La trinchera de Aznar
El presidente afronta el desarrollo de la guerra en medio de un duro enfrentamiento con el PSOE
George W. Bush sopesa el 19 de marzo una informaci¨®n de la CIA suspuestamente crucial: Sadam Husein y sus hijos se encuentran en un complejo conocido como Granja Dora, en las afueras de Bagdad. El presidente estadounidense ordena bombardear el lugar con el objetivo de eliminar al dictador, el principal sost¨¦n del r¨¦gimen, y facilitar as¨ª la ofensiva sobre Irak. Es un anticipo de la guerra que se viene encima.
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, su aliado espa?ol, conoce los planes a las ocho de la tarde de ese mismo d¨ªa. Es el santo del presidente del Gobierno, que ha dedicado la ma?ana a la familia y acude por la tarde a su despacho del Palacio de la Moncloa. Habla con el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, a las 18.00. Dos horas despu¨¦s conoce las intenciones de Estados Unidos tras conversar con Bush:
Un grupo de oficiales espa?oles en Tampa informa sobre los avances de la guerra
Anasagasti se lamenta de la falta de respuesta del Rey a una petici¨®n de hace tres a?os
- Primera operaci¨®n de comando: bombardeo del complejo de Granja Dora en busca de Sadam.
- Segunda operaci¨®n. Ofensiva contra Irak. Inicio en el mediod¨ªa (hora de Washington) del 21 de marzo.
Aznar informa al rey Juan Carlos y a las once de la noche del 19 de marzo contacta con el l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
La conversaci¨®n dura dos minutos, seg¨²n Zapatero, y casi diez, seg¨²n el entorno del presidente del Gobierno.
La versi¨®n socialista detalla as¨ª el parco di¨¢logo:
Aznar: "El ataque militar es inminente y comenzar¨¢ esta madrugada; la participaci¨®n de Espa?a es la que dije en el Congreso".
Zapatero: "Estoy en contra del env¨ªo de tropas y ojal¨¢ que cuando lleguen tengan que volver porque la guerra ha terminado".
Aznar: "La verdad es que el desplazamiento es lento y tardar¨¢n en llegar. Hemos tomado las medidas de seguridad interna adecuadas".
Zapatero: "Gracias por la informaci¨®n".
Los colaboradores de Aznar sostienen que el dirigente socialista se comprometi¨® en esa conversaci¨®n a no utilizar el env¨ªo de tropas como instrumento de ataque pol¨ªtico. Zapatero lo niega y mantiene vigente su rechazo a la guerra y su oposici¨®n a la aportaci¨®n de un contingente militar de apoyo log¨ªstico a la zona del conflicto.
ZAPATERO Y EL REY Cita aplazada
Es un mensaje que repite machaconamente, hasta el punto de que, unas horas antes de hablar con Aznar, se lo ha trasladado al Rey en el Palacio de la Zarzuela, adonde acude convocado por el Monarca, que quiere conocer las opiniones del l¨ªder de la oposici¨®n sobre el conflicto de Irak.
Don Juan Carlos hab¨ªa citado a Zapatero para el lunes 17 de marzo, pero un imprevisto le hace aplazar la entrevista hasta el d¨ªa de San Jos¨¦. El l¨ªder socialista conoce este cambio de planes cuando el viernes 14 de marzo viaja hacia Segovia para ofrecer un mit¨ªn y recibe una llamada de la Casa del Rey.
El secretario general del PSOE conversa hora y media con don Juan Carlos y le tranquiliza. El PSOE, garantiza Zapatero al Rey, no va a invocar a la instituci¨®n mon¨¢rquica en la controversia sobre la guerra.
En Izquierda Unida se recuerda el art¨ªculo 63.3 de la Constituci¨®n -"Al Rey corresponde, previa autorizaci¨®n de las Cortes, declarar la guerra y hacer la paz"- para involucrar a don Juan Carlos en la gesti¨®n de la crisis.
En su charla con el Rey, Zapatero desgrana las razones por las que cree que Espa?a no debe participar en el conflicto y concluye: "Es un error hist¨®rico". Para terminar la conversaci¨®n, Zapatero sugiere a don Juan Carlos que hable con los portavoces del resto de los grupos parlamentarios, para conocer sus opiniones.
El secretario general del PSOE, previo conocimiento del Monarca, hace p¨²blico su encuentro en una entrevista con la Cadena SER. El Gobierno censura esta revelaci¨®n y la oposici¨®n se cabrea. Gaspar Llamazares se siente enga?ado porque asegura que se estaba organizando un encuentro de toda la oposici¨®n con el Rey.
EL ENV?O DE TROPAS Apoyo log¨ªstico
El martes 18 de marzo hay pleno en el Congreso. Aznar anuncia solemne la aportaci¨®n de 900 soldados espa?oles al conflicto: "Espa?a no participar¨¢ en misiones de ataque o de car¨¢cter ofensivo, sino en misi¨®n de apoyo humanitario".
Llamazares baja acompa?ado de I?aki Anasagasti (portavoz del Partido Nacionalista Vasco) hasta los esca?os que ocupan Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Jes¨²s Caldera.
Llamazares y Anasagasti hablan con Caldera mientras Zapatero mira al artesonado del sal¨®n de plenos:
- "Tenemos que pedir al Rey una entrevista. Que nos escuche a todos, que sepa qu¨¦ piensa toda la oposici¨®n porque ¨¦l tiene un papel constitucional que hacer".
Caldera, que conoce la cita de Zapatero con el Rey para el d¨ªa siguiente, sale como puede del apuro sin destapar sus cartas:
- "Si toda la oposici¨®n llega en autob¨²s a La Zarzuela se puede dar la sensaci¨®n de una crisis institucional. Y adem¨¢s, el Rey nunca nos va a recibir, como es l¨®gico, porque no est¨¢ el partido mayoritario, el PP. Nosotros no vamos a hacer una petici¨®n as¨ª".
Zapatero aclara despu¨¦s a Llamazares que la visita al Rey no ha sido iniciativa suya sino del Monarca, que lo ha citado.
Anasagasti sale en tromba contra el Rey cuando sube a la tribuna del Congreso el mi¨¦rcoles 25 de marzo. El portavoz del PNV acusa al Monarca de atender s¨®lo a dos partidos pol¨ªticos y olvidar al resto.
Zapatero no entiende nada del virulento discurso y se lo cuenta a sus compa?eros de esca?o: "Tanto Anasagasti como Llamazares pueden pedir una cita al Rey y seguro que les atiende de inmediato".
La reprimenda de Anasagasti tiene una explicaci¨®n que viene de lejos. En la ronda de conversaciones que mantiene el Rey con los grupos parlamentarios tras las elecciones generales de marzo de 2000, donde el PP logr¨® mayor¨ªa absoluta, el portavoz del PNV traslada al Monarca un mensaje del presidente de su partido, Xabier Arzalluz, en el que pide que medie con el presidente del Gobierno sobre la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco. Anasagasti sostiene que el Rey a¨²n no ha contestado. En el diario Deia (domingo 30 de marzo de 2003) Anasagasti remata su invectiva al Rey: "Si sigue as¨ª, la monarqu¨ªa en Espa?a tiene fecha de caducidad".
EL GABINETE DE CRISIS Primeros bombardeos
La madrugada de los primeros bombardeos, el equipo de guardia del Palacio de la Moncloa trabaja a destajo. A partir de las 3.00, comienzan a convocar a los ministros que integran la comisi¨®n delegada del Gobierno para situaciones de crisis. A las 9.30 les espera Aznar.
Dos d¨ªas antes, los ministros del gabinete de crisis han tenido otra reuni¨®n definitiva. Toca decidir el env¨ªo de tropas al Golfo. "Los elementos que m¨¢s pesaron para tomar la decisi¨®n fueron cuatro", rememora un dirigente del Gobierno. "La cr¨ªtica feroz de la opini¨®n p¨²blica a una intervenci¨®n activa de nuestros soldados en la guerra; la determinaci¨®n del presidente de no dejar solos a sus aliados como muestra de su lealtad; la capacidad real del Ej¨¦rcito espa?ol en comparaci¨®n con el Reino Unido y Estados Unidos; la voluntad de Aznar de tener un papel activo en la reconstrucci¨®n de Irak".
Resuelto el problema del env¨ªo de tropas con una soluci¨®n diplom¨¢tica (una flotilla de apoyo log¨ªstico de 900 militares), la reuni¨®n del jueves 20 de marzo a las nueve de la ma?ana sirve para ratificar el apoyo de Espa?a a la ofensiva que han iniciado sus aliados sobre las afueras de Bagdag.
Aznar cuenta a los suyos que espera una guerra r¨¢pida y con pocas v¨ªctimas aunque, cauteloso, advierte de que pueden existir complicaciones que echen por tierra ese pron¨®stico.
El Gobierno mantiene un grupo de oficiales de enlace en la base estadounidense de Tampa como v¨ªa de informaci¨®n sobre los avances militares en Irak.
En la reuni¨®n del gabinete de crisis toman la palabra el ministro de Defensa, Federico Trillo, que cuenta la situaci¨®n de la flotilla que el Gobierno ha decidido trasladar al lugar de la guerra, y ?ngel Acebes, titular de Interior, que ya avanza su preocupaci¨®n por las movilizaciones callejeras. Hay activado un plan de especial de vigilancia de embajadas, aeropuertos, mezquitas, ministerios. Pero lo que m¨¢s preocupa a Acebes es la agitaci¨®n social. En esa reuni¨®n, el Gobierno todav¨ªa no se fija en Izquierda Unida y PSOE, a los que har¨¢ responsables de los ataques a las sedes del PP y del boicoteo a los actos p¨²blicos donde intervienen dirigentes populares.
Zapatero tambi¨¦n ha convocado su comit¨¦ de crisis a las ocho de la ma?ana en la calle de Ferraz, de Madrid. Lo hace tras recibir la llamada de Aznar avis¨¢ndole del inminente comienzo de los bombardeos y de hablar con Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andaluc¨ªa y del PSOE, y ponerle al corriente de la situaci¨®n.
Llegan a Ferraz muy de ma?ana Jes¨²s Calderea (portavoz parlamentario), Jos¨¦ Blanco (secretario de Organizaci¨®n), Manuel Mar¨ªn (responsable de Relaciones Internacionales), Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, Carmen Chac¨®n (secretar¨ªa de Educaci¨®n y Cultura), Leire Paj¨ªn (Juventud) y Diego L¨®pez Garrido. Zapatero les habla: "Esto es una barbaridad, un error grav¨ªsimo para el mundo y para Espa?a, con graves consecuencias".
MOVILIZACIONES La estrategia del Gobierno
Hay movilizaciones en la calle contra la guerra. Pero hasta la noche del viernes 21 de marzo no se produce ning¨²n altercado. El s¨¢bado hay convocada una marcha hasta el Palacio de la Moncloa sin autorizaci¨®n de la Delegaci¨®n del Gobierno. La cita es a la seis de la tarde. Pol¨ªticos de izquierdas y sindicalistas intentan evitar nuevos disturbios. Telefonean a Francisco Javier Ansu¨¢tegui, delegado del Gobierno en Madrid, pero no obtienen respuesta.
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba llama entonces al ministro del Interior, ?ngel Acebes, que se compromete a que Ansu¨¢tegui les responsa y pacte un recorrido.
Sindicalistas y pol¨ªticos var¨ªan la marcha. Ya no ir¨¢n al Palacio de la Moncloa sino que desde Moncloa subir¨¢n hacia Gran V¨ªa. Ansu¨¢tegui acepta. No hay acuerdo por escrito.
Pese a las precauciones, la jornada acaba en reyertas de medianoche entre la polic¨ªa y un peque?o grupo de violentos. Un agente golpea brutalmente a una manifestante indefensa. Un videoaficionado graba la imagen, que da la vuelta a Espa?a a trav¨¦s de Internet.
A esas horas, el Gobierno ya ha trazado una nueva estrategia para acusar a la izquierda de todos los disturbios relacionados con la protesta contra la guerra. La t¨¢ctica se define en la reuni¨®n del gabinete de crisis del s¨¢bado 22 de marzo. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, exige a Zapatero que condene la actuaci¨®n de los grupos violentos y respalde p¨²blicamente a las Fuerzas de Seguridad.
El mismo d¨ªa, tambi¨¦n convoca a la prensa el ministro del Interior, ?ngel Acebes, tras la reuni¨®n del gabinete de crisis. Cuenta que llev¨® un informe sobre la situaci¨®n del orden p¨²blico a la sesi¨®n y que fue el apartado al que m¨¢s tiempo dedic¨® el gabinete y refleja el grado de preocupaci¨®n. "En los dos ¨²ltimos d¨ªas se han detectado minor¨ªas violentas organizadas que utilizan las manifestaciones para alterar la seguridad ciudadana y crean situaciones de riesgo desde manifestaciones ilegales, que se realizan sin autorizaci¨®n alguna".
Zapatero les contesta: "El Gobierno debe gestionar el derecho de manifestaci¨®n y no eludir su responsabilidad con mentiras e insidias".
La maquinar¨ªa de propaganda del Ejecutivo est¨¢ en marcha. Y en el PP empiezan a producir argumentarios contra Izquierda Unida y PSOE con ataques directos a Zapatero:
- "El PP sigue exigiendo a Zapatero que detenga los ataques a las sedes y el boicoteo a los actos pol¨ªticos de un partido democr¨¢tico como el PP. Si no lo hace, estar¨¢ avalando con su aliento conductas violentas y antidemocr¨¢ticas".
Es el mensaje que la direcci¨®n del PP aconseja repetir a sus cargos p¨²blicos el 24 de marzo. S¨®lo un d¨ªa despu¨¦s, los ide¨®logos populares siguen a la carga:
- "El PSOE e IU act¨²an siguiendo la vieja consigna de Lenin: "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad". Esta guerra no es ilegal. Lo que estamos presenciando en Irak son las graves consecuencias a las que se refer¨ªa la resoluci¨®n 1441, aprobada por unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU".
El Gobierno da un paso m¨¢s y radicaliza su mensaje para meter en el saco de los malos a los nacionalistas, que aprovechan el ruido de la guerra para multiplicar sus mensajes independentistas. Aznar abri¨® el camino cuando declar¨®, el jueves pasado: "Nos vamos a tener que enfrentar a un desaf¨ªo nacionalista muy fuerte". Le sigui¨® uno de los candidatos a sucederle, Jaime Mayor Oreja: "La ofensiva nacionalista ser¨¢ la primera gran cuesti¨®n cuando finalice el conflicto b¨¦lico con Irak".
Los populares est¨¢n preocupados. Las encuestas, todas, vaticinan el batacazo electoral y registran un apabullante rechazo a la guerra. Aznar sigue a lo suyo: "Yo tambi¨¦n habr¨ªa dicho que estoy contra la guerra si el CIS me hubiera preguntado".
Este reportaje ha sido elaborado con informaciones de Luis R. Aizpeolea, Anabel D¨ªez y Pilar Marcos.
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