Deslizamientos
Adem¨¢s de la ONU, de las relaciones internacionales y de la Uni¨®n Europea, lo que va a quedar inservible despu¨¦s de la invasi¨®n brit¨¢nico-estadounidense de Irak es la lengua espa?ola. Susana Guerrero y Emilio N¨²?ez, profesores de la Universidad de M¨¢laga, acaban de publicar El lenguaje pol¨ªtico espa?ol, un estudio que analiza mil y pico perlas recogidas en los ¨²ltimos nueve a?os de la boca de nuestros dirigentes. Entre las figuras ret¨®ricas empleadas por quienes desempe?an cargos p¨²blicos abundan las repeticiones innecesarias ("espero y deseo"), los alargamientos artificiales de palabras ("la masividad de la ciudadan¨ªa") y las construcciones de p¨¢rrafos sin significado, especialidad de nuestro presidente. En un estudio como este no pod¨ªa faltar una referencia al eufemismo, ese grotesco rodeo que convierte una subida de precios en una "modificaci¨®n del mapa tarifario". El eufemismo siempre ha sido la figura predilecta de los pol¨ªticos, especialmente en tiempo de guerra. La primera del Golfo ya trajo un pu?ado de ejemplos siniestros: "da?os colaterales" para designar las v¨ªctimas civiles o "fuego amigo", una expresi¨®n m¨¢s parad¨®jica que eufem¨ªstica que hac¨ªa referencia a sabe dios qu¨¦ atrocidad.
La situaci¨®n actual, en la que muchos dirigentes del PP defienden en p¨²blico lo que critican en privado, es un excelente caldo de cultivo para que brote el eufemismo. Sin embargo, lo que estos d¨ªas vivimos en Andaluc¨ªa y en el resto de Espa?a no es un simple maquillaje de los significantes para aliviar la crudeza de los significados, sino una subversi¨®n de los conceptos que refleja una inversi¨®n de la moral; como si el nuevo orden mundial necesitara para implantarse no s¨®lo la destrucci¨®n de Irak, sino tambi¨¦n la aniquilaci¨®n del lenguaje tradicional. No s¨¦ si este estiramiento de las palabras para hacerles decir lo que no dicen es un fen¨®meno que debe ser estudiado por la sem¨¢ntica, la religi¨®n o la psiquiatr¨ªa; de lo que s¨ª estoy seguro es de que muchas de las palabras y de las expresiones empleadas por los populares para defender la agresi¨®n a Irak quedar¨¢n convertidas en chatarra l¨¦xica cuando todo termine.
Hay desplazamientos sem¨¢nticos chuscos, m¨¢s provocantes a risa que a otra cosa, como llamar "cumplimiento de las leyes internacionales" a su violaci¨®n, denominar "esfuerzos para conseguir la paz" a los preparativos de la invasi¨®n, decir que la marcha de Pimentel es un "aumento de afiliados" o asegurar que Zapatero es el "l¨ªder de la izquierda radical". Qu¨¦ m¨¢s quisi¨¦ramos. Otros en cambio son espeluznantes: que conseguir objetivos pol¨ªticos mediante el asesinato indiscriminado de inocentes no se vaya a llamar nunca m¨¢s "diab¨®lica estrategia de ETA", sino "asumir mis responsabilidades como presidente del Gobierno" da much¨ªsimo miedo. Hicieron bien Te¨®fila Mart¨ªnez y Antonio Sanz record¨¢ndonos el GAL en el pleno del Parlamento andaluz que conden¨® la invasi¨®n de Irak: prestando las bases para este brutal atentado, Espa?a se convierte en un Estado c¨®mplice del terrorismo, y ellos en defensores de la guerra sucia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.