Los jueces obligan a un hospital holand¨¦s a pagar por el nacimiento "injusto" de una discapacitada
Kelly Molenaar, una ni?a holandesa de nueve a?os, padece una discapacidad calificada de profunda por los m¨¦dicos. No habla ni anda, apenas ve ni oye, tiene los intestinos deformes, ha sido operada varias veces del coraz¨®n y llora sin descanso. Seg¨²n los jueces, est¨¢ en una situaci¨®n lamentable porque nunca debi¨® haber nacido as¨ª. Su "vida injusta", un concepto no contemplado hasta ahora por los tribunales holandeses, podr¨ªa haberse evitado con un aborto terap¨¦utico ejercido libremente. Los padres advirtieron sin ¨¦xito a los m¨¦dicos de la alteraci¨®n cong¨¦nita de cromosomas padecida por la familia. Una negligencia que, seg¨²n la Corte de Apelaci¨®n de La Haya, deber¨¢ subsanar ahora el hospital indemnizando a la peque?a y a sus progenitores.
El toc¨®logo cometi¨® un "error inexcusable" al no remitir a los padres, Marieke y Dennis -ama de casa y alba?il- a un centro de an¨¢lisis gen¨¦ticos cuando supo que ten¨ªan un sobrino carnal deficiente por culpa de una enfermedad hereditaria. Tampoco propuso una amniocentesis (extracci¨®n del l¨ªquido amni¨®tico mediante punci¨®n) porque la madre, que hab¨ªa padecido dos abortos espont¨¢neos, no ten¨ªa 35 a?os y fue luego madre de un hijo sano. Sin embargo, de haber sabido a tiempo que la nueva criatura sufr¨ªa el defecto gen¨¦tico, la pareja habr¨ªa optado por abortar. Seg¨²n ellos, Kelly no debi¨® haber nacido porque no deseaban un hijo deficiente y sin posible mejora. No se permiti¨® a Marieke ejercer su derecho a decidir si continuaba con la gestaci¨®n.
Los m¨¦dicos, responsables
Antes de la sentencia de la Corte de Apelaci¨®n, la pareja hab¨ªa ganado un primer juicio que les otorg¨® una compensaci¨®n s¨®lo a ellos y no a la ni?a. Ahora se a?ade el concepto de "vida injusta", que convierte a los facultativos en responsables del sufrimiento derivado de un nacimiento as¨ª. Ello permite que Kelly se presente como principal sujeto perjudicado y reciba una compensaci¨®n econ¨®mica que cubra su manutenci¨®n y cuidados hasta los 21 a?os. Sus padres podr¨¢n incluir en su propia reclamaci¨®n los costes del tratamiento psiqui¨¢trico precisado por la madre desde que la ni?a naci¨®. Ambas sumas deber¨¢n ser abonadas por el hospital universitario de Leiden y el toc¨®logo de turno que atendi¨® a los Molenaar, cuyo nombre no ha trascendido.
Aunque el monto de la indemnizaci¨®n no ha sido fijado, los abogados de la familia suponen que hospital y especialista apelar¨¢n. "En el primer juicio, el hospital adujo en su defensa que la pareja quer¨ªa un hijo. Les contestamos que s¨ª, pero no uno deficiente. Luego se?alaron que pese a eso estaban operando a la ni?a del coraz¨®n. Una cosa es interrumpir un embarazo a tiempo y otra desentenderse de un ni?o enfermo cuando ha nacido", dicen los letrados.
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