Una mam¨¢ m¨¢gica

"El colegio era mi vida". Es lo primero que F¨¢tima Garc¨ªa dice cuando recuerda sus a?os en el colegio de las Madres Dominicas de Alcal¨¢ la Real (Ja¨¦n). Pero con s¨®lo 11 a?os, y bajo prescripci¨®n m¨¦dica, F¨¢tima se vio obligada a abandonar sus estudios al diagnostic¨¢rsele una retinosis pigmentaria degenerativa, que con el paso del tiempo le provoc¨® la p¨¦rdida, casi total, de la visi¨®n.

Sin embargo, esta mujer de 49 a?os decidi¨® que ya era hora de "sacarse esa espinita" y con 39 a?os consigui¨® el t¨ªtulo de Graduado Escolar. Pero no se qued¨® aqu¨ª. Despu¨¦s vino el curso de acceso a la universidad para mayores de 25 a?os y la licenciatura de Derecho, que tras siete a?os, consigui¨® finalizar el oto?o pasado. Y todo ello compagin¨¢ndolo con su trabajo en la venta de cupones de la ONCE, a la que le dedicaba una media de diez horas al d¨ªa, el trabajo en su casa y la crianza de su hijo, Juan de Dios. Pero F¨¢tima no se considera una fuera de serie, como mucho, "una mam¨¢ m¨¢gica", que es como le llamaba su hijo cuando de peque?o se hac¨ªa da?o e iba hacia ella para que le calmase el dolor, recuerda bromeando.

El a?o 1991 lo tiene marcado como un a?o crucial. Fue cuando F¨¢tima sufri¨® una reca¨ªda que pr¨¢cticamente le imped¨ªa salir de casa porque ya no distingu¨ªa ni las figuras, ni los colores. Entonces, se march¨® durante tres meses a un centro de rehabilitaci¨®n en Sabadell que supuso "un cambio radical" y que le permiti¨® conocer "el mundo de la ceguera". All¨ª aprendi¨® braille, el lenguaje de los ciegos, y sobre todo a desenvolverse y a enfrentarse a sus miedos. "Yo nunca sal¨ªa sola y all¨ª aprend¨ª a moverme con el bast¨®n, a ir sola al banco... es decir, a ser una mujer independiente". Y hasta tal punto, que cuando regres¨® a Alcal¨¢ la Real se puso manos a la obra "para acabar con esa sensaci¨®n de fracaso que sent¨ªa" al no haber podido acabar sus estudios como el resto de sus hermanos.

Para esta alcala¨ªna, el ser invidente no le hace sentirse discapacitada, sino "diferente". "Soy consciente de que tengo mis limitaciones, pero toda persona, no s¨®lo la invidente, tiene sus problemas particulares que d¨ªa a d¨ªa tiene que superar", afirma. Entre risas, F¨¢tima reconoce que en los ¨²ltimos a?os se le olvid¨® dormir: "Me levantaba a las cuatro de la ma?ana para estudiar antes de ir a trabajar", recuerda, "y ten¨ªa que hacerlo de pie para no quedarme dormida". Su carrera universitaria ha sido como la de otro estudiante m¨¢s. Asisti¨® a tutor¨ªas, se prepar¨® el temario y aprob¨® los ex¨¢menes. Para ello se sirvi¨® de la ayuda de familiares que le grabaron en cintas de audio los libros de Derecho. Adem¨¢s, los fotocopiaba ampli¨¢ndolos para poder leer con la "tele lupa", una lupa de alta resoluci¨®n que aumenta el tama?o del texto a trav¨¦s de una pantalla.

Ahora, despu¨¦s de 18 a?os trabajando en la ONCE, ha pedido una excedencia porque le gustar¨ªa cambiar de profesi¨®n. Sabe que no lo tiene f¨¢cil, no s¨®lo por ser invidente, "sino tambi¨¦n por la edad y por ser mujer". Sin embargo no pierde la esperanza y por ello sigue estudiando. Por la UNED sigue los cursos de Derecho del Trabajo, de Modalidades del contrato laboral y de seguridad e higiene en el trabajo. Adem¨¢s, estudia ingl¨¦s en el Centro Universitario de Idiomas a Distancia de Alcal¨¢ la Real y tambi¨¦n asiste al curso de Agente comercial impartido por la C¨¢mara de Comercio. Tampoco ha descartado empezar otra licenciatura como Filosof¨ªa o Historia, dos ¨¢reas de conocimiento a las que se ha acercado a trav¨¦s de los estudios de Derecho.