Doblar el presupuesto
En el marat¨®n de elecciones que se prepara para los pr¨®ximos meses se efectuar¨¢n propuestas muy diversas. Con toda probabilidad se hablar¨¢ poco de ciencia. Pero si alg¨²n partido declara como prioridad la investigaci¨®n y no promete doblar el gasto en la pr¨®xima legislatura, no merecer¨¢ ser cre¨ªdo. Hacer investigaci¨®n en Espa?a al nivel que se reclama de un pa¨ªs como el nuestro sin como m¨ªnimo doblar el presupuesto p¨²blico dedicado a ello es algo imposible. No reconocerlo es esconder la realidad.
Ya se ha dicho muchas veces que en los ¨²ltimos veinte a?os la actividad cient¨ªfica de nuestro pa¨ªs ha aumentado considerablemente tanto en t¨¦rminos cualitativos como cuantitativos. El n¨²mero de investigadores en activo ha crecido regularmente y ¨¦stos han ido formando sus grupos. Sin embargo, el dinero p¨²blico no ha crecido al mismo nivel. De hecho, desde la crisis econ¨®mica de 1992 el dinero en t¨¦rminos reales o se ha mantenido o ha ido disminuyendo. Ha habido intentos de buscar otras fuentes de financiaci¨®n como la aplicaci¨®n de dinero del fondo europeo Feder a proyectos, pero ya se ha visto que era una v¨ªa problem¨¢tica. Ha habido el dinero del parquetazo que, sin duda, ha representado una inyecci¨®n importante de dinero en algunos lugares, pero, al tratarse de un cr¨¦dito, se ha convertido en una espada de Damocles si realmente hay que retornarlo.
Es obvio que la ingenier¨ªa financiera tiene sus l¨ªmites. De hecho, el ¨²nico dinero fresco que ha entrado en el sistema de ciencia y tecnolog¨ªa espa?ol en los ¨²ltimos a?os es el de Farmaindustria, que ha permitido una inyecci¨®n interesante de fondos en la investigaci¨®n biom¨¦dica y el mantenimiento de un par de centros de investigaci¨®n nuevos.
Pero la realidad es que los proyectos que se aprueban en cada convocatoria disminuyen en porcentaje o en volumen de dinero. Ya ocurre que grupos o departamentos enteros de universidades est¨¢n quedando excluidos de nuestro sistema de investigaci¨®n. En la ausencia de v¨ªas alternativas, que en parte palian algunas comunidades aut¨®nomas, esto es grave para la calidad de la docencia y para el sistema en general. Pero es tambi¨¦n grave para los grupos que comienzan, que se encuentran con mensajes contradictorios sobre la manera de conseguir dinero y personal. Para acabar de hacer la situaci¨®n preocupante, los fondos de los Programas Marco de la Uni¨®n Europea, que han representado hasta ahora m¨¢s de 30% del dinero de proyectos que llega a los grupos espa?oles, van a ser m¨¢s dif¨ªciles de obtener para muchos de ellos en la estructura que se ha montado en la actualidad.
A veces se dice que aumentar la financiaci¨®n de forma brusca podr¨ªa no permitir su adecuada absorci¨®n por el sistema. En la actual situaci¨®n no hay duda de que el sistema est¨¢ preparado para una inyecci¨®n de dinero, de hecho es posible que no sobreviva sin una importante inyecci¨®n de dinero. Tal como est¨¢ montado el sistema, ¨¦ste se basa en la gesti¨®n de los programas y la evaluaci¨®n de los proyectos por los mismos investigadores. En situaciones en las que s¨®lo se financia un porcentaje reducido de proyectos el juego limpio se pierde con tanta m¨¢s frecuencia cuanta mayor sea la necesidad de la financiaci¨®n. Por otra parte, si el dinero llega con una evaluaci¨®n coherente, tanto los grupos existentes como los nuevos grupos que se est¨¢n formando alrededor de los contratos Ram¨®n y Cajal garantizan el buen uso de los recursos.
En la Declaraci¨®n de Barcelona del a?o pasado sobre la estrategia de la Uni¨®n Europea se acord¨® que para el a?o 2010 los pa¨ªses europeos deber¨¢n gastar en I+D un 3% de su PIB y un tercio debe ser p¨²blico. Esto quiere decir que el gasto p¨²blico en investigaci¨®n deber¨ªa representar un 1%. Un reciente informe de la revista EMBO Reports (febrero de 2003) calcula que tres pa¨ªses -Grecia, Irlanda y Espa?a- est¨¢n a menos de la mitad de ese porcentaje en este momento. Hay, por tanto, que doblar el gasto en siete a?os. De hecho, el informe concluye que nuestro pa¨ªs tiene que aumentar el gasto un 136% si se quiere alcanzar la meta prevista. Pi¨¦nsese, adem¨¢s, que para entonces los fondos regionales europeos (Feder y de Cohesi¨®n), que han sido siempre muy importantes para gastos de infraestructura, quiz¨¢ habr¨¢n desaparecido. Hay que ponerse desde este momento a actuar en los presupuestos si realmente lo que se quiere es un sistema de investigaci¨®n potente y en convergencia con nuestros vecinos inmediatos, que est¨¢n por la labor desde hace mucho tiempo.
Pere Puigdom¨¨nech es profesor de investigaci¨®n del CSIC.
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