Las universidades y la guerra
Desde que la Casa Blanca hizo p¨²blicas sus intenciones de atacar Irak, y el Gobierno espa?ol decidi¨® apoyar sus propuestas, las acciones de repulsa no han hecho m¨¢s que aumentar entre la opini¨®n p¨²blica. El 15 de febrero se manifestaron en todo el mundo millones de personas a favor de la paz. En Espa?a, donde m¨¢s del 70 por ciento est¨¢ en contra de las tesis que ahora defiende el Ejecutivo, se superaron los dos millones.
La comunidad universitaria es una de las tradicionalmente m¨¢s reivindicativas. Cualquier universidad de Espa?a sirve como ejemplo para probar que el binomio educaci¨®n y paz sigue siendo inseparable. Pancartas en las fachadas y en el interior de edificios, y pintadas en las paredes con los lemas "No a la Guerra"o "?Cu¨¢ntas vidas cuesta un barril de petr¨®leo?", quieren ser para el visitante una declaraci¨®n de intenciones, y para los alumnos y profesores un recordatorio constante del conflicto.
Y no s¨®lo eso, cada d¨ªa se celebran conferencias, mesas redondas, concentraciones, festivales de m¨²sica y encierros, etc. Cualquier actividad vale para promover la reflexi¨®n y convertir las aulas en foros de debate.
Sin embargo, los muros de facultades y escuelas son anchos, y las voces de protesta a veces no se oyen en el exterior. Por ello, el 5 de marzo varios miles de personas entre profesores y alumnos de universidades y centros escolares, interrumpieron su jornada y tomaron las calles de 40 ciudades espa?olas. El encargado de organizar la marcha y convocar la huelga fue el Sindicato de Estudiantes, que ha anunciado ya un nuevo paro y manifestaci¨®n para el pr¨®ximo jueves 13 de marzo.
Como m¨¢ximo ¨®rgano representativo de la comunidad universitaria, y punto de uni¨®n de las diversas fuerzas presentes en los campus -rector, secretario general, profesores, alumnos y PAS-, los claustros han sido los encargados de firmar muchos de los manifiestos en los que se dejaba clara la postura de la universidad en la crisis. Tambi¨¦n se han escrito textos desde los equipos de gobierno, asociaciones de estudiantes, personal docente, consejos sociales, etc. Aunque la procedencia sea distinta, la esencia de todos ellos es la misma: no a la guerra como soluci¨®n del conflicto.
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