Ingredientes para una batalla

Hac¨ªa tiempo que no se produc¨ªa en Espa?a una operaci¨®n mercantil que tuviera todos los componentes (el empresarial, el financiero y el pol¨ªtico) e ingredientes necesarios (sorpresa y estrategia) para entablar una batalla en toda regla. Y la lanzada ayer desde los cuarteles barceloneses de Gas Natural (GN) sobre las posesiones de la firma vasca Iberdrola los tiene de sobra. Desde la crispaci¨®n que ha generado entre las empresas e, incluso, entre los accionistas de GN, hasta las implicaciones pol¨ªticas y sus inevitables derivaciones nacionalistas.

La pelea estall¨® a primera hora de la ma?ana, cuando fueron suspendidas las cotizaciones de las dos sociedades. Con la plana mayor de Iberdrola dispersa (el presidente en San Mill¨¢n de la Cogolla y el consejero delegado en Barajas a punto de emprender un road show internacional de explicaci¨®n de resultados), los estrategas de la firma gasista lamieron el ¨¦xito del factor sorpresa. Lo que no se entiende del todo bien es que no llegaran a los o¨ªdos de aqu¨¦llos durante la tarde del domingo las intenciones de GN cuando ya lo sab¨ªan los m¨¢ximos responsables del BBVA, importante accionista de la el¨¦ctrica, de Repsol e, incluso, miembros del Gobierno.

Aunque en Repsol sostienen que no conocieron la existencia de la oferta hasta ese momento, fuentes que han intervenido en la operaci¨®n afirman que conoc¨ªan la determinaci¨®n de su filial desde hace meses. De hecho, Repsol reconoce que la rechaza, entre otros aspectos, por no haberse consensuado y porque considera que el ambiente preb¨¦lico no es el "id¨®neo". Es ¨¦sa, seguramente, una de las claves que puede explicar que el principal accionista de GN junto a La Caixa haya sido ninguneado y que un hombre venido de sus filas (el consejero delegado, Jos¨¦ Luis L¨®pez de Silanes) haya sido lo que en t¨¦rminos pol¨ªticos se conoce por "tr¨¢nsfuga" al apoyar la OPA. ?O es que acaso tem¨ªa GN que una firma extranjera la lanzara antes para no esperar m¨¢s tiempo?

La operaci¨®n es, tambi¨¦n, la historia de un desencuentro. El de Alfonso Cortina, presidente de Repsol, y Antoni Brufau, su hom¨®logo de GN y director general de La Caixa (o el del grupo petrolero y la caja de ahorros, uno de sus accionistas de referencia, si se quiere). Los dos cabalgaron juntos cuando en 2000 prepararon una OPA sobre Iberdrola que esta compa?¨ªa contest¨® inmediatamente con el intento de fusi¨®n (luego frustrada) con Endesa. Cortina y Brufau buscaron (entonces s¨ª) el apoyo del Gobierno a trav¨¦s del vicepresidente Rodrigo Rato. Pero fracasaron. La amargura qued¨® un tanto aliviada al malograrse la fusi¨®n. Las puertas para la venganza quedaron abiertas.

Para Repsol, la el¨¦ctrica sigue siendo una pera en dulce. Pero aquella buena sinton¨ªa ya no es la misma. Quiz¨¢ el alejamiento se produjo al reducir Repsol su participaci¨®n en GN del 45% al 24% el a?o pasado y creci¨® cuando La Caixa interpret¨® que la excepci¨®n recogida en la ley de OPA, seg¨²n la que una empresa pueda tomar el control de otra por razones estrat¨¦gicas sin lanzar oferta p¨²blica, estaba hecha a la medida para que Repsol controlase GN. Inc¨®gnitas.