El Santander da la luz
La reputaci¨®n corporativa es un valor en alza para las empresas, con influencia creciente en la cuenta de resultados. Las clasificaciones de las publicaciones especializadas reflejan que el buen nombre de una sociedad no es s¨®lo un instrumento eficaz para ganarse el respeto del mercado y la fidelidad de los clientes, sino que tiene a la vez un impacto directo en la rentabilidad y los dividendos. En la Bolsa de Nueva York ya existen dos ¨ªndices que cotizan intangibles como el respeto a las normas medioambientales.
La econom¨ªa empresarial es cada d¨ªa m¨¢s consciente del beneficio inducido que reporta la acci¨®n social, que act¨²a como una publicidad blanca y un refuerzo de la marca. Adem¨¢s, el pinchazo del globo burs¨¢til y los esc¨¢ndalos contables han dejado de nuevo arrinconado el prototipo de ejecutivo individualista, con aire y alma de conquistador, en favor del gestor discreto, impulsor del trabajo en equipo. Para recobrar la confianza de los inversores surge la necesidad de transparencia y de dotar a las empresas de c¨®digos de buen gobierno.
En Espa?a, el Banco Santander Central Hispano ha elaborado una memoria, que ser¨¢ presentada a la aprobaci¨®n de la junta de accionistas del pr¨®ximo 21 de junio, en la que figuran los sueldos de los consejeros y altos directivos. Tambi¨¦n los compromisos de pensiones, los planes de opciones sobre acciones y los cr¨¦ditos que tienen asumidos con la entidad. La pol¨ªtica de puertas abiertas zanja asimismo el espinoso asunto de la multimillonaria indemnizaci¨®n del ex consejero delegado, ?ngel Corc¨®stegui, con incompatibilidad de diez a?os para trabajar en banca incluida.
M¨¢s importante a¨²n es la propuesta a la asamblea de accionistas de eliminar todos los blindajes de la sociedad frente a potenciales nuevos socios. Si la iniciativa prospera, quedar¨¢n derogadas la limitaci¨®n de los derechos de voto, la exigencia de mayor¨ªas cualificadas para decisiones de fusi¨®n o para nombrar presidente o vicepresidentes. Se eliminar¨¢ tambi¨¦n el requisito de haber sido consejero durante cinco a?os para optar a la presidencia. La entidad funcionar¨¢ bajo los principios de mayor¨ªa simple y una acci¨®n, un voto.
El ejemplo de transparencia va m¨¢s all¨¢ de la pr¨¢ctica de las principales corporaciones estadounidenses y s¨®lo tiene reflejo en lo que ya es norma consolidada en el Royal Scotland Bank, el socio de referencia del Santander. Los cambios superan incluso las exigencias planteadas por el C¨®digo Olivencia y las recomendaciones de la Comisi¨®n Aldama sobre normas de buen gobierno.
Para este acto de desnudez, el gran banco espa?ol, la decimoquinta entidad financiera y una de las cien mayores empresas del mundo por volumen de negocio, ha necesitado meses de discusiones internas. La decisi¨®n responde al objetivo de mejorar su imagen, deteriorada por asuntos judiciales y por el impacto en sus cuentas de la crisis en Latinoam¨¦rica. Con este paso adelante, el Santander toma la delantera y actuar¨¢ de acicate para otras grandes empresas, pero ya no podr¨¢ volverse atr¨¢s de su vocaci¨®n de transparencia.
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