Dolor en Bagdad

Al Shoala enterr¨® ayer a sus muertos en medio de una gran conmoci¨®n. Los cuerpos de las v¨ªctimas del ataque estadounidense del d¨ªa anterior se trasladaban a la mezquita antes de recibir sepultura. Los cabezas de familia recib¨ªan condolencias. En el mercado, rebosante de gente y de rabia, los vecinos mostraban el lugar de la matanza.

El boquete en la calzada no era demasiado grande, dos por tres metros. Daba la impresi¨®n de que no se trat¨® de un misil, sino de una bomba a¨¦rea. Para los muertos y sus deudos, la distinci¨®n es irrelevante. Y no obstante, conviene hacerla. Daba la sensaci¨®n de que hab¨ªa demasiados muertos para tan poca destrucci¨®n. Tal vez las denuncias iraqu¨ªes de que los estadounidenses usan bombas de fragmentaci¨®n no sean propaganda despu¨¦s de todo. Esta enviada pudo ver las heridas por esquirlas de la mayor¨ªa de los ingresados en el hospital Al Nur. Sin embargo, ayer, no quedaban restos de la munici¨®n. Dos camiones hab¨ªan recogido los escombros. Sobre un pedazo de metal olvidado pod¨ªa leerse: "30003-7-4AB7492 MFR 9621409".

Los iraqu¨ªes volvieron a ser bombardeados un d¨ªa m¨¢s. Incluso el Ministerio de Informaci¨®n, cuya planta 10?, sede de la agencia oficial de noticias iraqu¨ª, INA, fue destruida de madrugada. "No quieren que se cuente lo que est¨¢ pasando aqu¨ª", denunci¨® el ministro, Mohamed Said al Sahaf. Por la noche, continuaron los bombardeos y se escucharon unas 30 explosiones en Bagdad y sus alrededores.