Sorpresas
El seminario de la UIMP titulado ?Es la naturaleza cognoscible?, dirigido por Fernando Parra Superv¨ªa, V¨ªctor G¨®mez Pin y ?ngel Mart¨ªn, ha sido magn¨ªfico y el n¨²mero y la tenacidad de los alumnos en su asistencia as¨ª lo ha demostrado. El nivel de los oradores, bi¨®logos, ec¨®logos, fil¨®sofos, investigadores, un fil¨®logo, una economista, una pintora, una music¨®loga y un poeta, ha sido de verdadero lujo; pero dada la menguada extensi¨®n de este fald¨®n, me voy a limitar a comentar algunas sorpresas.
La primera es la conclusi¨®n a la que llegaron los participantes que all¨ª se encontraban el ¨²ltimo d¨ªa: quienes ¨²nicamente se pueden acercar hasta comprender a la naturaleza -o a la realidad, seg¨²n la denomin¨® Garc¨ªa Calvo- son los artistas.
En esta ocasi¨®n los artistas fueron Carmen Laffon, Eva Lainsa y Jacobo Cortines, cuyas conferencias fueron de tanta calidad como belleza. Aunque la nombremos, no podemos llegar a conocer la naturaleza, sin embargo una pintora puede decir que el amor hace de ella arte y despu¨¦s demostrarlo en su trabajo; una music¨®loga nos puede dejar prendidos y prendados con el ejemplo de un paisaje sonoro y de un silencio activo; y un poeta es capaz de definirla y acertar. Los tres saben de qu¨¦ se trata, los tres transmiten su amor, su emoci¨®n y su sabidur¨ªa, pero queda claro que nosotros no somos capaces de atraparla, ni los cient¨ªficos tampoco.
La ¨²ltima sorpresa fue ver a Carmen Laffon avanzando por el pasillo de una sala abarrotada de gente y ba?ada por los fogonazos de los fot¨®grafos. Ning¨²n otro participante, a pesar de sus merecimientos, tuvo semejante acogida. Es conocida la timidez de la artista y el mal rato que pasa con estos menesteres que siempre reh¨²ye, pero en ese momento en el que se hac¨ªa patente el peso de su cr¨¦dito en esta ciudad, y porque sab¨ªa que iba a leer el discurso que pronunci¨® al entrar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se me vino a la cabeza el enigma que supone el que no haya sido acad¨¦mica de Sevilla mucho antes que de Madrid. Algunas veces los t¨®picos se hacen realidad. Y nos sorprenden.
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