de que lo quisiera, y m¨¢s a¨²n en territorios como el valenciano, en el que el entramado socioecon¨®mico se ha desarrollado, hasta la fecha, apoy¨¢ndose poco en la ciencia y mucho en su capacidad t¨¦cnico-comercial y en el dinamismo de sus empresarios.
Las universidades europeas que est¨¢n teniendo ¨¦xito en este tr¨¢nsito, lo han conseguido utilizando una estrategia que contempla m¨²ltiples aspectos, entre ellos y en primer lugar, un cambio cultural en las mismas. La cultura funcionarial de estas instituciones es sustituida por una cultura creativa, que estimula el esp¨ªritu de iniciativa y emprendedor de la comunidad universitaria y propicia su gusto por el riesgo. En segundo lugar, la estrategia promueve la cooperaci¨®n de las universidades con socios externos -los empresarios, las entidades financieras, las administraciones regional y local, etc- en la puesta en marcha de nuevas estructuras cient¨ªficas, tecnol¨®gicas y de gesti¨®n, configurando lo que algunos autores denominan "la periferia de desarrollo".
Las universidades valencianas pretenden basar su apertura, en buena medida, en la creaci¨®n de Parques Cient¨ªficos y Tecnol¨®gicos empujadas por la disponibilidad de unos remanentes econ¨®micos que el ineficiente Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa no acertaba a emplear en otros usos. Este enfoque parece limitado y se corre el peligro de valorar m¨¢s la infraestructura material que los cambios culturales y organizacionales. La implementaci¨®n de estos Parques con el ¨²nico apoyo de las universidades favorecer¨ªa su transformaci¨®n en Parques Cient¨ªficos en el sentido m¨¢s estricto. En este escenario, lo m¨¢s probable ser¨ªa que los grupos de I+D buscaran la excelencia investigadora, lo que producir¨ªa, como est¨¢ probado en regiones con una base econ¨®mica como la valenciana, el alejamiento de los grupos de I+D de su territorio.
La idea lanzada por algunas de nuestras autoridades acad¨¦micas o pol¨ªticas, de que estos Parques favorecer¨¢n per se las relaciones de las universidades con las pymes de la regi¨®n hay que situarla, en el mejor de los casos, en el contexto de las campa?as de marketing pol¨ªtico que gustan utilizar y, en el peor, en el desconocimiento de la realidad en las que ¨¦stas se producen, ya que las relaciones de las universidades con estas empresas es dif¨ªcil y debiera hacerse a trav¨¦s de organizaciones intermedias, como, por ejemplo, los Institutos Tecnol¨®gicos o las empresas de servicios avanzados.
S¨ª que parece m¨¢s acertado el que estos Parques, como mecanismo espec¨ªfico de una pol¨ªtica coherente de apertura de las universidades, tengan un mayor protagonismo en el surgimiento de nuevos sectores econ¨®micos de elevado contenido tecnol¨®gico y alto valor a?adido que contribuyan a diversificar el tejido empresarial valenciano. Los estudios realizados por el Instituto INGENIO (CSIC-UPV) sobre sectores tradicionales y emergentes muestran que en los sectores tradicionales surgen empresas de contenido tecnol¨®gico para competir con ¨¦xito con las empresas de nuevos pa¨ªses con costes de mano de obra m¨¢s bajos que los valencianos, sin embargo, la creaci¨®n de empresas de alto contenido tecnol¨®gico en nuevos sectores es muy baja y dif¨ªcil -por ejemplo, en biotecnolog¨ªa s¨®lo se detectaron tres empresas estrictamente biotecnol¨®gicas, con una cifra de negocio inferior a 6 millones de euros- y depende, fundamentalmente, de los titulados que se licencian en las universidades.
Ignacio Fern¨¢ndez de Lucio es director del Instituto de Gesti¨®n de la Innovaci¨®n y del Conocimiento, INGENIO (CSIC-UPV)
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