El PP catal¨¢n reduce a la m¨ªnima expresi¨®n sus actos p¨²blicos

El estreno de la etapa Piqu¨¦, que el Partido Popular de Catalu?a esperaba desde hace a?os para intentar resolver su particular problema catal¨¢n, se ha convertido en un aut¨¦ntico via crucis por la guerra de Irak. El partido est¨¢ redise?ando su estrategia ante la campa?a electoral y reducir¨¢ los grandes actos a la m¨ªnima expresi¨®n. Ayer, 30.000 estudiantes se manifestaron en Barcelona, y 3.000 en Girona, contra la guerra y la posici¨®n del Gobierno.

La nueva c¨²pula del PP catal¨¢n se conjur¨® en octubre para tratar de romper la anomal¨ªa hist¨®rica que supon¨ªa la d¨¦bil representaci¨®n en Catalu?a del partido que gobierna Espa?a: s¨®lo 12.000 catalanes tienen alcalde del PP, y en las auton¨®micas de 1999 el partido qued¨® por debajo del 10% de votos y a 40 esca?os de distancia del PSC.

Seis meses despu¨¦s, el des¨¢nimo entre los dirigentes es total, especialmente tras el inicio de la guerra contra Irak. Varios dirigentes significativos consultados por este peri¨®dico admiten que la confecci¨®n de candidaturas se ha paralizado y que el n¨²mero de listas elaboradas quedar¨¢ probablemente por debajo de las de 1999. Todos dan por descontado que el estreno electoral del PP de Piqu¨¦ se saldar¨¢ con un serio rev¨¦s.

En las ¨²ltimas semanas, el PP pr¨¢cticamente no ha realizado actos p¨²blicos. Fuentes de este partido explican que la precampa?a se ha redise?ado para reducir los actos p¨²blicos a la m¨ªnima expresi¨®n. Los pocos candidatos que proyectaban actos con una previsi¨®n de m¨¢s de 500 asistentes los est¨¢n cancelando. Y los actos que no se anulan cambian de emplazamiento; para evitar altercados apenas se anuncian y se realizan en lugares que s¨®lo los invitados conocen, en un ambiente casi de clandestinidad.

Fuentes del aparato explican que todos los cargos p¨²blicos han sido movilizados para tener encuentros con los candidatos locales para tratar de combatir su des¨¢nimo. "No se trata tanto de darles argumentos por el conflicto de Irak como de compartir con ellos un caf¨¦ e intentar transmitirles que todo volver¨¢ a la normalidad cuando esto acabe", explica un destacado dirigente del partido.

Ayer, el candidato del PP a la alcald¨ªa de Barcelona, Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, que la semana pasada fue agredido en Reus (Tarragona), volvi¨® a ser objeto de abucheos, en la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Para evitar altercados opt¨® por participar en la charla prevista a trav¨¦s de una videoconferencia, pero el acto tampoco se desarroll¨® con normalidad. La mayor¨ªa de los 70 alumnos asistentes se disfrazaron de heridos y le concedieron s¨®lo cinco minutos para intervenir: el 9% de la duraci¨®n prevista del acto, equivalente, dijeron, al porcentaje de espa?oles que apoyan la guerra. Despu¨¦s leyeron varios manifiestos, corearon esl¨®ganes contra la guerra y abandonaron la sala. Otro grupo, de una veintena de j¨®venes -en su mayor¨ªa militantes de Nuevas Generaciones y ajenos a la UPF-, entr¨® entonces a la sala para seguir la charla.

Por su parte, el PP de Badalona -localidad colindante con Barcelona- denunci¨® ayer que en la sede del partido se reciben amenazas de muerte. Xavier Garcia Albiol, concejal en esta localidad, hizo entrega a los Mossos d'Esquadra de la grabaci¨®n. Los agentes detuvieron ayer mismo a Vicente Manuel S. V., de 67 a?os, como presunto autor de la llamada.

Lejos de disminuir, las movilizaciones contra la guerra se multiplican en Catalu?a. Ayer, los universitarios se declararon en huelga y se manifestaron por las calles de Barcelona. Las centros universitarios se vaciaron. En un tono festivo pero con claros tintes pol¨ªticos, unos 30.000 estudiantes, seg¨²n la Guardia Urbana, 50.000 seg¨²n los organizadores, clamaron pac¨ªficamente contra los gobiernos de Aznar y de Bush, y contra la invasi¨®n de Irak.

En Girona, m¨¢s de 3.000 estudiantes de educaci¨®n secundaria y universitarios participaron en una manifestaci¨®n similar. Los ¨²nicos incidentes ocurrieron precisamente ante la sede del PP, que fue diana del lanzamiento de huevos por parte de un reducido grupo de manifestantes, a pesar del cord¨®n protector formado por la organizaci¨®n y la presencia de la polic¨ªa.