Suena la paz

De Tom¨¢s Luis de Victoria se pasa a Joan Cererols; de Castilla, a Catalu?a. El ciclo de m¨²sica espa?ola de los Siglos de Oro en lugares del patrimonio hist¨®rico no baja el pist¨®n. Los int¨¦rpretes siguen siendo extranjeros en estas primeras convocatorias. En Las Descalzas, del Reino Unido; en la Capilla del Cristo de los Dolores, de B¨¦lgica. Admirables unos y otros. Pero la revelaci¨®n de la noche salt¨® en el concierto de anteayer, con la soprano solista en las Vespere solemnis: Marta Rodrigo, una espa?ola de voz n¨ªtida y estilo incisivo. Extraordinaria, al menos en este repertorio. Emociona su magnetismo, la compenetraci¨®n con el grupo, la claridad del fraseo, el empaque. El coro es impecable. Hay un trabajo detr¨¢s muy serio de su director, Erik van Nevel. Suena el Currende consort con dulzura, aunque tambi¨¦n con cierta agresividad atractiva. Quiz¨¢s m¨¢s que agresividad es empuje. Las voces est¨¢n muy empastadas. Y hay una personalidad decididamente extrovertida en el planteamiento que lleva a una comunicaci¨®n irresistible.

La m¨²sica de Joan Cererols (1618-1680), uno de los grandes compositores del monasterio de Montserrat en el XVII, resplandece as¨ª en toda su hermosura. Destacar¨ªa la fresca interpretaci¨®n de los salmos de las v¨ªsperas y la sobriedad luminosa en su dramatismo de la Misa de difuntos. Tiene calidad y criterio el grupo vocal, acompa?ado instrumentalmente en esta ocasi¨®n de viol¨®n, tiorba y ¨®rgano. Y adem¨¢s est¨¢ la predisposici¨®n al sosiego que crea el espacio, la capilla del Cristo de los Dolores. Se ven en la sala pegatinas de la manifestaci¨®n contra la guerra de Irak. No han elegido mal sus portadores d¨®nde ir despu¨¦s. En realidad, tambi¨¦n ¨¦sta es una m¨²sica para antes o despu¨¦s de una guerra. Es una m¨²sica imperecedera y, sobre todo, una expresi¨®n art¨ªstica de consuelo a favor de la paz.