Deseng¨¢?ese, la pobreza no es soportable
Entre los no pobres es corriente creer que la pobreza es una condici¨®n soportable. Pero no lo es... produce una angustia profunda, un deterioro de la salud considerable, privaciones cr¨®nicas, un estado permanente de emergencia que va creando un estilo de vida insoportable. Y ser pobre no significa ser mendigo: la gran mayor¨ªa de las personas comprendidas en la definici¨®n de pobreza habitual en el primer mundo trabaja mucho: probablemente m¨¢s horas que los no pobres. Simplemente, lo que ganan no les da para vivir.
Barbara Ehrenreich es una escritora norteamericana, bi¨®loga de formaci¨®n, a la que un d¨ªa, comiendo con el director de la revista Harper's, se le ocurri¨® comentar el hecho de que la reforma de la Seguridad Social que acababa de aprobar el Congreso de Estados Unidos iba a lanzar al mercado a unos cuatro millones de mujeres que dejar¨ªan de percibir prestaciones sociales y tendr¨ªan que buscar trabajo con salarios m¨ªnimos, de unos siete d¨®lares la hora. "?C¨®mo viven las trabajadoras no cualificadas con un jornal as¨ª? Alguien tendr¨ªa que hacer periodismo a la vieja usanza, lanzarse a la calle y ver c¨®mo es la cosa", coment¨®. El director de Harper's no perdi¨® un segundo: "Lo mismo pienso yo. Cu¨¦ntalo".
POR CUATRO DUROS. C?MO (NO) APA??RSELAS EN ESTADOS UNIDOS
Barbara Ehrenreich
Traducci¨®n de Carmen Aguilar
RBA. Barcelona, 2003
239 p¨¢ginas. 17 euros
En los dos a?os siguientes, Barbara Ehrenreich dedic¨® varios meses de su vida, de forma discontinua, a vivir como una de esas trabajadoras. El resultado de la experiencia fue Por cuatro duros. C¨®mo (no) apa?¨¢rselas en Estados Unidos y su primera virtud es que convierte a los pobres en gente visible: son el camarero de la hamburgueser¨ªa de la esquina, la limpiadora del hotel donde se pasa un fin de semana o los dependientes del supermercado adonde acudimos diariamente.
La t¨¦cnica de Ehrenreich no es nueva porque hay ya extraordinarios ejemplos de este tipo de trabajo period¨ªstico: el famoso The Other America, de Michael Harrington, que en los a?os sesenta realiz¨® tambi¨¦n una aproximaci¨®n a la pobreza, o Cabeza de turco, en el que Gunter Wallraff se hizo pasar durante meses por un inmigrante turco en Alemania.
Por cuatro duros tiene sin embargo un lado especial: su sentido del humor, un toque de picaresca a la espa?ola que huye de los tonos tr¨¢gicos y hace la lectura atrayente e intrigante. Ehrenreich hace un relato realista, pero precisamente por eso no huye de esa otra parte de la realidad que es la riqueza del ser humano: "Acabada la experiencia, mucha gente me pregunt¨® si la gente con la que hab¨ªa trabajado no advert¨ªa que... Daban por supuesto que una persona educada es irremediablemente distinta -y superior- a los z¨¢nganos con quienes trabaja [...]. Sospecho que lo ¨²nico que realmente yo ten¨ªa de especial era mi inexperiencia. O vuelto el razonamiento al rev¨¦s, la personalidad de una trabajadora con salario bajo no es m¨¢s anodida que la de quien se gana la vida escribiendo. Tampoco tiene menos tendencia a ser ingeniosa o brillante. Cualquiera que pertenezca a las clases instruidas y crea lo contrario debe ampliar su c¨ªrculo de amigos".
Por cuatro duros deja clara
otra cosa: los trabajos sin cualificar, los que se remuneran con los salarios m¨¢s bajos, son trabajos duros, extenuantes y no existen estratagemas de supervivencia que desconozca la clase media. Simplemente se soportan en muchos casos con antiinflamatorios (es sorprendente el n¨²mero de compa?eros y compa?eras de Ehrenreich que necesitan ibuprofeno para seguir adelante) y suelen desembocar en una alimentaci¨®n deficiente (no son extra?os los casos de obesidad provocados por comida r¨¢pida, sopas de sobre y bebidas gaseosas).
Sin embargo, la principal preocupaci¨®n de la autora y de sus colegas en todo el libro no es la comida o la salud, sino el alojamiento: c¨®mo pagarse un apartamento o incluso una simple habitaci¨®n dados los precios de mercado y el salario que reciben. Seg¨²n los analistas estadounidenses, para considerarlo asequible, el alquiler no debe superar el 30% de los ingresos, pero el 59% de los inquilinos pobres (unos 4,4 millones de familias en Estados Unidos) tienen que dedicar m¨¢s del 50% de sus ingresos al alojamiento. La lucha por conseguir pagar el alquiler se convierte en una pelea angustiosa, que lleva en algunos casos al pluriempleo. Unos 7,8 millones de personas en Estados Unidos (entre el 6% y el 7% de la poblaci¨®n activa) tienen un empleo a tiempo completo y otro a tiempo parcial. Ehrenreich lo intent¨® pero se declar¨® vencida: no soportaba el cansancio f¨ªsico.
Muchas de las experiencias y muchos de los datos que cuenta Por cuatro duros podr¨ªan ser aplicables a Europa y a Espa?a (sobre todo, la carest¨ªa de vivienda), pero en el fondo se trata de un libro muy norteamericano por tres cosas: porque se contrapone con el "sue?o americano", seg¨²n el cual, tengas la formaci¨®n que tengas, seas como seas, si trabajas duro podr¨¢s vivir dignamente. Segundo, porque la realidad social norteamericana es m¨¢s dura que la de Europa occidental. En Estados Unidos, el Gobierno ofrece Medicare a los ancianos y Medicaid a los pobres de solemnidad, pero no existe un servicio de salud universal y gratuito que permita a los trabajadores de poco salario recibir el tratamiento adecuado para cualquier dolencia, grave o menos grave. Y tercero, porque aqu¨ª todav¨ªa no ha llegado la nueva locura USA: m¨¢s del 80% de las grandes compa?¨ªas exige el an¨¢lisis de consumo de drogas para cualquier empleo. Ehrenreich se rebela ante la humillaci¨®n a?adida de tener que orinar en un frasco para saber si has consumido marihuna o drogas m¨¢s duras (el alcohol no cuenta) y adem¨¢s aporta una conclusion econ¨®mica sorprendente: el Gobierno federal invirti¨® 11,7 millones de dolares en controlar a 29.000 empleados. Como s¨®lo 153 dieron positivo, el costo de detectar a un solo consumidor fue de 77.000 d¨®lares. ?Por qu¨¦ persisten los patronos en esa pr¨¢ctica? "Sospecho", dice Ehrenreich, "que el degradante efecto de la prueba puede ejercer cierto atractivo sobre los empleadores".
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