EE UU recomienda a inspectores y periodistas salir de Irak ante la inminencia de la guerra

El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, anunci¨® que el presidente George W. Bush deber¨ªa tomar "una decisi¨®n muy dif¨ªcil e importante en los pr¨®ximos d¨ªas". El secretario de Estado, Colin Powell, recomend¨®, por su parte, a los periodistas e inspectores en Bagdad que consideraran la opci¨®n de evacuar la ciudad inmediatamente. Los m¨¢s altos cargos del Gobierno estadounidense se refirieron ayer a la inminencia de la guerra contra Sadam Husein, mientras que el Pent¨¢gono se dispon¨ªa a desarrollar una campa?a militar por fases, impuesta por la escasez de espacio e infraestructuras en Kuwait: algunas unidades tendr¨ªan que desembarcar en el emirato cuando otras ya estuvieran en el interior de Irak.

El secretario de Estado, Colin Powell, adopt¨® un tono ominoso para referirse a una situaci¨®n que defini¨® como "peligrosa" e indic¨® que la prensa y los miembros de los equipos de inspecci¨®n de armamento deber¨ªan reflexionar sobre sus opciones de evacuaci¨®n. "Es una decisi¨®n, la de irse o no, que cada uno deber¨¢ adoptar", indic¨®, "no s¨®lo por el riesgo de una acci¨®n militar, sino por el riesgo de que Sadam Husein tome rehenes". Su "consejo personal" era que los extranjeros en Irak empezaran a irse o tuvieran "listos los planes para hacerlo".

El vicepresidente Cheney, que abandon¨® por unas horas su habitual paradero "secreto y seguro" para intervenir en varios programas de televisi¨®n, habl¨® de la decisi¨®n, "muy, muy dif¨ªcil y muy importante", que deber¨ªa tomar el presidente Bush en las pr¨®ximas jornadas y dio por hecho que la invasi¨®n no tardar¨ªa en llegar. "Ha llegado un momento en que cualquier nuevo retraso s¨®lo favorece a Sadam Husein", afirm¨®.

Dick Cheney justific¨® la enorme oposici¨®n popular en todo el mundo al proyecto b¨¦lico de su Gobierno por el hecho de que "la trascendencia del 11 de septiembre, un acontecimiento que cambi¨® el mundo", a¨²n no hab¨ªa sido asimilada en muchos pa¨ªses. "En ese sentido", a?adi¨®, "Estados Unidos, por ser el primero en sufrir el terrorismo devastador del siglo XXI, va por delante de Europa".

Todo listo en Kuwait

En Kuwait, mientras tanto, la fuerza expedicionaria estadounidense se dispon¨ªa a invadir Irak en cuanto George W. Bush lo ordenara. "Desde el principio asumimos que deber¨ªamos combatir y recibir nuevas unidades al mismo tiempo", explic¨® al diario The New York Times el teniente general William Wallace, jefe de las operaciones terrestres. "Tenemos un solo puerto de embarque y un solo aeropuerto de embarque en Kuwait, y hemos tenido que adaptarnos a esas condiciones".

Seg¨²n Wallace, el retraso en la llegada de la mayor parte de la legendaria Divisi¨®n Aerotransportada 101, a causa de la negativa turca a ceder su territorio, no perjudicaba lo esencial de los planes b¨¦licos. "Estamos preparados en este mismo momento", asegur¨®.

El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, consider¨® desde el principio que la invasi¨®n de Irak requerir¨ªa menos efectivos que la guerra del Golfo en 1991, para la que fueron desplegados medio mill¨®n de soldados norteamericanos, debido al incremento exponencial registrado durante la pasada d¨¦cada en la "capacidad de fuego" del Ej¨¦rcito estadounidense y al sustancial debilitamiento del Ej¨¦rcito iraqu¨ª en ese mismo periodo.

Algunos generales que participaron en la Tormenta del Desierto hace 12 a?os expresaron, sin embargo, algunas dudas sobre la capacidad del plan de invasi¨®n para integrar las variables de los prisioneros y la ocupaci¨®n. "Los estrategas deber¨ªan tener en cuenta el impacto que causar¨ªa la rendici¨®n de grandes cantidades de soldados iraqu¨ªes", coment¨® el general Ronald Griffith, que dirig¨ªa la Primera Divisi¨®n Acorazada en la anterior guerra. "Nos topamos con ese problema en 1991 y perjudic¨® nuestra capacidad de movimiento. Desarmar a los soldados iraqu¨ªes, proporcionarles cosas b¨¢sicas como agua y comida, y establecer un m¨ªnimo sistema de vigilancia requiere un importante n¨²mero de efectivos", explic¨®.

Por su parte, el general Richard Neal, uno de los m¨¢s directos colaboradores del general en jefe Norman Schwartzkopf en la guerra del Golfo, record¨® que el Ej¨¦rcito estadounidense deber¨ªa hacerse "totalmente responsable" de lo que ocurriera en las zonas iraqu¨ªes "liberadas" desde el primer d¨ªa de la campa?a, y que eso implicaba muchas tareas: adem¨¢s de tomar "decenas de miles de prisioneros" tendr¨ªan que buscar e inutilizar armas de destrucci¨®n masiva, proteger las largas rutas de aprovisionamiento desde Kuwait hasta Bagdad (unos 500 kil¨®metros) y proporcionar "comida, medicamentos y otros productos esenciales a millones de iraqu¨ªes".

"Esto ser¨¢ m¨¢s complicado que en 1991, cuando el objetivo se limitaba a expulsar de Kuwait al Ej¨¦rcito de Irak", a?adi¨®. Neal consider¨® que los 225.000 soldados estadounidenses ya en la regi¨®n, acompa?ados por 25.000 brit¨¢nicos, estar¨ªan muy ocupados las 24 horas del d¨ªa.