La publicidad de los 'chirimbolos' en 2002 ascendi¨® a 75 millones
El PSOE critica que el Ayuntamiento s¨®lo recibi¨® 10 millones de la recaudaci¨®n
Las tres empresas que gestionaron en 2002 los soportes publicitarios conocidos como chirimbolos(Cemusa, Cemumasa y Planigrama) acturaron, gracias a los contratos con las firmas anunciantes, m¨¢s de 75 millones. El Ayuntamiento, que es quien da los permisos e impone las condiciones para que este mobiliario urbano se instale en la ciudad, s¨®lo se embols¨® el a?o pasado algo m¨¢s de 10 millones de euros.
La concejal socialista Marta Rodr¨ªguez-Tarduchy denuncia que el Gobierno municipal (PP) "antepone los intereses de las empresas a los de los ciudadanos". Y, la edil de Obras, Elena Utrilla, defiende que los chirimbolos no cuestan "ni un duro" al Ayuntamiento. Las tres empresas que gestionaron el mobiliario urbano de la capital durante 2002 son Cemusa (FCC), Cemumasa (la multinacional francesa JC Decaux) y Planigrama (participada en un 45% por JC Decaux). Entre las tres ganaron m¨¢s de 75 millones , seg¨²n datos del grupo municipal socialista. Poner un anuncio en un mobiliario urbano costaba entre 153 euros y 307 euros por semana y por cara del chirimbolo.
La invasi¨®n de estos soportes publicitarios empez¨® en marzo de 1995. Algunos de estos chirimbolos miden m¨¢s de dos metros de altura y otros sirven de apoyo, adem¨¢s de a reclamos comerciales, a dep¨®sitos de vidrio, pilas usadas o fuentes que raramente funcionan.
Desde el principio, los grupos de oposici¨®n (PSOE e IU) y colectivos de urbanistas y arquitectos se declararon contrarios a la instalaci¨®n de este mobiliario urbano. La oposici¨®n denunci¨® incluso el contrato ante los tribunales, ya que el presidente de JC Decaux, Jean Claude Decaux, fue condenado en B¨¦lgica en 1992 por un delito de soborno. As¨ª, la adjudicaci¨®n madrile?a vulneraba la legislaci¨®n sobre contrataciones, que impide a los procesados por algunos delitos tener contratos con las administraciones p¨²blicas.
Pero el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, del PP, permaneci¨® inflexible y ha mantenido en las calles alrededor de 2.000 chirimbolos. Este mobiliario, a su vez, se divide en varios tipos: contenedores de pilas, de vidrio, paneles informativos y columnas con fuente o sin fuente. Adem¨¢s de los chirimbolos hay otros soportes publicitarios en las calles de la capital, como, por ejemplo, las marquesinas. "No es ¨¦sta la forma de defender los intereses de los madrile?os. El gobierno actual del Ayuntamiento de Madrid est¨¢ descaradamente escorado hacia los intereses de las empresas en detrimento de los ciudadanos", denuncia la concejal socialista Marta Rodr¨ªguez-Tarduchy. Para la edil del PSOE, "los beneficios que este tipo de contratos proporcionan a las empresas son escandalosamente m¨¢s altos que los ingresos que llegan a las arcas municipales".
En cambio, para el PP los chirimbolos son ¨²tiles para los madrile?os, ya que contienen dep¨®sitos para recoger pilas usadas o vidrios. "Tenemos el mismo modelo de publicidad en las calles que funcionan en otras ciudades gobernadas por el PSOE como M¨®stoles", afirma la concejal de Obras, Elena Utrilla. "Los chirimbolos no cuestan ni un duro al Ayuntamiento y, adem¨¢s, dan informaci¨®n municipal", a?ade la edil. Asimismo, Utrilla defiende que en la reforma de la Gran V¨ªa se han eliminado algunos de estos soportes que se colocaron en 1995. En el proyecto del Ayuntamiento para la Gran V¨ªa se prev¨¦ colocar todo el mobiliario urbano (bancos, papeleras, chirimbolos...) en una franja de la acera, pegada a la calzada, que no mide m¨¢s de dos metros de ancho. Esto obligar¨¢ a eliminar todos los chirimbolos gigantes que se encuentran en las aceras de la c¨¦ntrica calle y molestan a los viandantes.
La mala cara
El problema es que la cara mala del mobiliario urbano siempre se la queda la publicidad del Ayuntamiento de Madrid, seg¨²n denuncia Rodr¨ªguez-Tarduchy. La ordenanza de Mobiliario Urbano de 1985 se?ala que los soportes "se situar¨¢n de modo que la cara de su eje mayor sea paralela al bordillo de la acera". Muchos de los chirimbolos, al haber sido colocados de forma oblicua vulneran esta norma, seg¨²n los socialistas. Pero la concejal de Obras defiende que la publicidad municipal se ve perfectamente. "Hace unos a?os hicimos un estudio y comprobamos que la informaci¨®n del Ayuntamiento es accesible", asegur¨® la edil.
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