"Los pueblos ajustar¨¢n cuentas en las urnas con Blair y Aznar"
Estados Unidos, dice Emmanuel Todd, no puede disimular ni su dependencia econ¨®mica, ni la inversi¨®n de su din¨¢mica democr¨¢tica". Esta deriva americana ha convertido a Todd al europe¨ªsmo, contra el que hab¨ªa sido siempre muy cr¨ªtico. Para ¨¦l, Europa y el retorno de Rusia a la escena pol¨ªtica son indispensables para el reequilibrio del mundo.
Pregunta. Usted dice que el Imperio americano es un imperio en decadencia, y precisamente cuando Estados Unidos se apresta a hacer una demostraci¨®n de fuerza contra la opini¨®n p¨²blica mundial.
Respuesta. Hacer la guerra a un Estado min¨²sculo, de 20 millones de habitantes, exhausto y sin un ej¨¦rcito digno de este nombre, no es una demostraci¨®n de fuerza, es una manifestaci¨®n de lo que yo llamo el micromilitarismo teatral. En esta crisis hemos podido constatar que a Estados Unidos ya nada le resulta f¨¢cil. Un a?o para atacar una minipotencia como Irak revela complicaciones impropias de una gran potencia. La descomposici¨®n del sistema americano es mucho m¨¢s r¨¢pida de lo que en mi libro hab¨ªa imaginado.
"Un escenario negro para EE UU: derriba a Sadam y a¨²n hay muchos soldados en la zona. Y de golpe, los pa¨ªses europeos, que deben ser conscientes de su fuerza, cierran las bases"
"EE UU ha escogido a un enemigo insignificante en la lejana Asia, y se le ataca para demostrar que la Am¨¦rica que luch¨® contra el fascismo y el comunismo sigue siendo imprescindible"
"El error de Blair y Aznar es de apreciaci¨®n de la relaci¨®n de fuerzas y de sobreestimaci¨®n de la potencia americana. Los pueblos europeos ajustar¨¢n cuentas en las urnas con ellos"
"Lo importante, y parece que algunos no se dan cuenta, es que franceses y alemanes no tienen raz¨®n alguna para detener su estrategia porque est¨¢ en sinton¨ªa con la opini¨®n europea"
"Estabilizada la 'entente' franco-alemana, se abre una relaci¨®n con Rusia que crecer¨¢ en la medida en que las opciones americanas se militaricen. Es el retorno de Rusia al concierto de las naciones"
"La gran debilidad del ej¨¦rcito americano est¨¢ en su tradicional incapacidad de actuar en tierra, que la guerra de Afganist¨¢n, presentada como victoria, no ha hecho m¨¢s que confirmar"
P. ?El fracaso diplom¨¢tico de Estados Unidos es una demostraci¨®n de esta p¨¦rdida de poder?
R. Hemos visto un primer intento de reestructuraci¨®n del sistema mundial contra las posiciones de Estados Unidos. Creo que en Washington nunca se imaginaron que podr¨ªa producirse el rechazo que han encontrado en esta crisis. El micromilitarismo teatral ten¨ªa un doble objetivo: hacer olvidar a los americanos que su econom¨ªa parece el Titanic y es absolutamente dependiente por el enorme d¨¦ficit comercial, y transmitir al mundo el sentimiento de que EE UU son todav¨ªa necesarios. Se escoge un enano, un enemigo insignificante en la lejana Asia, y se le ataca para demostrar que la Am¨¦rica que luch¨® contra el fascismo, que luch¨® contra el comunismo, sigue siendo imprescindible.
P. Y la gente no se lo ha cre¨ªdo.
R. Lo que ha ocurrido ha sido exactamente lo contrario de lo que ellos preve¨ªan. Al principio de este conflicto la gente pensaba que Sadam Husein era una amenaza para todos, han pasado los meses y ahora la gente piensa que la amenaza principal es George Bush. Un ¨¦xito colosal de Estados Unidos.
P. ?Cu¨¢les han sido las claves de este proceso?
R. Ha sido un proceso por etapas. La primera, y quiz¨¢ decisiva, la reelecci¨®n de Schr?der en Alemania, que Estados Unidos no se esperaba y arruin¨® parte de sus planes. Schr?der fue elegido a partir del argumento de la oposici¨®n a la guerra. Alemania y Jap¨®n, los dos grandes vencidos de la II Guerra Mundial, han sido los dos grandes pilares del sistema americano. Alemania y Jap¨®n son las dos principales econom¨ªas industriales exportadoras. En tanto que dominaba a estos dos pa¨ªses, Estados Unidos era realmente el due?o del mundo. La p¨¦rdida del apoyo alem¨¢n fue, por tanto, muy sensible. La segunda etapa viene como consecuencia de esta primera: Francia se encuentra en disposici¨®n de seguir la regla se?alada por el general De Gaulle. Una vez Alemania se ha separado de Estados Unidos se genera inmediatamente la din¨¢mica de la alianza franco-alemana. Y ambos pa¨ªses han comprendido que, si cada uno por su parte son potencias medianas de ¨¢mbito europeo, juntos son una fuerza estrat¨¦gica mundial.
P. Pero esto ocurre en un momento de debilidad alemana.
R. La particularidad de este momento es que s¨®lo hay actores d¨¦biles. Es la diferencia con el siglo pasado. No hay actores fuertes. La econom¨ªa americana es un desastre en el ¨¢mbito industrial; las econom¨ªas europeas son m¨¢s fuertes industrialmente, pero tienen enormes debilidades demogr¨¢ficas. Jap¨®n tiene problemas parecidos a Europa. Rusia es d¨¦bil porque su econom¨ªa se derrumb¨® y porque est¨¢ en regresi¨®n demogr¨¢fica.
P. Quedaba pendiente la tercera etapa de este proceso.
R. Es la aparici¨®n de la opini¨®n p¨²blica europea. El acuerdo franco-alem¨¢n es eficaz en el plano internacional porque representa a la ciudadan¨ªa europea. Se repite estos d¨ªas que es muy grave que Europa se haya dividido, que Blair, Aznar y Berlusconi y los pa¨ªses del Este no est¨¦n de acuerdo con el eje franco-alem¨¢n. Lo importante, y algunos parece que no se dan cuentan, es que franceses y alemanes no tienen raz¨®n alguna para parar su estrategia porque est¨¢n en sinton¨ªa con la opini¨®n europea y, por tanto, no hay ninguna amenaza a su posici¨®n. La otra novedad -cuarta etapa si se quiere- es el retorno de Rusia al concierto de las naciones. Una vez estabilizada la entente franco-alemana, se abre una relaci¨®n con Rusia que crecer¨¢ en la medida en que las opciones americanas se militaricen. Hasta el punto de que si Bush se sigue radicalizando la relaci¨®n ocasional podr¨ªa convertirse en estructura estable.
P. Es decir, que la ruptura provocada por Blair y Aznar, en su opini¨®n, no significa que Estados Unidos haya cosechado ya un primer ¨¦xito: la divisi¨®n de Europa.
R. No. Europa no est¨¢ dividida. En mi libro explico lo que hace que los europeos existan: una tasa de violencia baja, una actitud razonable en el campo econ¨®mico, una compleja relaci¨®n con el pasado. Ahora, a la vista de los sondeos de opini¨®n de estos d¨ªas, sabemos que Europa existe. El proyecto americano ha actuado como revelador: los espa?oles, los ingleses o los italianos han demostrado ser m¨¢s europeos que sus Gobiernos. Las previsiones son f¨¢ciles: la guerra ser¨¢ grotesca y durar¨¢ un momento, no puede ser de otro modo dada la monumental desproporci¨®n de las fuerzas en presencia. Despu¨¦s vendr¨¢ la decisi¨®n de los pueblos europeos, que ajustar¨¢n sus cuentas en las urnas con Blair, Aznar y Berlusconi, que, por cierto, ha desaparecido s¨²bitamente de la escena. El error de Blair y Aznar es de apreciaci¨®n de la relaci¨®n de fuerzas y de sobreestimaci¨®n de la potencia americana. Blair y Aznar se encegaron con las pol¨ªticas neoliberales, cosa que no les ocurri¨® ni a Chirac ni a Schr?der. Los pa¨ªses que han resistido a la presi¨®n americana han sido precisamente aquellos en los que el neoliberalismo ha penetrado menos. El razonamiento de Blair y Aznar ha sido: vamos a tener un enfrentamiento con la opini¨®n p¨²blica, pero un d¨ªa nos agradecer¨¢n haber estado del lado del m¨¢s fuerte, del vencedor. Y se equivocan.
P. En realidad, el dios bajo el que se han cobijado no es tan poderoso como creen.
R. Desde el primer momento se ha visto la debilidad de Estados Unidos, que no ha conseguido la coalici¨®n pensada, que va a tener dificultades para pagar esta guerra. Pero ahora Blair y Aznar ya son jugadores atrapados en una partida de p¨®quer de la que les costar¨¢ mucho salir y reconocer que se equivocaron.
P. Pero Inglaterra ha estado siempre incondicionalmente del lado americano.
R. S¨ª, pero no de este modo. La tradici¨®n inglesa ha sido efectivamente de alianza con Estados Unidos, pero sobre una base igualitaria. Blair ofrece a Inglaterra una alianza con Estados Unidos sobre un principio jer¨¢rquico muy fuerte.
P. Usted dice en su libro que Estados Unidos es una potencia en crisis porque no tienen el poder militar y econ¨®mico y porque su universalismo ideol¨®gico est¨¢ en declive. Sin embargo, tiene un ej¨¦rcito que suma tanto como los siete que le siguen en el ranking juntos.
R. La capacidad de un ej¨¦rcito no se mide en cifras de gasto militar. La ¨²nica certeza sobre el ej¨¦rcito americano es su preponderancia absoluta en el terreno aeronaval. En el plano de las fuerzas de destrucci¨®n nuclear estrat¨¦gica, Rusia es absolutamente capaz de destruir Estados Unidos, con lo cual la superioridad en este terreno no existe. La gran debilidad del ej¨¦rcito americano est¨¢ en su tradicional incapacidad de actuar en tierra, que la guerra de Afganist¨¢n, a pesar de haber sido presentada como una gran victoria americana, no ha hecho m¨¢s que confirmar. Se dice que en la guerra la contribuci¨®n brit¨¢nica es simb¨®lica. En absoluto, en tierra es muy superior en eficacia a la americana. La capacidad real de acci¨®n universal de Estados Unidos est¨¢ en la libre disposici¨®n de bases militares en Jap¨®n, en Corea, en Alemania, en Espa?a, en Inglaterra, en todas partes. La importancia de estas bases no est¨¢ s¨®lo en la capacidad operativa, sino en la legitimidad que dan a la acci¨®n americana. Es el reconocimiento de Europa de que les necesita para defenderse. Pero si Estados Unidos siguen la huida hacia delante de Bush, cada vez ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil en muchos pa¨ªses mantener estas bases. Y sin bases en Europa el poder militar americano se debilitar¨ªa enormemente.
P. No veo mucha disposici¨®n en los pa¨ªses europeos a rechazar las bases americanas.
R. Perm¨ªtame que describa un escenario negro para los americanos. Estados Unidos derriba a Sadam Husein. Hay muchas tropas todav¨ªa ocupadas en la zona. Y de golpe los pa¨ªses europeos empiezan a cerrar bases. All¨ª se demostrar¨ªa que Estados Unidos no tiene los medios log¨ªsticos y econ¨®micos para asegurar su presencia en Oriente Pr¨®ximo. Los europeos deben ser conscientes de esta fuerza. Y por eso a m¨ª la relaci¨®n con Rusia me parece fundamental. Los europeos deben tomar conciencia de que Rusia ya no es una amenaza porque es un pa¨ªs en crisis demogr¨¢fica y pac¨ªfico.
P. Putin no es un personaje que ofrezca mucha confianza.
R. Yo no soy de esta opini¨®n. Me parece un personaje racional y realista.
P. ?A pesar de Chechenia?
R. Podemos hablar de Chechenia. Lo que quiero decir es que si Estados Unidos sigue en decadencia, practicando la agitaci¨®n militar para Europa, Rusia pasar¨¢ del estatuto de amenaza al estatuto de aliado. Y la relaci¨®n de Europa con Rusia dejar¨¢ de pasar por la intermediaci¨®n de Estados Unidos. La cuesti¨®n chechena retrasa la posibilidad de que esta inversi¨®n de alianzas ocurra.
P. La cuesti¨®n de la econom¨ªa: usted insiste en que la econom¨ªa americana es muy dependiente del exterior, pero las dem¨¢s econom¨ªas dependen del consumo americano.
R. Se podr¨ªa decir que los americanos son fuertes porque comen. Bromas aparte, es evidente que Europa no tiene que tratar de competir militarmente con Estados Unidos, sino de hacer su econom¨ªa cada vez m¨¢s fuerte, de estimular el consumo interior y de extender su incidencia sobre otras ¨¢reas del planeta, trabajando para un reequilibrio general. Para un solo pa¨ªs es dif¨ªcil salir del sistema; para muchos, no. Actualmente el dinero europeo parte hacia Estados Unidos, all¨ª se redistribuye y vuelve a Europa a trav¨¦s del consumo americano. Si este circuito se detuviera no habr¨ªa soluci¨®n para Estados Unidos, y s¨®lo los europeos pueden imaginar otra forma de distribuci¨®n de los recursos financieros en el mundo. Bastar¨ªa que parte de estos recursos fueran a los pa¨ªses en desarrollo para que ¨¦stos se convirtieran en consumidores y el equilibrio cambiara.
P. Usted habla de la crisis del universalismo ideol¨®gico americano, pero la cultura americana tiene un peso considerable en el mundo todav¨ªa.
R. La ¨¦poca de la guerra fr¨ªa ha sido la del universalismo americano m¨¢ximo. Hacia el exterior, por la propagaci¨®n de una econom¨ªa liberal homog¨¦nea en los pa¨ªses desarrollados y por el apoyo a la descolonizaci¨®n en el conjunto del mundo occidental; hacia el interior, con la lucha contra la segregaci¨®n y por los derechos civiles. La desaparici¨®n de la presi¨®n sovi¨¦tica ha devuelto al sistema mental americano a su equilibrio natural y ha reducido el per¨ªmetro de inclusi¨®n de los pueblos a su universal. Esto se ve en el interior: con el fracaso de la integraci¨®n de negros e hispanos. Y en el exterior, por ejemplo, con la inclusi¨®n de Israel en el sistema americano y la exclusi¨®n de los ¨¢rabes.
P. Usted dice en su libro que hay una fijaci¨®n americana sobre el mundo musulm¨¢n.
R. Es una expresi¨®n de las debilidades de Estados Unidos. La regresi¨®n en el universalismo ideol¨®gico conduce a una nueva intolerancia que concierne al estatuto de la mujer en el mundo isl¨¢mico; la p¨¦rdida de eficacia econ¨®mica redobla la obsesi¨®n por el petr¨®leo ¨¢rabe, y el micromilitarismo teatral encuentra en los pa¨ªses del mundo musulm¨¢n, muy d¨¦biles en este terreno, un magn¨ªfico objetivo.
P. Pero el terrorismo de tipo isl¨¢mico existe.
R. S¨ª, pero lo que hace Estados Unidos es una gran amalgama, como si todos los terrorismos fueran iguales y todos los enemigos tuvieran que ver con el terrorismo. La lucha contra el terrorismo se hace de otra manera. Una guerra contra Irak no sirve para nada. En este momento, en el mundo las cosas van muy de prisa y Estados Unidos va muy lento. Una sola amenaza global pesa hoy en el planeta, el mismo Estados Unidos, que era protector y se ha convertido en depredador. Y en un momento en que los signos de debilidad de su democracia interna son graves. Basta recordar c¨®mo fue elegido Bush.
Un militarismo obsceno
EN EL MOMENTO en que la guerra es ya inevitable, Emmanuel Todd dice sentirse con la conciencia dividida. Por un lado, como historiador, como dem¨®grafo, tiene la satisfacci¨®n de ver c¨®mo todas sus sospechas sobre el "micromilitarismo teatral" americano se confirman, y de ver tambi¨¦n c¨®mo Francia, Alemania y Rusia van retomando el protagonismo que el devenir de las cosas estaba haciendo necesario y deseable. "Estoy convencido", dice, "de que esta crisis servir¨¢ para que se ponga en marcha una fuerza de equilibrio a Estados Unidos".
Pero, por otra parte, Emmanuel Todd dice sentir el desasosiego del absurdo. Del fracaso que significa que se bombardee a un pueblo subdesarrollado, peque?o, impotente. "El militarismo americano", afirma Todd, "tiene algo de profundamente obsceno".
"Si Am¨¦rica se obstina en querer demostrar su omnipotencia, s¨®lo conseguir¨¢ revelar al mundo su impotencia". Con esta sentencia, Emmanuel Todd cierra su libro Apr¨¨s l'Empire. Si en esta obra relata la descomposici¨®n del imperio americano, en 1976 public¨® La chute finale, en el que anunciaba la descomposici¨®n del imperio sovi¨¦tico. Fue un libro de reconocimiento tard¨ªo, porque en aquellas fechas no se daban todav¨ªa las condiciones culturales para que el hundimiento de los reg¨ªmenes de tipo sovi¨¦tico, que tendr¨ªa lugar una d¨¦cada m¨¢s tarde, fuera siquiera pensable. Todd utiliz¨® entonces las herramientas de la demograf¨ªa para anticipar el futuro de la URSS. Tambi¨¦n en ellas se apoya en parte en su an¨¢lisis de Estados Unidos.
Un modelo te¨®rico sobre las estructuras familiares europeas -que dio lugar al libro La invenci¨®n de Europa- ha sido el instrumento de an¨¢lisis a partir del cual Todd ha investigado el desarrollo desigual de la industrializaci¨®n en Europa, la distribuci¨®n territorial de las ideolog¨ªas, las distintas formas de asunci¨®n de los fen¨®menos migratorios o el papel desigual de la violencia en las sociedades. Su ¨²ltimo libro publicado en Espa?a ha sido La ilusi¨®n econ¨®mica, un an¨¢lisis cr¨ªtico del economicismo neoliberal que trat¨® de imponerse como ideolog¨ªa definitiva en los a?os noventa.
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