La decimotercera patria
Escritores iraqu¨ªes en el exilio desde los a?os setenta narran sus vivencias y su inquietud ante la idea del retorno
En los debates en torno a la literatura iraqu¨ª en el exilio aflora una y otra vez la comparaci¨®n con los literatos alemanes exiliados durante el tercer Reich. Ahora bien, existen grandes diferencias entre la experiencia iraqu¨ª y la alemana. En las filas del exilio iraqu¨ª no encontramos personajes famosos como Thomas Mann, Bertolt Brecht, Sigmund Freud o Albert Einstein. Los exiliados alemanes estaban mucho m¨¢s desesperados, como ponen de manifiesto los muchos casos de suicidio. Todos los escritores exiliados iraqu¨ªes tienen en com¨²n la p¨¦rdida de la patria y el idioma. Sin embargo, las vivencias personales concretas les llevan a narrar historias muy diferentes.
"Todo sucedi¨® de repente", rememora el cr¨ªtico y novelista Salam Abud, residente en Estocolmo. "Me parec¨ªa estar dentro de una pel¨ªcula de terror". El profesor Abud fue detenido en 1973, a los 23 a?os. En aquel momento exist¨ªan dos tipos de indicios sospechosos graves a ojos del partido Baaz, que desde entonces no ha abandonado el poder: espiar a favor de Israel y ser miembro del partido comunista Comandancia General. Entonces hab¨ªa un frente patri¨®tico entre nacionalistas y comunistas que benefici¨® a Abud. Consigui¨® huir a Yemen ayudado por los comunistas. Tras la guerra civil de 1986, march¨® a Suecia.
"Lo que m¨¢s me asusta es morir sin haber visto mi pa¨ªs una ¨²ltima vez"
"Nuestro problema no consiste en idear una nueva identidad, sino en reavivar la antigua"
El escritor se exaspera al hablar de "la decadencia del pensamiento pol¨ªtico entre los iraqu¨ªes", que lo ¨²nico que saben hacer ya es regatear sobre qui¨¦n mata a menos inocentes, si Sadam o los estadounidenses, o sobre qui¨¦n roba menos petr¨®leo. En opini¨®n de Abud, no hay nada peor que el r¨¦gimen de Sadam, salvo la p¨¦rdida de la voluntad y de la capacidad de elegir. "?Qu¨¦ significan el exilio y la emigraci¨®n?", se pregunta. "Las soluciones son siempre personales, y los baremos, relativos, porque la pregunta decisiva que Occidente a¨²n debe responder es: ?por qu¨¦ estamos aqu¨ª? ?Por la generosidad de los europeos? ?Por amor? ?Por humanismo?".
Si bien es cierto que, a ojos de la famosa especialista iraqu¨ª en cr¨ªtica literaria Fatima al Mohsen, la situaci¨®n se presenta bajo los mismos tintes sombr¨ªos y que la idea de la guerra le parece exactamente igual de detestable que a otros muchos iraqu¨ªes, llegar¨ªa a aceptarla si se tuviera en cuenta el destino del pueblo iraqu¨ª. Porque no hay que olvidar que en Irak se perpetran matanzas constantemente, sobre todo contra las gentes del interior del pa¨ªs "que se resisten a seguir las ¨®rdenes de la Gestapo iraqu¨ª". Lo que le preocupa es el hecho de que los iraqu¨ªes tengan que hacer frente a esta situaci¨®n completamente solos. Cada vez que se levantan contra el r¨¦gimen, se los masacra brutalmente bajo la mirada impasible de la opini¨®n p¨²blica mundial. "Est¨¢n encerrados en un t¨²nel oscuro como la boca del lobo, en una situaci¨®n que est¨¢ pidiendo a gritos apoyo procedente del exterior", comenta. "Probablemente, la situaci¨®n que se vive en Irak es similar a la de Alemania antes y durante la Segunda Guerra Mundial: est¨¢ sometido a una dominaci¨®n que no es menos totalitaria que la dominaci¨®n nazi y a un dictador que no est¨¢ m¨¢s cuerdo que Hitler".
Fatima al Mohsen fue detenida y torturada en 1979 durante una campa?a contra los comunistas. Fue liberada gracias a la intervenci¨®n del partido comunista, que en aquel entonces estaba coligado con el r¨¦gimen Baaz. Sufri¨® secuelas durante a?os. Al Mohsen ha pedido a los activistas por la paz que su compromiso contra la guerra no les haga olvidar el sufrimiento de los iraqu¨ªes bajo el r¨¦gimen que los oprime. En su opini¨®n, habr¨ªa que intensificar a¨²n m¨¢s la presi¨®n sobre Sadam con la esperanza de que eso le obligue a dimitir. Sin embargo, a pesar de la persecuci¨®n y del encarcelamiento, esta especialista en literatura piensa en un futuro retorno a Bagdad: "Lo que m¨¢s me asusta es morir sin haber visto mi pa¨ªs una ¨²ltima vez".
La posici¨®n del escritor Salim Matar, residente en Ginebra, parece menos te?ida de desesperaci¨®n. A comienzos de los a?os setenta, Irak estaba gobernado con mano de hierro por el partido Baaz, que difund¨ªa por todo el pa¨ªs una ideolog¨ªa nacional. Se ten¨ªa en mente a Alemania como modelo; el partido Baaz se apropi¨® del experimento de la unificaci¨®n alemana de finales del siglo XIX con el fin de aplicarlo al mundo ¨¢rabe. En este sentido, Irak aparec¨ªa como la Prusia de los ¨¢rabes, y Sadam Husein, como el "Bismarck del futuro". Sin embargo, Matar estaba fascinado por una imagen hist¨®rica enteramente diferente: "Carlos Marx conquist¨® de repente nuestro coraz¨®n y nuestro entendimiento. En lugar de tener en perspectiva la unidad ¨¢rabe, nosotros persegu¨ªamos la unidad del proletariado, en lugar de la Santa Prusia adoptamos las formas del gran Mosc¨² y, a partir de entonces, nuestros sue?os no tuvieron otro tema que la revoluci¨®n global cruenta, con la que pretend¨ªamos hacer saltar en pedazos nuestra patria y el mundo capitalista entero para construir en otros lares una patria ¨¢rabe mundial enteramente nueva".
Salim Matar dio la espalda a Irak en 1978, despu¨¦s de que se intensificase la oleada de persecuciones contra cualquiera que pensase de manera diferente, y se instal¨® en Ginebra, tras haber recalado en L¨ªbano, Siria e Italia. Comenta desilusionado: "Ni Bismarck materializ¨® mi unidad ¨¢rabe ni Marx hizo posible el para¨ªso comunista; sin embargo, yo sigo so?ando". Y el tema favorito de sus sue?os no es otro que la identidad iraqu¨ª perdida. Ning¨²n exiliado iraqu¨ª ha escrito tanto sobre este tema como Matar. En todos sus textos recalca que Irak todav¨ªa no ha encontrado su propia identidad, a pesar de tener una existencia de 6.000 a?os de antig¨¹edad: "Nuestro problema no consiste en idear una nueva identidad, sino en reavivar la antigua".
En 1976, el poeta, cr¨ªtico y traductor natural del sur de Irak Kadhim Jihad lleg¨® a Par¨ªs a los 21 a?os, y all¨ª contin¨²a todav¨ªa, desarrollando su actividad docente como profesor en la Sorbona. Traductor de talento, ha reescrito en un ¨¢rabe impecable a Jean Genet, Dante, Rimbaud, Gilles Deleuze, Jacques Derrida y Philippe Jaccottet.
Jihad se queja de la actitud de los Estados ¨¢rabes y del desinter¨¦s que muestran en un momento tan importante como ¨¦ste en el que se decide el destino no s¨®lo de Irak, sino de toda la regi¨®n. "Lo que est¨¢ ocurriendo en Irak desde finales de los a?os setenta es una aut¨¦ntica concatenaci¨®n de cat¨¢strofes de una intensidad tal como pocas veces ha sufrido ning¨²n otro pueblo", se?ala. "Una represi¨®n cruel en el interior por parte de un poder que ha sucumbido a la ilusi¨®n de que las guerras le permitir¨¢n encontrar una salida razonable a la dif¨ªcil situaci¨®n interna". Sin embargo, le inquieta la actitud de los iraqu¨ªes que creen en la soluci¨®n estadounidense. "Si Estados Unidos hablara de democracia en serio, habr¨ªa tenido una buena ocasi¨®n de hacerla realidad en los ¨²ltimos d¨ªas de la guerra del Golfo respaldando el levantamiento del pueblo iraqu¨ª, ya en aquel entonces, cuando el cambio apuntaba por el horizonte". En su opini¨®n, el sue?o de todos los iraqu¨ªes, sin excepci¨®n, consiste en la desaparici¨®n de Sadam Husein sin guerra. "?C¨®mo es que las grandes potencias no est¨¢n en condiciones de hacer realidad un milagro semejante?".
Estas mismas reflexiones se hace el poeta Abdelkarin Qasid, que no est¨¢ preocupado en absoluto por el futuro de Irak, puesto que es imposible que los estadounidenses permanezcan en el pa¨ªs a largo plazo. Lo que s¨ª le preocupa, y mucho, son la guerra y el posible empleo de armas de destrucci¨®n masiva por parte de ambos "adversarios malignos", que tendr¨ªa como v¨ªctimas a miles de iraqu¨ªes inocentes. La peripecia de la huida de Qasid tiene tintes de aut¨¦ntica aventura, incluso en opini¨®n de sus propios colegas en el exilio. El poeta estuvo perdido durante siete d¨ªas por el desierto a lomos de un camello hasta que logr¨® alcanzar la frontera saud¨ª. El d¨ªa de su partida, los servicios de seguridad asaltaron su casa de Basra, pero all¨ª s¨®lo encontraron a su madre. El periplo de Qasid le llev¨® primero a Kuwait, despu¨¦s a L¨ªbano, y de all¨ª a Damasco. A continuaci¨®n recal¨® en Ad¨¦n y Argelia, y finalmente en Londres. All¨ª un amigo le recibi¨® con las siguientes palabras de saludo: "?Bienvenido a tu decimotercera patria!". Apenas tiene sentido hablar de la brutalidad del r¨¦gimen iraqu¨ª, comenta Qasid. La situaci¨®n de los iraqu¨ªes habla por s¨ª sola con una evidencia palmaria: dos millones de v¨ªctimas, miles de detenidos y cuatro millones de expatriados.
Hussain al Mozany, nacido en 1954 en Irak, vive desde 1980 en Colonia, donde trabaja como escritor y traductor. Recientemente ha publicado la novela Mansur o el aroma de Occidente. ? Frankfurter Allgemeine Zeitung.
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