Una operaci¨®n de venta en manos del Gobierno central
?lvaro Ruiz de Alda, propietario de la empresa ceramista asturiana San Claudio, apenas ha durado tres a?os al frente de La Cartuja-Pickman. Un periodo del que los trabajadores de la f¨¢brica hispalense no tienen buen recuerdo. Ya cuando Ruiz de Alda compr¨® la hist¨®rica firma en marzo de 1999 el comit¨¦ de empresa se enter¨® por tel¨¦fono, cuando daban por hecho el acuerdo con el Grupo Caballero, que garantizaba la continuidad de la plantilla. Con el empresario asturiano, el n¨²mero de trabajadores baj¨® de 173 a 132.
De que Ruiz de Alda dejaba la empresa, los trabajadores se enteraron el pasado 5 de febrero por carta. En la misiva, el empresario les comunicaba que no hab¨ªa podido hacer frente a un pr¨¦stamo hipotecario de 1,5 millones de euros contra¨ªdo con Patrimonio de Rumasa (empresa estatal) en 1985. En diciembre pasado, un juzgado ejecut¨® la garant¨ªa hipotecaria, de modo que los terrenos de la f¨¢brica y los "objetos muebles colocados permanentemente en ella" pasaron a titularidad de Rumasa.
Un a?o antes, cuando se inici¨® el procedimiento judicial, Ruiz de Alda encarg¨® un informe jur¨ªdico que avalaba que "el adjudicatario de los bienes hipotecados quedar¨ªa subrogado sin la m¨¢s m¨ªnima duda en los contratos de trabajo de todo el personal". Una tesis que mantuvo en la carta remitida a los trabajadores, a los que asegur¨® que el nuevo titular de la explotaci¨®n y, por tanto, el nuevo empleador, era Rumasa. Pero la sorpresa lleg¨® cuando consultaron a la Seguridad Social: no estaban empleados por Rumasa, sino que Ruiz de Alda les hab¨ªa dado de baja.
Terrenos y marca
Los trabajadores se enteraron entonces de que la empresa estatal no admit¨ªa ser titular de la compa?¨ªa, sino s¨®lo de los terrenos. Fueron directos a la Inspecci¨®n de Trabajo, que abri¨® un expediente por infracci¨®n muy grave a Ruiz de Alda, y a la Fiscal¨ªa de Sevilla, que ha archivado las diligencias y ha sugerido la opci¨®n del recurso ante el Juzgado de lo Social. Y comenzaron un rosario de protestas para tratar de salir de un limbo en el que se han tirado dos meses, sin cobrar ning¨²n sueldo ni pedir la prestaci¨®n por desempleo, por no considerarse despedidos.
Los trabajadores se saben ahora en manos del Gobierno central. "Tienen las dos llaves", asegura Jos¨¦ Hurtado, del comit¨¦ de empresa: Rumasa es la propietaria de los terrenos de la f¨¢brica y la Seguridad Social, por m¨¢s deudas de la empresa, tiene embargada la marca de La Cartuja. Terrenos y marca son los dos reclamos con los que cuenta la Administraci¨®n para encontrar un nuevo Pickman que evite el cierre de la f¨¢brica sevillana.
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