Sinraz¨®n
La injustificada agresi¨®n militar contra Irak, en la que por delegaci¨®n participa Espa?a contra la voluntad de los espa?oles por una arbitraria decisi¨®n del presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, parece destinada a cambiar el curso de la historia, aunque todav¨ªa no se pueda saber en qu¨¦ sentido lo har¨¢. Y esto lo han comprendido inmediatamente los ciudadanos, que han reaccionado moviliz¨¢ndose por doquier hasta causar una conmoci¨®n en la opini¨®n p¨²blica a escala mundial. La gente est¨¢ hist¨¦rica y nadie se siente indiferente porque esto nos afecta a todos, mientras contemplamos c¨®mo sin raz¨®n alguna se bombardea en nuestro nombre a unos pobres desgraciados indefensos. Y lo peor es que tan monstruosa pesadilla parece no tener final alguno, pues los acontecimientos se suceden acumulando nuevas espirales de horror en una cadena sin fin: hoy es Irak, ma?ana Siria, despu¨¦s Ir¨¢n, y luego Bush dir¨¢, sin que se sacie la sed de venganza estadounidense.
?Por qu¨¦ se ha conmocionado tanto la opini¨®n p¨²blica? Desde un punto de vista t¨¦cnico, se trata de un acontecimiento medi¨¢tico en toda regla: estaba anunciado con antelaci¨®n, interrumpe la programaci¨®n habitual y retransmite la historia en directo. Es la guerra espect¨¢culo de que habla Michael Mann. Pero ?qu¨¦ tipo de acontecimiento medi¨¢tico se nos retransmite? Seg¨²n la tipolog¨ªa de Dayan y Katz, se trata tanto de una Conquista (la definitiva Cruzada que reconquistar¨¢ los Santos Lugares) como de una Competici¨®n (entre islam y Occidente, entre Europa y Norteam¨¦rica, entre el partido de Aznar y el resto de Espa?a) y de una Coronaci¨®n (la investidura de Bush como emperador de Occidente, con Blair y Aznar de azorados triunviros). Pero yo a?adir¨¦ que adem¨¢s se trata de un Esc¨¢ndalo en toda regla: la revelaci¨®n p¨²blica de un flagrante atentando contra la moral colectiva que viola la conciencia de toda la ciudadan¨ªa.
Lo que est¨¢ pasando es algo s¨®lo comparable al asesinato a c¨¢mara lenta de Miguel ?ngel Blanco en julio de 1997 tras un ultim¨¢tum imposible de cumplir, que desencaden¨® una instant¨¢nea movilizaci¨®n un¨¢nime de toda la opini¨®n p¨²blica espa?ola. Y lo mismo ha sucedido ahora con el ultim¨¢tum de las Azores imposible de cumplir, que al convertirse en el linchamiento masivo del pueblo iraqu¨ª tambi¨¦n ha despertado la inmediata movilizaci¨®n de toda la opini¨®n p¨²blica, esta vez a escala planetaria. A excepci¨®n de los estadounidenses -confundidos como est¨¢n por la falsificaci¨®n de la realidad que les vende una prensa belicista, patriotera y fraudulenta-, todos los ciudadanos del mundo nos sentimos escandalizados literalmente.
En su tipolog¨ªa de esc¨¢ndalos medi¨¢ticos, Thompson identifica los esc¨¢ndalos pol¨ªticos propiamente dichos con los abusos de poder. Y en efecto, si nos escandaliza tanto lo que les est¨¢n haciendo a los iraqu¨ªes es porque se trata de un manifiesto y flagrante abuso de poder. El ultim¨¢tum de las Azores fue un atropello, una injusticia, una arbitrariedad, sin causa alguna que lo justifique. Todas las espurias razones que se alegaron se han demostrado falsas, pues ni siquiera hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva, que fueron destruidas por la ONU antes de que los estadounidenses se atrevieran a invadir y machacar Irak. Y las supuestas razones de Estado que se alegan son igualmente falaces, porque violar la legalidad internacional no puede redundar m¨¢s que en perjuicio del inter¨¦s nacional. Pues de hecho, al sublevarse contra la ONU, el triunvirato de las Azores se ha comportado como un tr¨ªo de Estados canallas (rogue states), en los que las otras naciones civilizadas ya no pueden volver a confiar.
Lo que m¨¢s nos escandaliza de Bush y Aznar es su arbitraria sinraz¨®n, al comportarse como locos fan¨¢ticos o ni?os mimados que juegan con las vidas humanas y rompen en mil pedazos el orden internacional por pura rabieta o capricho pueril. Y si lo hacen es porque pueden, dado el ilimitado poder absoluto -hecho posible por sus respectivas Constituciones- del que tan arbitrariamente disponen.
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