Los B-52 que bombardearon Bagdad repostaron en vuelo sobre Bilbao, Pamplona y Barcelona
Ocho aviones, cargados con 240 toneladas de bombas, hicieron ejercicios de alto riesgo sobre Espa?a
Ocho bombarderos estrat¨¦gicos B-52 Stratofortress de la Fuerza A¨¦rea de EE UU, conocidos como Fortalezas Volantes, sobrevolaron a primera hora de la tarde del pasado viernes las ciudades de Bilbao, Pamplona y Barcelona, cargados cada uno con 30 toneladas de bombas y misiles que arrojaron m¨¢s tarde sobre Bagdad, dentro de la ofensiva Impacto y Pavor. Los mayores bombarderos del mundo realizaron sobre zonas del territorio espa?ol densamente pobladas maniobras de reabastecimiento en vuelo con cinco aviones cisterna KC-135.
Esta operaci¨®n conlleva un elevado riesgo, ya que el B-52 debe situarse debajo del KC-135, a unos diez metros de distancia, para enganchar una sonda extensible a trav¨¦s de la cual recibe el combustible. Un exceso de velocidad en la maniobra de aproximaci¨®n o una p¨¦rdida moment¨¢nea del control de alguno de los aviones puede acabar en una colisi¨®n.
Fue precisamente realizando una operaci¨®n de reabastecimiento cuando, en 1966, un KC-135 y un B-52, con bombas nucleares, chocaron en vuelo sobre la localidad de Palomares (Almer¨ªa).
El Ej¨¦rcito del Aire espa?ol, que realiza operaciones de reabastecimiento en vuelo con sus cazas F-18 y F-1, tiene prohibido hacerlas sobre ¨¢reas urbanas y las tiene restringidas a zonas previamente determinadas, sobre el mar o terreno deshabitado, pese a que el riesgo es muy inferior, al tratarse de aviones con mucha mayor maniobrabilidad que los B-52 y utilizar un sistema m¨¢s seguro: el de cesta con manguera flexible.
Los ocho B-52 despegaron a las 11 de la ma?ana de la base de Fairford, al oeste de Inglaterra, donde EE UU destac¨® 14 bombarderos de este modelo a principios de mes. Fuentes del Sindicato Nacional de Controladores del Tr¨¢fico A¨¦reo franc¨¦s adelantaron el viernes que los aviones no sobrevolaron Francia, aunque s¨ª la zona del Atl¨¢ntico bajo su control a¨¦reo, y se dirigieron luego a territorio espa?ol. EL PA?S ha podido reconstruir su tr¨¢nsito por Espa?a a partir de varias fuentes que siguen el apoyo espa?ol a EE UU en la actual crisis.
El primero de los ocho B-52, acompa?ados por los KC-135, lleg¨® alrededor de las 13 horas a la vertical de Bilbao y el ¨²ltimo, media hora despu¨¦s. Los bombarderos y los aviones cisterna tomaron una aerov¨ªa civil, que atraviesa de norte a noreste la Pen¨ªnsula, sobrevolando Pamplona y Barcelona, a la altura de El Prat de Llobregat, ya que este tipo de aviones llevan un plan de vuelo civil pese a su car¨¢cter b¨¦lico.
En recorrer los alrededor de 500 kil¨®metros que separan Bilbao de Barcelona emplearon m¨¢s de una hora, teniendo en cuenta la distancia entre el primero y el ¨²ltimo. Luego se adentraron en el Mediterr¨¢neo, de nuevo bajo control a¨¦reo franc¨¦s, entre las islas Baleares y Cerde?a.
A las siete de la tarde, hora espa?ola, los B-52 comenzaban a bombardear la capital iraqu¨ª. A esa misma hora, el presidente de EE UU, George W. Bush, telefone¨® al jefe del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Tras atacar Irak, los ocho B-52 no regresaron de inmediato, sino que volaron a la isla de Diego Garc¨ªa, en el ?ndico, cuya base brit¨¢nica alberga un escuadr¨®n de aviones del mismo tipo.
Durante todo su tr¨¢nsito por territorio espa?ol, los B-52 hicieron reabasteciemiento en vuelo con los KC-135, de forma sucesiva. Los aviones volaron a una altitud de entre 23.000 y 26.000 pies (6.900 a 7.800 metros), ocupando todo el espacio a¨¦reo a esos niveles. Se trata de una altura muy baja para los B-52, cuyo techo supera los 15.000 metros. A mayor altitud la operaci¨®n de repostaje resulta m¨¢s arriesgada, pero permite contar con m¨¢s tiempo de reacci¨®n en caso de accidente.
Los B-52 volaron a una media de 450 nudos (828 kil¨®metros por hora), una velocidad igualmente moderada, para poder hacer el reabastecimiento. ?Por qu¨¦ realizaron esta operaci¨®n s¨®lo dos horas despu¨¦s de despegar?
Los expertos consultados por EL PA?S indicaron que los B-52 salen con poco combustible para poder cargar m¨¢s peso en bombas, y que buena parte del que llevan lo consumen en el despegue. Por eso, vuelan acompa?ados de los KC-135, cuyos dep¨®sitos almacenan 118.000 litros de combustible cada uno.
Lo l¨®gico habr¨ªa sido reaprovisionarse sobre el Atl¨¢ntico. Si no les dio tiempo, pues la operaci¨®n es lenta y muchas veces no se consigue enganchar la sonda al primer tiempo, deber¨ªan haber esperado al Mediterr¨¢neo, pero nunca hacerlo sobre zonas habitadas.
La mejor alternativa era tomar la aerov¨ªa que rodea la Pen¨ªnsula y pasa por el Estrecho, como hicieron los aviones que bombardearon Libia en 1996. Este desv¨ªo habr¨ªa alargado unas dos horas su viaje. Sin embargo, los B-52 actuaron de la forma m¨¢s c¨®moda para ellos, sin atender ninguna otra consideraci¨®n.
Consultado al respecto, un portavoz del Ministerio de Defensa dijo anoche que, "oficialmente, los B-52 no hicieron reabastecimiento sobre territorio espa?ol".
En 1991, durante la primera guerra del Golfo, EE UU despleg¨® un escuadr¨®n de B-52 en la base de Mor¨®n (Sevilla), que realiz¨® 294 misiones de bombardeo en Irak. Los reabastecimientos se hicieron siempre sobre el mar.
El fantasma de Palomares
El 16 de enero de 1966, poco despu¨¦s de las 10 de la ma?ana, un bombardero B-52 del Mando A¨¦reo Estrat¨¦gico (SAC), procedente de Carolina del Norte (Estados Unidos), y un cisterna KC-135 chocaron a 9.000 metros de altitud sobre la localidad almeriense de Palomares, mientras el segundo suministraba combustible al primero. Tras el accidente, que se atribuy¨® al fuerte viento, los restos de los dos aviones cayeron envueltos en una bola de fuego. Las cuatro bombas termonucleares que transportaba el B-52 se desprendieron de sus anclajes. Dos de ellas quedaron intactas, al funcionar los paraca¨ªdas. Pero las otras dos chocaron contra el suelo. El explosivo convencional que rodeaba el n¨²cleo de los proyectiles estall¨® y dej¨® al descubierto las cargas nucleares: una bomba MK-28 de 1,5 megatones, con un poder destructor 75 veces superior al de la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945.
El accidente produjo una nube de part¨ªculas de ¨®xido de plutonio que se deposit¨® sobre una zona de 226 hect¨¢reas de terreno, a 1,5 kil¨®metros de la localidad. Los vecinos acudieron al lugar del siniestro y ayudaron, sin protecci¨®n alguna, a la recogida de los restos de los aviones y de 1.700 toneladas de tierra contaminada. La dosis media de radiactividad en la zona el d¨ªa del accidente era 200 veces superior a la m¨¢xima permitida. M¨¢s de 35 a?os despu¨¦s, un informe del Consejo de Seguridad Nuclear constat¨®, en noviembre pasado, la presencia de "contaminaci¨®n residual" y recomend¨® prohibir las actividades agr¨ªcolas, urban¨ªsticas y, en general, "todas las que supongan remoci¨®n de tierras sin control".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.