El aprendiz de brujo
Ense?¨® a no respetar a los partidos, y a borrarlos, como hace con Batasuna; ahora la multitud insulta al suyo. Empez¨® a tomarse prerrogativas de jefe de Estado, hasta ceremoniar en su Monasterio; a bordear al Rey; y ahora ha de comprender que otros sigan ese camino. El aprendiz del brujo, que cogi¨® el libro, la vela y la candela, despert¨® fuerzas que luego no supo aplacar. Este aprendiz hizo mal los conjuros y las Fuerzas se lo comen. La derecha invent¨® la cacerolada en Chile y Venezuela; y el jueves sonaban las cacerolas en toda Espa?a contra ¨¦l.
El Gran Brujo est¨¢ bajo una pesad¨ªsima l¨¢pida, con las siete llaves que le pusieron los del 98 al sepulcro del Cid para que no hiciera guerras. El Brujo Franco lo era de instinto; y ten¨ªa una fuerza suprema que era la de matar directamente sin que, dec¨ªa ¨¦l, le temblase el pulso. Y si alguien le llamaba asesino, ¨¦l le asesinaba para demostrar que no lo era. Este peque?o aprendiz agit¨® a los pa¨ªses del Este -comunistas conversos, como algunos ministros-, pero no consigui¨® que le escucharan los latinoamericanos -M¨¦xico le despreci¨®-, se fue a las Azores con el cuento de los Tres Cerditos frente al Lobo Feroz, y no crey¨® que su pa¨ªs iba a ser su verdadero Lobo. Y es el buen lobo, el de San Francisco. Sigo con las melod¨ªas infantiles: Mambr¨² se fue a la guerra, y en su casa no quieren que vuelva. La guerra la ganar¨¢ "la coalici¨®n": ¨¦l la ha perdido ya. Claro que no es justo llamarles asesinos a los de su partido, pero ?se puede llamar asesinos a los que env¨ªan a sus muchachos a matar a otros y a que les maten a ellos?
Parece que unas conciencias mantienen que toda guerra es un crimen; y hasta un Papa, aunque no todos los obispos espa?oles. El de Florida, s¨ª: escribe a Bush con el salmo 33: "Un rey no est¨¢ a salvo por su poderoso ej¨¦rcito, as¨ª como un guerrero no est¨¢ a salvo por su enorme fuerza". Y le explica la raz¨®n del terrorismo: "No somos odiados porque practicamos la democracia, la libertad o los derechos humanos. Lo somos porque nuestro Gobierno niega esas cosas a los pueblos del Tercer Mundo, cuyos recursos son codiciados por nuestras multinacionales. El odio que sembramos se volvi¨® en contra nuestra para asombrarnos, en forma de terrorismo y, en el futuro, terrorismo nuclear."
(Obispo de Florida: Robert Bown, teniente coronel retirado, que mat¨® mucho en Vietnam, y se arrepinti¨® despu¨¦s).
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