Como quien cuenta un cuento
Bella Davidovich (Baku, Azerbaiy¨¢n, 1928) se sent¨® al piano en el Auditorio de Madrid, con la familiaridad de quien se re¨²ne a tomar el t¨¦ en su casa con unos amigos alrededor de una mesa camilla. Desde el primer momento se detect¨® que iba a ser un recital entra?able.
La gran dama rusa, actualmente residente en Nueva York, toca un poco a la antigua, sin ning¨²n tipo de exhibicionismos gratuitos, acariciando las teclas, tejiendo el sonido con una inmensa delicadeza, desgranando las notas como quien cuenta un cuento. No tiene prisas. Hay que dar tiempo a la narraci¨®n para que los invitados degusten sin apresuramientos las pastas. Empezar con Mozart es casi una parte del rito. La fantas¨ªa en re menor dejaba bien claras las reglas del juego. Era una fantas¨ªa cotidiana, expuesta con la naturalidad que tiene un reencuentro entre amigos.
Bella Davidovich (piano)
Obras de Wolgang Amadeus Mozart, F¨¦lix Mendelssohn y Federico Chopin. Ciclo de Grandes int¨¦rpretes. Organizado por la Fundaci¨®n Scherzo y patrocinado por EL PA?S. Auditorio Nacional. Madrid, 19 de marzo.
Encontr¨¦ algo premioso el andante cantabile de la Sonata n¨²mero 13. Debe ser culpa m¨ªa, no deb¨ªa estar suficientemente concentrado todav¨ªa. El inmediatamente posterior allegretto grazioso me sac¨® de dudas. La seducci¨®n ven¨ªa por la v¨ªa de la sencillez, la magia por la sensibilidad desplegada.
Seis romanzas
La interpretaci¨®n de las seis romanzas y un rond¨® capriccioso de F¨¦lix Mendelssohn fue primorosa, reveladora de un mundo perdido de sensaciones y est¨ªmulos confidenciales. El encanto pian¨ªstico de Mendelssohn se agigantaba a cada pieza. La se?ora Davidovich mimaba cada peque?o pasaje con un esmero admirable. Y a¨²n quedaba en el programa Chopin, con un combinado de variaciones, nocturno, barcarola, preludio y balada.
El recital continu¨® en la misma serenidad, y as¨ª las obras del gran pianista rom¨¢ntico fueron expuestas con una cercan¨ªa, con un calor, poco frecuentes. Fue el de la pianista un trabajo de artesan¨ªa pura en una ¨¦poca de productos industriales elaborados. Ese retorno a una manera distinta de tocar y de vivir domin¨® de principio a fin una tarde id¨®nea para la melancol¨ªa y los placeres no sofisticados.
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