Sobre nuestras cabezas

Bombarderos B-52 de Estados Unidos, cargados de bombas destinadas a Irak, sobrevuelan territorio espa?ol. Aunque tard¨ªamente, y horas despu¨¦s de que la ministra de Exteriores, Ana Palacio, calificara de "bulo" la informaci¨®n publicada por este peri¨®dico, el ministro de Defensa, Federico Trillo, admit¨ªa en el Congreso que autoriz¨® este sobrevuelo el pasado d¨ªa 20 porque Par¨ªs lo hab¨ªa denegado. El Gobierno volv¨ªa as¨ª a corregirse a s¨ª mismo, despu¨¦s de haber citado a Francia como ejemplo de pa¨ªs que no hab¨ªa denegado el sobrevuelo a los aviones norteamericanos. Trillo desminti¨® que hubieran repostado en vuelo en la vertical de ciudades como Bilbao, Pamplona y Barcelona, pese a que algunos testigos lo vieran desde tierra. El Gobierno debe proporcionar una informaci¨®n completa y fidedigna, que incluya las grabaciones de las conversaciones con los controladores a¨¦reos. Con sus decisiones, el Ejecutivo de Aznar no s¨®lo apoya una guerra ilegal, sino que pone en peligro poblaciones espa?olas, contraviniendo normas b¨¢sicas de seguridad a¨¦rea que obliga a cumplir a sus propios aviones militares.

La guerra tendr¨¢ un final, ojal¨¢ que r¨¢pido, pero a un coste ya demasiado elevado. El Gobierno no ha explicado qu¨¦ cobertura jur¨ªdica tendr¨¢n los efectivos espa?oles enviados el golfo P¨¦rsico: la de un Consejo de Seguridad de la ONU que puede seguir bloqueado por la negativa francesa a legitimar a posteriori la guerra o la de las fuerzas de la potencia ocupante. Conviene ir sabi¨¦ndolo. Aunque la capacidad de anticipaci¨®n de los dos ministros que comparecieron ayer conjuntamente en el Congreso parece limitada. La v¨ªspera, en unas declaraciones como m¨ªnimo chocantes cuando est¨¢n muriendo tantas personas, la perspicaz pero balbuceante titular de Exteriores ve¨ªa en la guerra "indicadores" positivos para los espa?oles: la baja "en unos c¨¦ntimos" del precio de la gasolina y la subida de las bolsas, que por cierto volvieron a caer ayer en toda Europa ante las dificultades que est¨¢n encontrando en su avance hacia Bagdad las fuerzas anglo-norteamericanas.

No aprenden del pasado. En la guerra de 1991 el Gobierno socialista se neg¨® durante varios d¨ªas a admitir el uso de bases espa?olas por otros B-52 con destino al Golfo. Este peri¨®dico lo critic¨® al tratarse de una guerra legal que contaba con la aprobaci¨®n del Consejo de Seguridad, algo que no sucede ahora. Por lo dem¨¢s, el Gobierno de Aznar da a entender que est¨¢ obligado a autorizar el sobrevuelo de las aeronaves cuando el convenio bilateral le otorga la capacidad de decidir. Como record¨® ayer el portavoz socialista, Manuel Mar¨ªn, en 1986 Felipe Gonz¨¢lez neg¨® el sobrevuelo sobre Espa?a cuando Reagan decidi¨® bombardear Libia. Tambi¨¦n se puede decir no, una palabra al parecer desconocida por Aznar en sus relaciones con Bush.