Fernando Alonso toca el cielo
El piloto espa?ol, pese a tener fiebre, acaba tercero, s¨®lo superado por Raikkonen y Barrichello
Se present¨® en la pista con 38 grados de fiebre. Apoyado en el muro, comenz¨® a ingerir l¨ªquido azucarado. Cinco litros, concretamente. No se le despeg¨® la sonrisa de la boca y acab¨® regando a su compa?ero de equipo, el italiano Jarno Trulli, que le mir¨® con cara de perplejidad. Fernando Alonso estaba a pocos minutos de subirse a su coche y ponerse al frente del grupo de 20 elegidos que en el mundo pilotan un f¨®rmula 1. Nadie lo hubiera dicho. Ard¨ªa el asfalto, a 42 grados, y ard¨ªa, tan pancho ¨¦l, Alonso, que se sec¨® el sudor antes de introducirse en el peque?o habit¨¢culo de su Renault, que reluc¨ªa all¨ª, el primero de la fila. Algo m¨¢s de hora y media despu¨¦s, Alonso se convert¨ªa en el primer piloto espa?ol que sub¨ªa al podio conduciendo en solitario un f¨®rmula 1.
Kimmi Raikkonen, finland¨¦s de 23 a?os, y Fernando Alonso, espa?ol, de 22, se han empe?ado en jubilar a Michael Schumacher. Y en ello est¨¢n. Durante los ¨²ltimos meses han sido muchas las voces que se han elevado se?al¨¢ndoles como los herederos del pentacampe¨®n, el intocable, el imbatible, el jefe del pelot¨®n, el corredor m¨¢s grande que conocieron los tiempos modernos. Raikkonen (McLaren) y Alonso dieron ayer, en Sepang (Malaisia), un golpe de autoridad inimaginable hace pocos d¨ªas. Quedaron primero y tercero, con el Ferrari de Rubens Barrichello incrustado entre ambos, y pusieron patas arriba el Mundial.
En 56 vueltas, ni un s¨®lo corredor logr¨® adelantar al espa?ol. Ni un Ferrari, ni un Williams, ni otros motores con mucha mayor potencia que el de su Renault. Nadie le vio un fallo, ni le intuy¨® una duda. S¨®lo perdi¨® posiciones por sus dos detenciones en los boxes. Corren tiempos nuevos en la f¨®rmula 1, y Raikkonen y Alonso est¨¢n llamados a encabezar la revoluci¨®n. Cierto que el inicio de la carrera result¨® accidentado y acab¨® derribando las posibilidades de dos de los grandes, Schumacher y Juan Pablo Montoya, inmersos en sendas colisiones. Pero hace s¨®lo un a?o, en este mismo Gran Premio, a ambos les sucedi¨® algo similar y las consecuencias no fueron las mismas.
Eran otros tiempos. El arranque fue delirante. Alonso, que ocupaba la primera posici¨®n en la parrilla, se puso en marcha a todo tren y dej¨® los problemas a su espalda, a la salida de la segunda curva, cuando Schumacher intent¨® meterse por donde no cab¨ªa. Su maniobra le cost¨®, am¨¦n de una sanci¨®n, golpear el Renault de Trulli. Y ese accidente, por efecto domin¨®, acab¨® dejando sin posibilidades a Montoya, que fue embestido por Antonio Pizzonia (Jaguar).
Mientras, por delante, Alonso se manten¨ªa en cabeza, posici¨®n que ocup¨® durante 14 vueltas, algo que jam¨¢s so?¨® con hacer un piloto espa?ol. En la tercera vuelta el McLaren de Coulthard se par¨® en seco. Un enemigo menos. En ese instante, Alonso aventajaba al segundo (Raikkonen) en seis segundos. Pero la potencia del Renault no es la misma que la de un McLaren, ni mucho menos la de un Ferrari. As¨ª que el finland¨¦s y Barrichello comenzaron a acercarse.
No hab¨ªa m¨¢s rivales. En la vuelta 15, Alonso entr¨® en boxes, cambi¨® neum¨¢ticos y repost¨®. Pese a lo que se hab¨ªa rumoreado -que su pole position respond¨ªa a que apenas hab¨ªa llevado combustible- el Renault sali¨® ayer con 54 litros de gasolina. Volvi¨® Alonso en cuarto lugar, por detr¨¢s de Raikkonen, Barrichello y Jenson Button (BAR Honda). Pero ninguno de ellos hab¨ªa pasado por el taller. Lo hicieron los dos ¨²ltimos y Alonso se coloc¨® segundo. El juego de paradas y de cambios de neum¨¢ticos hizo que las posiciones variaran. Fue tercero, fue segundo; por delante, Raikkonen volaba, Barrichello exprim¨ªa la potencia de su Ferrari y en el tramo final, con el cambio autom¨¢tico roto, Alonso decidi¨® aguantar, dej¨® para mejor ocasi¨®n la heroicidad de irse a por Barrichello y entr¨® en la meta en tercer lugar, enfermo, chorreando sudor y levantando el pu?o tras tocar el cielo.
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