El (re)constructor de novelas
Aunque no se trate de una novedad absoluta, s¨ª se incluyen aqu¨ª algunas recuperaciones inencontrables del m¨¢ximo inter¨¦s -y hasta un relato in¨¦dito del todo- en esta nueva recopilaci¨®n de obras narrativas breves del gran narrador Benjam¨ªn Jarn¨¦s, que nos traen de la mano los profesores Juan Herrero Sen¨¦s y, de nuevo, Domingo R¨®denas de Moya, el gran recuperador ¨²ltimo de repetidas publicaciones jarnesianas, que ahora mismo acaba de coordinar el reciente n¨²mero que ha consagrado la revista ?nsula (n¨²mero 673, enero 2003) al mayor y m¨¢s fecundo de nuestros prosistas de vanguardia. Para contrapesar algunas afirmaciones anteriores de jarnesianos desesperados ante los deliberados "olvidos" del autor, el ¨²ltimo -que no lo es ya- y m¨¢s tenaz de todos ellos, el profesor R¨®denas de Moya (que nos ha dado las reediciones m¨¢s recientes de Paula y Paulita, una de las dos de El profesor in¨²til, la colectiva Obra cr¨ªtica y dos antolog¨ªas que lo tratan tambi¨¦n, Proceder a sabiendas y Prosa del 27, m¨¢s el buen estudio integrado en su tesis sobre Los espejos del novelista), se ha inventado un nuevo calificativo para redefinirlo. Le ha llamado "el cl¨¢sico furtivo", lo que no est¨¢ nada mal, dado que, dejando aparte revistas y estudios especializados, empieza a reedit¨¢rsele tambi¨¦n sin parar, tanto por parte de editoriales privadas (Pen¨ªnsula, C¨¢tedra y Espasa Calpe) como institucionales aragonesas, la Instituci¨®n Fernando el Cat¨®lico y esta colecci¨®n Larumbe -para algo tienen que servir las autonom¨ªas- o la Residencia de Estudiantes. Y no olvidemos de paso los vientos que nos llegan del mundo anglosaj¨®n y europeo, que indican que los editores m¨¢s importantes de hoy est¨¢n basando sus mayores inversiones en lo que m¨¢s les est¨¢ produciendo: la reedici¨®n de cl¨¢sicos, quedan avisados y que as¨ª conste, el mundo de las novedades a ultranza se est¨¢ revelando de lo m¨¢s ef¨ªmero, por mucho que cultiven un furor juvenil no menos inseguro.
SAL?N DE EST?O Y OTRAS NARRACIONES
Benjam¨ªn Jarn¨¦s
Edici¨®n de Juan Herrero Sen¨¦s y Domingo R¨®denas de Moya
Prensas Universitarias de Zaragoza-Instituto de Estudios Altoaragoneses. Huesca, 2002
410 p¨¢ginas. 15 euros
La extensa bibliograf¨ªa de Benjam¨ªn Jarn¨¦s, adem¨¢s, no ha concluido, pues todav¨ªa se anuncian algunas novedades del mayor inter¨¦s, por ejemplo, la edici¨®n de su Epistolario y Cuadernos ¨ªntimos que Jordi Gracia y R¨®denas de Moya anuncian para la Residencia de Estudiantes, donde tambi¨¦n es de inminente aparici¨®n una nueva novela, El aprendiz de brujo, que ha permanecido hasta ahora en los archivos del legado de Jarn¨¦s depositado en la citada Residencia, y cuya preparaci¨®n -que he podido ver cuidadosamente terminada- ha corrido a cargo del profesor Francisco Soguero. Aunque se trata de una obra en teor¨ªa nueva, y de ah¨ª su importancia, El aprendiz de brujo incluye toda una novela corta, La dama aventurera, con la indicaci¨®n del propio Jarn¨¦s de que ambas podr¨ªan ser publicadas por separado seg¨²n los deseos o necesidades del editor; con un detalle m¨¢s, el de que la novela integra tambi¨¦n en su interior el largo fragmento de Tr¨®tula, una parte de la segunda edici¨®n de El profesor in¨²til que en 1934 ampli¨® y corrigi¨® profundamente la primera de 1928 (y de la que tanto R¨®denas de Moya como Francisco Soguero nos han proporcionado excelentes reediciones, el primero en Espasa-Calpe (1999) y el segundo en la Instituci¨®n Fernando el Cat¨®lico (2000). La obra entera de Benjam¨ªn Jarn¨¦s, por tanto, no hace m¨¢s que crecer, va a superar pronto el medio centenar de vol¨²menes -escritos entre 1924 y 1948, sin contar su prehistoria literaria ortodoxa y modernista, difundida en publicaciones religiosas y militares de principios de los veinte-, y la estamos recogiendo con un esmero y cuidado verdaderamente ejemplares.
En las bibliograf¨ªas jarnesianas existe un apartado inexistente creado por el propio autor que inclu¨ªa t¨ªtulos en preparaci¨®n o proyectados, a los que los expertos denominan "bibliograf¨ªa fugitiva", para complicar las cosas, pues literariamente Jarn¨¦s ten¨ªa los ojos m¨¢s grandes que la tripa y quer¨ªa sin duda recuperar el tiempo perdido dada su tard¨ªa aparici¨®n definitiva; pero no tuvo tiempo, pues aparte de surgir tarde se fue tambi¨¦n demasiado pronto. De todas formas, en la bibliograf¨ªa disponible contamos con 14 novelas (una p¨®stuma), 10 biograf¨ªas, 8 libros de ensayo, 3 de teatro, 5 antolog¨ªas, 14 traducciones y s¨®lo un volumen de relatos breves (m¨¢s 2 novelas cortas). Sorprende la delgadez de su obra breve -los 5 "cuentos" de Sal¨®n de est¨ªo-, lo que puede indicar que no era su g¨¦nero preferido; pero hay algo m¨¢s, pues todos estos textos fueron integrados en sus novelas posteriores, as¨ª como el de su primera novela corta Don ?lvaro o la fuerza del tino (1936) y la de La diligencia, incluida en el volumen colectivo Las siete virtudes, de 1931. Algunos pasaron a La novia del viento (1940), y otros m¨¢s o menos reescritos por necesidades argumentales a Venus din¨¢mica (1943), ambos libros publicados ya en M¨¦xico. Pero Jarn¨¦s lleg¨® al exilio ya mayor -y derrotado-, no se olvide, y con una mala salud que le llev¨® a la tumba en 10 a?os -con los dos finales en estado vegetal- y un r¨¢pido regreso al Madrid donde sus restos reposan.
R¨®denas de Moya recoge aqu¨ª todos estos textos breves -los de Sal¨®n de est¨ªo m¨¢s el Don ?lvaro y otro mexicano, Orlando el pac¨ªfico (1940)- m¨¢s 8 de preguerra (uno in¨¦dito), entre ellos, la primera versi¨®n de Viviana y Merl¨ªn de Revista de Occidente (1929), una de sus obras maestras, y el citado de La diligencia. Lo menos conocido son los otros 10 cuentos "mexicanos", donde su gran estilo se aclar¨® y prescindi¨® de tanta met¨¢fora, aunque siempre se autorrecord¨® con su sabidur¨ªa y su cultura universales. Salvo el in¨¦dito total de El regreso del hijo pr¨®digo, lo significativo en este libro es tambi¨¦n el debate, bien estudiado, entre los fragmentos creados para insertarse en novelas "mayores", o su utilizaci¨®n como textos aut¨®nomos para poder subvenir las necesidades del autor, algo que R¨®denas aclara con precisi¨®n. Y tengo que a?adir que es un debate permanente y existente por doquier, pues tambi¨¦n exist¨ªa por entonces (y existe) en el mundo de la edici¨®n norteamericana, donde escritores como Faulkner, Phillip K. Dick o Harold Brodkey han seguido utilizando el mismo m¨¦todo de escritura y edici¨®n. Benjam¨ªn Jarn¨¦s, en esto y como en todo, nunca estuvo solo y es de esperar que ya nunca lo est¨¦.
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