Pendientes de su seguridad
Los pa¨ªses de nuestro entorno m¨¢s inmediato -Francia, Reino Unido, Holanda, Italia...- han evidenciado recientemente, en sus respectivas citas electorales, la creciente preocupaci¨®n de la ciudadan¨ªa por los asuntos de seguridad.
Catalu?a y Espa?a no son una excepci¨®n. Todos los instrumentos de prospecci¨®n y an¨¢lisis as¨ª lo indican y, prueba de ello, es el debate todav¨ªa existente sobre la bater¨ªa de propuestas del Gobierno central: reforma de parte de la normativa procesal y penal, e incremento de los recursos de los cuerpos policiales para afrontar con mayor eficacia el creciente fen¨®meno de la inseguridad.
Es cierto que hay datos que motivan una cierta preocupaci¨®n y justifican que el debate p¨²blico y la agenda pol¨ªtica insistan en la materia: el incremento de cierto de tipo de peque?os delitos, sobre todo los relacionados con el patrimonio, la presencia de algunas bandas de delincuencia organizada, la impunidad de algunos infractores habituales...
La seguridad se ha instalado definitivamente en el centro de atenci¨®n de nuestra sociedad
Por lo que se refiere a Catalu?a, desde el Gobierno de la Generalitat somos muy conscientes de todo, es nuestra obligaci¨®n. Y para no reducirlo a pura ret¨®rica, citar¨¦ algunos ejemplos de la prioridad que nuestro Gobierno ha otorgado a esta problem¨¢tica: el despliegue de los Mossos d'Esquadra en los ¨²ltimos ocho a?os (casi 8.000 agentes forman parte del cuerpo y en pocos a?os llegaran a 15.000), la inversi¨®n de m¨¢s de 1.000 millones de euros invertidos en los ¨²ltimos cinco a?os en la Administraci¨®n de Justicia o el impulso pionero de la justicia r¨¢pida en Barcelona, hace ya 10 a?os.
Pero lo m¨¢s importante no son las cifras. Lo m¨¢s destacado es el desarrollo de un nuevo sistema integral de seguridad p¨²blica para Catalu?a que sea capaz de planificar, ejecutar y evaluar verdaderas pol¨ªticas p¨²blicas en materia de seguridad.
Nuestro proyecto parte de la convicci¨®n de que el tratamiento de la seguridad debe recaer sobre iniciativas no precipitadas ni mediatizadas por la agitaci¨®n partidista o la actualidad medi¨¢tica. Hay que demostrar eficacia policial en los grandes casos que aparecen en los medios de comunicaci¨®n, pero tambi¨¦n en el d¨ªa a d¨ªa, en aquellos asuntos que no aparecen en la prensa. En eso estamos.
Los gobiernos tienen que ser sensibles, por supuesto, a la demanda social y ¨¢giles en la respuesta a los problemas que empa?an la tranquilidad de nuestra ciudadan¨ªa. Pero aportando un plus de responsabilidad y serenidad en un asunto que es de naturaleza estructural. Esto significa que ¨²nicamente obtendremos resultados eficaces y de mejora del bienestar colectivo si trabajamos desde el rigor y la constancia. Ilustrar¨¦ esta afirmaci¨®n con dos ejemplos muy reveladores. Catalu?a es la ¨²nica comunidad aut¨®noma del Estado con competencias en el ¨¢mbito penitenciario. En 1984 optamos por una pol¨ªtica orientada a la recuperaci¨®n para la sociedad de aquellas personas que hubieran delinquido. Optamos por la reinserci¨®n sin olvidar la funci¨®n de la custodia, las dos forman parte del mandato constitucional. Algo no funciona cuando falla uno de estos dos componentes.
Otra muestra, esta vez en el terreno de la seguridad ciudadana. El pasado d¨ªa uno de enero, los Mossos d'Esquadra asumieron las responsabilidades de polic¨ªa en Sant Adri¨¤ de Bes¨°s. Sus instalaciones se sit¨²an en el barrio de La Mina, uno de los tradicionalmente m¨¢s degradados del ¨¢rea metropolitana de Barcelona. El primer balance es gratificante a pesar de algunos problemas previsibles cuando el objetivo es que impere la legalidad. La mayor parte de la comunidad vecinal, con el alcalde en primera l¨ªnea, han alabado el proyecto realizado. No ¨²nicamente por el incremento de la presencia policial, sino por el hecho de haber dado, desde hace tiempo, un tratamiento integral a la mejora y reforma del barrio, en equipamientos p¨²blicos, vivienda, educaci¨®n... y por haber entendido y haber actuado conforme a la concepci¨®n de que la seguridad es una condici¨®n necesaria, pero no suficiente, para el desarrollo colectivo de una comunidad.
Este es nuestro modelo. El que se basa en las actuaciones de fondo, preventivas y reactivas, que intenta atacar las causas de los problemas y no acude simplemente a los remiendos efectistas pero provisionales. Y no es asunto f¨¢cil porque requiere planificaci¨®n, constancia, tiempo, dinero, trabajo en red, cooperaci¨®n con otros operadores p¨²blicos y privados, participaci¨®n ciudadana y transparencia en la manera de actuar.
La reciente reestructuraci¨®n y fusi¨®n de los departamentos de Justicia e Interior de la Generalitat tambi¨¦n se inscribe en esta l¨ªnea. La voluntad es sumar esfuerzos y pol¨ªticas en materias que si no se ejecutan de manera coordinada no permiten la obtenci¨®n de resultados eficaces y eficientes. Responde a la ecuaci¨®n de que m¨¢s justicia es igual a m¨¢s seguridad.
La inminente aprobaci¨®n, si as¨ª lo acuerda el Parlamento, de la Ley de Ordenaci¨®n del Sistema de Seguridad P¨²blica de Catalu?a contribuir¨¢ definitivamente a formalizar este modelo. As¨ª dejaremos atr¨¢s definitivamente la estricta concepci¨®n policial o de seguridad ciudadana para sustituirla por la de la seguridad p¨²blica y las pol¨ªticas p¨²blicas de seguridad (entre otros aspectos, la ley fija el sistema de autoridades, la preeminencia de la prevenci¨®n, los mecanismos de coordinaci¨®n y cooperaci¨®n de las administraciones -Generalitat y ayuntamientos- y los servicios, as¨ª como los instrumentos de participaci¨®n ciudadana).
Llegados a este punto, es importante destacar los siguientes aspectos: la seguridad se ha instalado definitivamente en el centro de atenci¨®n de nuestra sociedad y es y ser¨¢ un ¨¢mbito de actuaci¨®n preferencial del Gobierno de Catalu?a. El tratamiento que requiere es de un gran consenso pol¨ªtico, institucional y tambi¨¦n social. La seguridad no debe ser utilizada como arma arrojadiza de cu?o electoral. Debe abordarse desde la cultura de las pol¨ªticas p¨²blicas integrales y no ¨²nicamente desde el prisma policial, necesario pero insuficiente por s¨ª solo. Ha de dar prioridad a los ¨¢mbitos b¨¢sicos para la pervivencia de nuestro sistema de valores y convivencia democr¨¢ticos: protecci¨®n a los sectores m¨¢s vulnerables (menores, gente mayor, personas que han sido v¨ªctimas...) y erradicaci¨®n de las violencias racista y xen¨®foba, dom¨¦stica, la que afecta a los espacios p¨²blicos, etc¨¦tera.
Desde la Generalitat tenemos los objetivos claros y estamos pendientes de su seguridad.
N¨²ria de Gispert es consejera de Justicia e Interior de la Generalitat de Catalu?a.
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