Modestia aparte

Los t¨ªtulos de algunas exposiciones suelen funcionar como un falso cors¨¦ que hace reventar el cuerpo del arte. A veces el comisario lo aprieta a¨²n m¨¢s con sus tesis, de forma que los contornos que en principio pod¨ªan parecer sinuosos y elegantes acaban disimulados en una pr¨®tesis de seborrea te¨®rica. ?Por qu¨¦ David G. Torres, curator de Falsa inocencia, insiste en proclamar la relaci¨®n directa entre arte e inteligencia (?) cuando habla de la dificultad de delimitar qu¨¦ es una obra de arte, desde que "se hace evidente que el darle esta categor¨ªa a un objeto depende de su valor conceptual concedido por el espectador gracias a su capacidad para ver y pensar? ?Por qu¨¦ tanto cartesianismo? ?Por qu¨¦ la recurrencia insistente a la Fuente de Duchamp cuando sostiene que "una obra de arte no depende de la mano del artista, sino del contenido"? El mismo Duchamp, que sab¨ªa que sus ready-mades, ant¨ªdotos frente al arte retiniano, planteaban por primera vez la pregunta de ?qu¨¦ es el arte?, nunca pretendi¨® dar con una definici¨®n que lo satisficiera totalmente. "Mi intenci¨®n fue siempre alejarme de m¨ª mismo", dec¨ªa, "aunque sab¨ªa perfectamente que me estaba utilizando. Ll¨¢malo un jueguecillo entre 'm¨ª y yo".

Algunas obras de Falsa inocencia, afirma Torres, son rid¨ªculas, y sobre ese "rid¨ªculo se abre un hueco en que se lanza la interpretaci¨®n y el sentido". ?Y la iron¨ªa, esa risa sutil que advierte al adversario vencido de cu¨¢n diferentes eran sus pensamientos de la realidad que le oponemos triunfalmente? Rid¨ªculo es un t¨¦rmino ofensivo, porque nos proh¨ªbe pensar en la distancia que cobra el artista frente a s¨ª mismo, o, si utilizamos las palabras de Ortega, "ser artista es no tomar en serio al ser humano tan serio que somos cuando no somos artistas". Pues bien, partiendo de ese bon ton que obliga a sonre¨ªr ante la inocencia y a considerar la virtud como una especie de mojigater¨ªa, concluimos que el conjunto de piezas -instalaciones, esculturas, v¨ªdeos- que provienen de los fondos regionales de arte contempor¨¢neo franceses (FRAC), ahora en la Fundaci¨®n Mir¨®, es una correcta selecci¨®n a la que le sobran carcasas te¨®ricas. Slominski, General Idea, Orozco, Steinbach, Wallinger, Pierre Bismuth, Mike Kelly o Gonz¨¢lez-Torres son algunos autores, entre una treintena, que ofrecen esa iron¨ªa tan opuesta a la inteligencia cartesiana, parecida a la del gran eiron S¨®crates, quien se presentaba como ignorante y admirador de los dem¨¢s, considerados como sabios.