Paul McCartney: "Lo ¨²nico que pretendo es hacer feliz a la gente"
El ex 'beatle' ofreci¨® ayer en Barcelona el primero de sus dos ¨²nicos conciertos en Espa?a
Faltaban dos horas para el inicio de su primer concierto en Espa?a y parec¨ªa de buen humor. No perdi¨® la compostura ni siquiera cuando se le pregunt¨® por la guerra de Irak, un tema que ha venido sorteando con habilidad. Paul McCartney, sir Paul McCartney, el diplom¨¢tico, ech¨® pelotas fuera: "La guerra no le gusta a nadie, y en un momento triste, en el que mires a donde mires aparece, mi trabajo m¨¢s que nunca consiste en levantar el ¨¢nimo de la gente. Lo que pretendo es hacerla feliz y transmitir emoci¨®n, s¨®lo eso". Fue la ¨²ltima respuesta de la entrevista, el tiempo se hab¨ªa acabado.
El tiempo hab¨ªa comenzado a discurrir tras la prueba de sonido, que como buen profesional realiza en persona sin descargar esta responsabilidad en su equipo. Concluida ¨¦sta, Paul, traje negro, perfume dulce, cabellos peinados en meticuloso desorden, respondi¨® a las preguntas en una habitaci¨®n decorada con motivos y telas orientales e iluminada por una tenue luz ambiental. "No, no ser¨¢ mi ¨²ltima gira", dijo. Sonriendo a?adi¨®: "Hay algunos que lo dicen s¨®lo para vender m¨¢s entradas y hacer creer a sus seguidores que ya no tendr¨¢n oportunidad de volverles a ver, pero yo no soy as¨ª. Cuando quiero hacer una gira llamo a mi manager y le digo que probemos si la gente me quiere ver. Entonces montamos un concierto y si se venden las entradas organizamos una gira. As¨ª arranc¨® ¨¦sta, vendimos en Estados Unidos 15.000 entradas en nueve minutos para el primer concierto".
Parece dif¨ªcil creer que McCartney, uno de los m¨²sicos m¨¢s laureados de la m¨²sica pop, albergue dudas sobre su capacidad de convocatoria y reclamo popular. "Es que no quiero perder el mundo de vista, por eso nunca estoy convencido de que triunfar¨¦ y nunca salgo al escenario dando por sentado que tengo al p¨²blico ganado. Por lo general las cosas van bien, pero eso nunca se puede dar por sentado a priori".
A todo esto Paul McCartney, relajado y cordial, con las manos entrelazadas, se solt¨® de vez en cuando en castellano y record¨®: "Mi vinculaci¨®n con Barcelona comenz¨® con una relaci¨®n epistolar que mantuve a los 11 a?os con un chaval barcelon¨¦s que, si no recuerdo mal, se llamaba Juan Rodr¨ªguez. Adem¨¢s, en la escuela me ense?aron una canci¨®n infantil en castellano. Es una chorrada", reconoci¨®, mientras la canturreaba, "pero me gusta cantarla cuando me encuentro con alguien que habla vuestro idioma".
Algo m¨¢s tarde, mientras el olor de las velas arom¨¢ticas que adornaban la estancia se hac¨ªa m¨¢s y m¨¢s intenso, Paul quit¨® hierro a la presunta aparici¨®n de unas cintas con grabaciones in¨¦ditas de las sesiones de Let it be. "He o¨ªdo algo al respecto", concedi¨®, "pero no s¨¦ si existen o no. Es probable que lo que se haya encontrado sean cintas de nuestras conversaciones que, trat¨¢ndose de los Beatles, tienen mucha m¨¢s notoriedad". "Lo que s¨ª quiero hacer", continu¨®, "es reeditar Let it be quitando los arreglos de Phil Spector, pero eso lleva mucho trabajo debido a la degradaci¨®n de los soportes magn¨¦ticos".
Ante la pregunta de por qu¨¦ la escena de grandes estrellas no se ha nutrido con bandas de los noventa y a¨²n vive de los artistas formados en las d¨¦cadas anteriores, Paul se mostr¨® seguro "de que hay estrellas de estadio de los noventa". "Por ejemplo", a?adi¨®, "Eminem, que gusta mucho a los j¨®venes. Yo creo que el hip-hop es algo nuevo, revolucionario y excitante. He visto 8 miles y me parece una pel¨ªcula estupenda. Tambi¨¦n creo que Coldplay son muy buenos y pueden crecer mucho". M¨¢s adelante Paul reconoci¨®: "Los sesenta fueron una ¨¦poca maravillosa en la que muchos grupos aparecieron renovando un panorama dominado hasta entonces por Sinatra y Nat King Cole. Se hicieron muy buenas canciones, temas que se recuerdan muy f¨¢cilmente, y debido a ello a¨²n sobrevivimos con ¨¦xito".
Con una piel incre¨ªblemente lozana para un sexagenario, Paul continu¨® haciendo bromas y chapurreando un castellano que parec¨ªa aprendido en Tijuana. Ya en ingl¨¦s, confes¨®: "Ya no necesito conseguir nada art¨ªsticamente. Lo que hago lo hago porque me llena. Por ejemplo, escribir¨¦ un libro de poes¨ªa por pura satisfacci¨®n personal, no para demostrarme nada". "En general puedo afirmar que esta vida ya me ha dado suficiente", concluy¨®.
Le esperaba un encuentro con el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y los ejecutivos de las empresas patrocinadoras, unos minutos de descanso y luego m¨¢s de dos horas y media de actuaci¨®n.
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