"Mi intenci¨®n es excitar al lector"
Con tres novelas centradas en mujeres de la Inglaterra victoriana, Sarah Waters ha logrado trasladar la literatura l¨¦sbica de los m¨¢rgenes al centro del debate. La BBC emiti¨®, el pasado oto?o, la adaptaci¨®n de su deb¨², Tipping the Velvet, una historia de amor, intriga y esc¨¢ndalos sobre las tablas de los musicales londinenses. El ¨¦xito de la serie coincidi¨® con la selecci¨®n de Falsa identidad, su tercera entrega, entre los libros finalistas de la ¨²ltima edici¨®n del Premio Booker. Los reconocimientos contin¨²an y, a sus 36 a?os, Waters aparece entre los j¨®venes talentos de la d¨¦cada destacados por la revista literaria Granta. Anagrama se hace eco del revuelo con la publicaci¨®n de Falsa identidad y con planes firmes de traducir al castellano los anteriores t¨ªtulos que completan la trilog¨ªa ambientada a finales del XIX, Tipping the Velvet y Affinity. Nacida en Gales, Waters se siente "aturdida y afortunada" con el rosario de premios recibidos hasta la fecha, incluido el ¨²ltimo, como novelista del a?o, que recogi¨® la v¨ªspera de la entrevista en su modesto piso de Londres.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ le inspir¨® a escribir Falsa identidad?
RESPUESTA. Quise acercarme a la novela sensacionalista de finales del XIX, con su enfoque en la violencia, la locura, los esc¨¢ndalos... a trav¨¦s de personajes femeninos poderosos, transgresores y criminales. De hecho, Falsa identidad se apoya mucho en The woman in white, de Wilkie Collins.
P. ?Fue su intenci¨®n escribir una trilog¨ªa de "amor l¨¦sbico victoriano", como usted ha descrito su obra?
R. Una novela me llev¨® a la otra, y las tres parten de mi tesis doctoral sobre la representaci¨®n de la homosexualidad en la historia de la literatura. Les unen preocupaciones que no s¨¦ bien de d¨®nde vienen, pero que saltan a la p¨¢gina en temas como la corrupci¨®n de la inocencia, la traici¨®n, la reclusi¨®n y, por supuesto, las relaciones entre lesbianas. Se leen como una trilog¨ªa, pero estos hilos conductores s¨®lo los descubr¨ª con el tiempo y la distancia.
P. ?Se siente obligada a defender la literatura l¨¦sbica?
R. No estoy embarcada en una cruzada ni en ninguna campa?a p¨²blica. Es algo mucho m¨¢s personal porque ¨¦ste es el tipo de libros que quiero escribir. Hay un elemento l¨¦sbico muy distintivo en mi ficci¨®n y es l¨®gico mencionarlo. Las tres novelas han resultado tan populares que la gente las ve como pioneras en la apertura de nuevos frentes. Mi ambici¨®n no llegaba tan lejos. Me contentaba con alcanzar una audiencia reducida.
P. ?Qu¨¦ refleja la aceptaci¨®n generalizada de una tem¨¢tica tab¨² hasta hace poco tiempo?
R. Es una se?al de la evoluci¨®n de la sociedad. Hay m¨¢s tolerancia y visibilidad de la comunidad l¨¦sbica. Se aprecia una mayor aceptaci¨®n de la diversidad, y la gente no se siente amenazada. Parece incluso rutinario ver personajes l¨¦sbicos en telenovelas y series dram¨¢ticas. Pero todav¨ªa quedan obst¨¢culos. El ambiente es positivo en Londres, pero en las ciudades peque?as los homosexuales son con frecuencia v¨ªctimas de la violencia.
P. ?Qu¨¦ descubre en el XIX que no pueda encontrar en nuestra era?
R. Mis novelas tratan del pasado, pero tambi¨¦n de lo que pensamos del pasado. Es una especie de revisi¨®n hist¨®rica que me ayuda a contar historias que no se han escrito antes y que, con suerte, tendr¨¢n una resonancia emocional en el lector contempor¨¢neo. Pero, ante todo, me gusta zambullirme en el pasado para jugar con la ficci¨®n de la ¨¦poca.
P. ?Escribir¨ªa una novela porno, como uno de los personajes de Falsa identidad?
R. Ser¨ªa un reto que no me importar¨ªa probar. Me lo plante¨¦ cuando las editoriales rechazaron inicialmente mi primera novela. Ahora ser¨ªa raro, ya que tengo fama de escritora muy literaria. Escribir sobre actos sexuales es muy interesante. El sexo suscita emociones fort¨ªsimas en la gente y, como escritora, me permite imaginar situaciones de extrema intimidad sin comprometerme emocionalmente. Le¨ª mucha pornograf¨ªa victoriana para preparar Falsa identidad. Me result¨® chocante en un principio, pero luego me dej¨® fr¨ªa y respond¨ª ya de una forma m¨¢s intelectual. Lo mismo sucede al describir una escena er¨®tica en la p¨¢gina: no me excita aunque mi intenci¨®n sea excitar al lector.
P. ?Piensa seguir explorando el XIX?
R. A la gente le gustar¨ªa, pero ha llegado la hora de cambiar de ¨¦poca. En la pr¨®xima novela, que ya he empezado a escribir, me traslado a Londres, a los a?os cuarenta del siglo pasado. Estoy leyendo muchos libros del periodo y haci¨¦ndome con una nueva voz. Es mucho m¨¢s silenciosa y menos efusiva que la del estilo victoriano. Expresar emoci¨®n con esta voz tan sobria es un duro desaf¨ªo.
P. No deja de cosechar galardones y reconocimientos. ?Le afecta profesionalmente?
R. Han sido demasiados, uno detr¨¢s de otro. Estoy aturdida. La adaptaci¨®n de televisi¨®n me emocion¨®, y hay planes para adaptar Falsa identidad y llevar al cine Affinity. Son libros bastante visuales. Crec¨ª frente a la tele y esto quiz¨¢ me ha llevado a visualizar las escenas antes de escribirlas. Los premios, sin embargo, me roban mucho tiempo y me obligan a aparcar la novela. Pero merece la pena. Me siento muy afortunada.
P. ?C¨®mo ve el futuro?
R. Antes no ten¨ªa ambiciones y ahora todo el mundo espera que siga publicando buenas historias. Asusta. Por eso, intento marcarme un horizonte de uno o dos libros y confiar en que una historia me lleve a otra. Las cosas no pueden salir tan bien como este ¨²ltimo a?o, algo debe caer, lo cual es un pensamiento muy extra?o. Hay que recordar que s¨®lo llevo ocho a?os escribiendo novelas.
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