Despu¨¦s de Sadam
A pesar de todas las dificultades inesperadas y de que la incertidumbre haya sustituido al triunfalismo inicial, a EE UU probablemente vaya a resultarle m¨¢s f¨¢cil derrotar al Ej¨¦rcito iraqu¨ª que reorganizar y reconstruir Irak, objetivos declarados por Bush en el mismo momento en que anunci¨® su ataque contra el r¨¦gimen de Sadam Husein. Incluso asumiendo una guerra relativamente breve y sin bajas masivas entre la poblaci¨®n civil, algo que cada vez parece m¨¢s ilusorio, poner en pie a Irak pol¨ªtica y econ¨®micamente ser¨¢ una tarea cicl¨®pea y astron¨®micamente cara, a pesar del petr¨®leo iraqu¨ª. Muchas cosas depender¨¢n para Washington de c¨®mo maneje la ocupaci¨®n del pa¨ªs.
Con el fragor de las bombas en su apogeo, hay ya discrepancias frontales en Occidente sobre el papel que EE UU pretende reservarse en el Irak posterior a Sadam y el que debe jugar Naciones Unidas. Washington ha llegado a la conclusi¨®n de que la fragmentada oposici¨®n iraqu¨ª, con sus ambiciones de campanario y su escaso apoyo interior, no es la soluci¨®n de recambio. En su lugar planea colocar a Irak bajo el control directo de un militar estadounidense con la probable cooperaci¨®n de un administrador civil. Una suerte de protectorado con o sin la aprobaci¨®n de la ONU.
Ser¨ªa un error hist¨®rico que la participaci¨®n de Naciones Unidas vagamente avizorada por Bush se redujera al manejo de la enorme crisis humanitaria. La ONU es hoy la ¨²nica instancia capaz de legitimar el ejercicio provisional de un poder como el que bosqueja EE UU sobre un pa¨ªs soberano e independiente. Y a ella debe revertir cuanto antes, pese a las dificultades obvias, la tarea de organizar la transici¨®n de Irak hacia un nuevo Estado en manos de los iraqu¨ªes. As¨ª lo ha transmitido Tony Blair en la Casa Blanca y as¨ª lo entienden Francia, Alemania o Rusia.
La invasi¨®n de Irak est¨¢ poniendo de manifiesto, frente a la teor¨ªa avanzada por Washington, que ni los iraqu¨ªes ni la mayor¨ªa de sus vecinos consideran liberadoras a las tropas anglo-estadounidenses. En un mundo que ve mayoritariamente esta guerra como un ejercicio ciego de la fuerza estadounidense -y las incesantes manifestaciones populares se encargan de recordarlo-, el control posterior del pa¨ªs por parte de Washington, sin la participaci¨®n de la ONU, sellar¨ªa indeleblemente su imagen como poder neocolonialista. En el hipersensible ¨¢mbito ¨¢rabe e isl¨¢mico, una ocupaci¨®n dilatada producir¨¢ un devastador efecto de inestabilidad regional, que incrementar¨ªa exponencialmente la ola de antiamericanismo y dar¨ªa alas a las expresiones m¨¢s sanguinarias del fanatismo armado.
?Qu¨¦ eficacia cabe esperar de un poder tan lejano en todos los ¨®rdenes como el estadounidense en la revitalizaci¨®n de un pa¨ªs ¨¢rabe de 24 millones de personas sin una identidad com¨²n? Ni la historia reciente de Irak ni las actuaciones de Washington sobre otros escenarios (Afganist¨¢n, Panam¨¢, Hait¨ª) dan lugar al optimismo.
Irak es un pa¨ªs fracturado en l¨ªneas tribales, ¨¦tnicas y religiosas, no superadas por la entidad estatal creada artificialmente a la ca¨ªda del Imperio Otomano. La conquista en marcha har¨¢ saltar por los aires fuerzas comprimidas durante muchos a?os por la dictadura de Sadam Husein, se trate del resentimiento contra la minor¨ªa sun¨ª gobernante, del rompecabezas tribal o de las aspiraciones kurdas. Las sucesivas guerras, la violencia del Estado y el efecto de las sanciones de la ONU han degradado y corrompido el tejido social. ?Va a ser posible edificar una democracia sobre un paisaje que no re¨²ne uno solo de los prerrequisitos para ello? El peor escenario sugiere un descenso al caos similar al que sufri¨® L¨ªbano, agravado en este caso por una inmensa riqueza petrol¨ªfera.
En este marco general se inscriben las formidables tareas que EE UU pretende atacar en solitario, con el a?adido de la reconstrucci¨®n material de Irak, que se perfila como un coto cerrado de las empresas estadounidenses y brit¨¢nicas. Antes, el Ej¨¦rcito ocupante tendr¨¢ que desmovilizar a unas fuerzas enemigas de casi 400.000 hombres, desmantelar los aparatos de seguridad y policiacos de Sadam, preservar el orden p¨²blico, impedir venganzas y mantener a raya las ansias independentistas de cuatro millones de kurdos sobre los que Turqu¨ªa pretende imponer su fuerza. Demasiado para un virrey.
La presencia militar estadounidense ser¨¢ inevitable durante mucho tiempo, pero debe reducirse a las tareas imprescindibles. Las claves de la estabilidad del Irak posterior a Sadam son un caleidoscopio inmanejable en sus dimensiones y complejidad por un solo pa¨ªs, aunque sea EE UU. Bush debe entender que sus trabajos de H¨¦rcules requieren la cooperaci¨®n de sus aliados, aunque el desencuentro sea clamoroso con la mayor¨ªa. Y sobre todo la participaci¨®n vertebral de la ONU, fuente de cualquier legitimidad futura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Operaci¨®n Libertad Iraqu¨ª
- Opini¨®n
- Irak
- Sadam Husein
- Reconstrucci¨®n
- Ocupaci¨®n militar
- Estados Unidos
- Contactos oficiales
- Guerra Golfo
- Pol¨ªtica exterior
- Cese hostilidades
- Guerra
- Oriente pr¨®ximo
- ONU
- Acci¨®n militar
- Organizaciones internacionales
- Gobierno
- Proceso paz
- Asia
- Conflictos
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Defensa
- Pol¨ªtica