Alegato por un Manzanares tur¨ªstico
- Jard¨ªn devastado. "Es una verdadera l¨¢stima comprobar la manera en que han devastado un precioso jard¨ªn que alegraba el Ministerio de Econom¨ªa junto a la plaza de Cuzco", dice Jos¨¦. "La mole del ministerio, que se alza junto a la del tambi¨¦n Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, encontraba en este jard¨ªn tan cuidado y bello un contraste maravilloso que ahora el capricho de alg¨²n irresponsable ha destrozado. Zanjas sin sentido", agrega, "han destripado parte de sus sembrados y ¨¢rboles. Para colmo, las casamatas donde, en teor¨ªa, se iban a alojar los operarios de una futura obra, est¨¢n vac¨ªas y ya no hay empresa constructora que realice nada: s¨®lo queda la tierra y el jard¨ªn saqueados".
- Acceso lateral. "Me gustar¨ªa que se tuviera en cuenta que en las manifestaciones, la gente que afluye no lo hace ¨²nicamente siguiendo el sentido de la marcha", dice Rosa. "Muchas otras personas, a veces hasta un tercio de los participantes, accede lateralmente a las manifestaciones. Por ello", a?ade, "creo que en sus c¨¢lculos de las demostraciones pasadas y por venir, debieran tener en cuenta este c¨¢lculo".
- Desd¨¦n por los idiomas extranjeros. "Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil encontrar en Madrid un cartel anunciador de algo interesante en una lengua extranjera", dice Paca. "No me explico c¨®mo siendo una ciudad tur¨ªstica por excelencia, Madrid no dedica m¨¢s atenci¨®n a sus visitantes extranjeros. Me parece una falta de delicadeza, primero, y de sentido del negocio, despu¨¦s".
- Manzanares n¨¢utico. "Quisiera que el r¨ªo Manzanares fuera aprovechado por los madrile?os mediante unas canoas o motoras que permitieran recorrerlo, por lo menos algunos de sus tramos", dice ?ngela. "No veo por qu¨¦ raz¨®n otras ciudades del mundo aprovechan sus r¨ªos con miras tur¨ªsticas y Madrid deba renunciar a ello. Me parece absurdo. Podr¨ªa ser un acicate y, adem¨¢s, un negocio".
- Asfaltado lamentable. "Resulta lamentable el estado en el cual se encuentra el firme asf¨¢ltico de la M-30 y de muchas otras autov¨ªas de la Comunidad de Madrid", dice Dami¨¢n. "Es extremadamente peligroso el estado de las rutas y no me puedo explicar c¨®mo se encarga de su asfaltado a empresas que, fuera de toda duda, incumplen las pautas y controles de calidad exigidos para la seguridad de todos. Debieran existir organismos de control de calidad de las obras".
- Palabrotas ?docentes? "El otro d¨ªa vi a un profesor de un colegio, que visitaba un museo con sus alumnos, decir una sarta tremenda de palabrotas delante de los chicos porque uno de ellos se hab¨ªa desplazado lejos de donde el grupo se hallaba", cuenta Carolina. "Me pregunto si el profesor en cuesti¨®n, aparte de perder la paciencia, consider¨® que esas palabrotas ten¨ªan alguna finalidad did¨¢ctica. Ense?ar a hablar con correcci¨®n a los adolescentes es una de las ense?anzas que el sentido com¨²n se?ala como prioritarias de los profesores", subraya.
- Adi¨®s a los cicerones. "Me apena ver c¨®mo ha desaparecido de nuestros museos la figura del cicerone que, con su buen hacer, contribu¨ªa a explicar el contenido art¨ªstico de las salas de arte", se?ala Marcos. "Habida cuenta de que la gente pierde la relaci¨®n con el arte en plena adolescencia, con el bachillerato, y que nadie se dedica a explicar la evoluci¨®n o las escuelas art¨ªsticas, creo que las autoridades debieran reforzar tales cometidos precisamente en los museos, de esa manera se crear¨ªan muchos puestos de trabajo en un pa¨ªs como el nuestro que es una superpotencia en patrimonio art¨ªstico".
- Expliquen las piezas ausentes. "El otro d¨ªa visit¨¦ el Palacio Real y en la Armer¨ªa, espl¨¦ndida por cierto, vi que faltaban algunas armas valiosas", cuenta Ana. "Las faltas, con certeza, obedec¨ªan a esos pr¨¦stamos que se hacen unos museos y otros para exposiciones o bien a la reparaci¨®n o limpieza de las piezas. Hasta aqu¨ª, vale; se trata de algo comprensible", explica. "Pero lo que debiera hacerse, y no veo que se hiciera, es se?alar, exactamente, en qu¨¦ paradero se encuentra la pieza ausente, por respeto a los contribuyentes que pagan, con sus impuestos, el mantenimiento de los museos p¨²blicos. Esto vale tambi¨¦n para el Prado, el del Ej¨¦rcito y otros museos donde he visto similares carencias".
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