El 'Maine' del PP
"La gente pensar¨¢ lo que yo les diga que piensen", afirmaba Charles Foster Kane, el ciudadano Kane. Una frase que sintetiza los principios de William Randolph Hearst, el magnate de la prensa que inspir¨® la excelente pel¨ªcula de Orson Welles, para quien "las cosas no son como son, son como yo quiero que sean". Hearst estaba obsesionado con pasar a la Historia y no escatim¨® los medios para lograrlo. Lo consigui¨®, y su nombre estar¨¢ por siempre asociado a la manipulaci¨®n y la mentira. Una de sus obras maestras es la atribuci¨®n a Espa?a de la responsabilidad del hundimiento del Maine en el puerto de La Habana, el detonante de la guerra de Cuba.
El personaje Hearst parece haber seducido al Ciudadano Aznar, por su obstinaci¨®n en entrar en la Historia a cualquier precio y sus actuaciones al estilo de W. Randolph. Como uno de sus disc¨ªpulos aventajados -?qui¨¦n le iba a decir que encontrar¨ªa en el ind¨®mito vaquero Bush su particular Marion Davis!-, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar viene creando escenarios ajustados a sus necesidades de poder y gloria. Escenarios completamente alejados de la realidad, que intenta convertir en verdaderos a fuerza de las machaconas repeticiones de sus comparsas.
"Para el PP, Andaluc¨ªa es el alumno torpe que no se entera y se atreve a cuestionar que Espa?a va bien"
Es el caso, por ejemplo, de su propio Maine desde el que intentan difundir la imagen de Andaluc¨ªa como una comunidad aut¨®noma indolente, perezosa y subsidiada, dirigida por gobernantes incapaces y enfrentados al progreso, elegidos por ciudadanos atenazados por el miedo.
Para el Partido Popular, Andaluc¨ªa es el alumno torpe que no se entera y se atreve a cuestionar que "Espa?a va bien"; el respond¨®n que, seg¨²n ellos, osa "confrontar", cuando defiende sus leg¨ªtimos derechos y hace o¨ªr su voz; y el ¨²ltimo de la clase en la Espa?a de las autonom¨ªas, aunque tengamos los mejores resultados.
As¨ª, en 2002, el crecimiento real del Producto Interior Bruto andaluz ha sido del 3% -superior en 1 punto porcentual al de la econom¨ªa espa?ola (2%) y en 2,2 puntos al de la zona euro (0,8%)-, y, a¨²n m¨¢s, deriva de la evoluci¨®n positiva de todos los sectores econ¨®micos, lo que pone de manifiesto la solidez de la econom¨ªa andaluza.
La andanada de "car¨¢cter perezoso", que de proa a popa de su Maine nos adjudica el PP, cae por su propio peso ante la tozudez de las iniciativas empresariales andaluzas y del comportamiento del mercado laboral.
En el ¨¢rea empresarial, el n¨²mero de sociedades mercantiles creadas en Andaluc¨ªa durante 2002, en t¨¦rminos netos, ha sido de 18.095 empresas, lo que supone un 12,9% m¨¢s que las creadas el a?o anterior, crecimiento que es tres veces superior al registrado en la Espa?a que -dicen- va bien (4,2%).
Respecto al mercado laboral, y por m¨¢s que desde las filas populares se empe?en en transmitir lo contrario, en 2002 se ha mantenido el proceso de fuerte creaci¨®n de empleo en Andaluc¨ªa, a ritmos superiores que a nivel nacional. Con un incremento del 3,5% de la poblaci¨®n ocupada, Andaluc¨ªa se ha situado por encima de la media nacional (2%) y ha quintuplicado el crecimiento de la ocupaci¨®n de los pa¨ªses de la zona euro (0,6%). Ello ha supuesto la generaci¨®n de 84.000 nuevos puestos de trabajo, con lo que Andaluc¨ªa ha contribuido a m¨¢s de la cuarta parte (27%) del empleo generado en Espa?a.
La Andaluc¨ªa "indolente" que pretende inventar el PP se desvanece si consideramos otros datos demostrativos de que en Andaluc¨ªa se ha creado m¨¢s y mejor empleo en 2002, ya que el aumento de la ocupaci¨®n se ha producido con mayor intensidad en el colectivo femenino (4,9%), entre la poblaci¨®n cualificada (5,1%), as¨ª como en el segmento de trabajadores por cuenta ajena (4,9%), donde dos tercios (68,1%) del empleo creado tiene car¨¢cter indefinido, lo que revela la confianza empresarial en nuestra econom¨ªa y disipa la espesa bruma con la que el PP quiere cubrir a esta comunidad aut¨®noma.
Por otro lado, la Andaluc¨ªa que ellos proclaman "sin futuro" es una comunidad aut¨®noma cada vez m¨¢s presente en los mercados exteriores. La mejora de la balanza comercial andaluza en 2002, con la reducci¨®n en un 60% del saldo deficitario es notablemente superior a la registrada en la balanza espa?ola, que s¨®lo ha sido del 2,5%.
En suma, con el esfuerzo de todos los que creemos en Andaluc¨ªa, estamos construyendo una comunidad aut¨®noma cada vez m¨¢s s¨®lida, m¨¢s din¨¢mica y m¨¢s emprendedora, que, en 2002 y por octavo a?o consecutivo, converge con sus econom¨ªas de referencia y ofrece un positivo balance en t¨¦rminos de crecimiento econ¨®mico y de creaci¨®n de empleo, a¨²n en un contexto de desaceleraci¨®n econ¨®mica.
As¨ª, pues, a los ojos de todos es evidente la realidad de Andaluc¨ªa, menos para el se?or Aznar y sus correligionarios. Nada de eso existe para ellos, que cargan la bodega de su particular Maine con el retraso en la transferencia a esta comunidad aut¨®noma de competencias fundamentales, como las pol¨ªticas activas de empleo; con la negativa a pagar las cantidades que leg¨ªtimamente nos corresponden a todos los andaluces, a¨²n con sentencias judiciales; y relegando inversiones en nuestra regi¨®n.
Estos son s¨®lo algunos ejemplos de c¨®mo, frente a la imagen distorsionada que el ciudadano Aznar y su partido intentan ofrecer de nuestra comunidad aut¨®noma, y muy a su pesar, se alza una Andaluc¨ªa que a?o tras a?o aumenta su peso, su importancia y su influencia en la econom¨ªa nacional y europea.
El hundimiento del Maine y la guerra de Cuba provocaron la reacci¨®n de los intelectuales de la Generaci¨®n del 98 ante el declive de una Espa?a decimon¨®nica. Hoy, vivimos el desastre de otros buques y o¨ªmos, entre aplausos de los populares, glosar los beneficios de otra guerra con acento tejano. Y hoy, m¨¢s que nunca, los andaluces que trabajamos por el futuro de Andaluc¨ªa, ratificamos nuestra firme apuesta por la paz y por el progreso de nuestra comunidad, desde nuestra profunda convicci¨®n de que, como manifest¨® Miguel de Unamuno, "podr¨¢n vencer, pero no convencer, porque convencer significa persuadir, y para persuadir necesitan algo que les falta: raz¨®n y derecho en la lucha".
Magdalena ?lvarez Arza es consejera de Econom¨ªa y Hacienda de la Junta de Andaluc¨ªa
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