Candela tiene los ojos rasgados
400 beb¨¦s chinos llegan a familias espa?olas tras desbloquearse las adopciones
Quien en las ¨²ltimas semanas haya paseado por la avenida Jianguomenwai, uno de los tramos del eje central que atraviesa Pek¨ªn de este a oeste, se habr¨¢ cruzado con toda probabilidad con alguna pareja de espa?oles empujando un carrito con un beb¨¦. Alguna pareja como Jos¨¦ Manuel y Manoli, de M¨¦rida, quienes hace unos d¨ªas regresaron de Guangdong, en el sur de China, con la ni?a que llevaban casi dos a?os esperando. "?A que es guapa? Y no es pasi¨®n de madre", dice Manoli mientras sube a un autob¨²s estacionado detr¨¢s de la Tienda de la Amistad, paso obligado, hoy en decadencia, de turistas y visitantes en busca de artesan¨ªa.
A 15 minutos de all¨ª, en un hotel reluciente, situado frente a un reguero de bloques de pisos, Bel¨¦n, de ocho meses; Laura, de 13; Mar¨ªa Sheng, de 15, y F¨¦nix, tambi¨¦n de 13 meses, se abrazan tranquilas a sus nuevos padres.
Las adopciones espa?olas en China se han multiplicado por 12 en cinco a?os. ?ste ya ha habido 600
Bel¨¦n, Laura, Mar¨ªa Sheng y F¨¦nix son los nombres de cuatro de los 400 beb¨¦s que a lo largo de marzo han adoptado parejas espa?olas en China. "F¨¦nix nos pareci¨® muy bonito, as¨ª que se le hemos dejado", explican Miriam y Fabi¨¢n, que viven en Madrid. Los padres de estas ni?as forman parte de uno de los grupos que llegaron a principios de marzo para culminar un proceso de adopci¨®n que iniciaron hace pr¨¢cticamente dos a?os. Durante su estancia, les ha pillado la invasi¨®n de Irak y el brote de neumon¨ªa asi¨¢tica.
Espa?a es el segundo pa¨ªs (tras EE UU) que m¨¢s adopta en China. En 1997, la cifra de ni?os -m¨¢s bien ni?as, puesto que representan casi la totalidad- adoptados por espa?oles fue de 105. El a?o pasado ascendi¨® a 1.296. Es decir, en cinco a?os se ha multiplicado por 12. Y en los tres primeros meses de 2003 van ya 600. En este aumento ha influido, seg¨²n algunas fuentes, la gran repercusi¨®n que tuvo un reportaje de la cadena brit¨¢nica Channel 4 emitido en Espa?a a finales de 1995 sobre las condiciones inhumanas en que viv¨ªan los beb¨¦s en algunos orfanatos.
La ola de adopciones ha despegado con fuerza despu¨¦s de que en diciembre del a?o pasado las autoridades pusieran fin al sistema de cuotas que hab¨ªan implantado un a?o antes. Este sistema limit¨® a 387 en 2002 el n¨²mero de solicitudes para Espa?a, a las que se a?adieron despu¨¦s otras 100. Este a?o se prev¨¦ que lleguen a cerca de 1.900.
"Nos dijeron que paraban las adopciones porque los padres no estaban enviando los informes de seguimiento que deben entregar a los seis meses y al a?o de recoger al ni?o", explica Carlos de la Morena, c¨®nsul de Espa?a en Pek¨ªn. Fuentes del entorno de las adopciones afirman que ¨¦sta fue la excusa, pero que la raz¨®n estuvo "en que los organismos chinos no daban abasto". "China mima ahora la transparencia, y esto ha hecho que se disparen las peticiones", a?ade el diplom¨¢tico.
Aunque todos hab¨ªan visto la foto de su hija antes de llegar, la mayor¨ªa de las parejas, seg¨²n Jos¨¦ Manuel, no la reconocieron cuando se la entregaron. "Les hacen la foto a todas con el mismo vestido y la misma sillita", dice Fabi¨¢n, quien critica que el informe "induce a error porque parece que las ni?as est¨¢n de maravilla, y luego no es as¨ª". "Tenemos que enviar fotos nuestras porque intentan que tengan un parecido", dice Pilar. "El proceso completo supone un desembolso de unos 12.000 euros, incluidos el viaje y la estancia en China. De esta cifra, seg¨²n los padres, 2.800 euros corresponden a donativo al orfanato, y cerca de 2.000, a papeleos en la provincia. "El dinero es lo de menos, lo das con placer", afirma Pilar. "S¨ª, pero yo pienso que hay un cierto negocio", a?ade Jos¨¦ Manuel.
Algunos padres aseguran que cuando les entregaron las ni?as, ten¨ªan la mirada un poco perdida, "estaban catat¨®nicas". "Pero en dos d¨ªas han espabilado, se hacen las jefas de inmediato", sonr¨ªe Fabi¨¢n.
Ayer mismo lleg¨® un vuelo al madrile?o aeropuerto de Barajas lleno de parejas con sus hijas chinas. Candela, Menc¨ªa, Lorena. Las peque?as llegaban sonrientes en brazos de sus nuevos padres. La terminal estaba atestada de familiares y de l¨¢grimas de emoci¨®n.
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