Peor que Bah¨ªa Cochinos
El pasado 18 de marzo fue un d¨ªa negro para la disidencia cubana. Esa ma?ana, lista en mano, polic¨ªas de la Seguridad del Estado comenzaron a detener a decenas de opositores, activistas de derechos humanos y periodistas independientes en La Habana y otras ciudades del pa¨ªs, en la mayor campa?a del Gobierno de Fidel Castro contra los disidentes que se recuerda. En s¨®lo 72 horas fueron arrestadas en la isla 78 personas bajo la acusaci¨®n de "conspirar" y "realizar actos de traici¨®n" al servicio de Estados Unidos. El pasado jueves comenzaron en La Habana y otras ciudades del pa¨ªs los primeros juicios sumar¨ªsimos contra los acusados, 11 de los cuales podr¨ªan ser condenados a cadena perpetua, y el resto, a penas que oscilan entre los 12 y los 30 a?os de c¨¢rcel.
En una maceta en la entrada de la casa de Cason hay clavado un cartel que dice: "Nombre cient¨ªfico: Cuba Libre. Nombre com¨²n: Ojal¨¢ sea pronto"
?Por qu¨¦ ahora? ?A qu¨¦ se debe esta furia? ?Qu¨¦ oscuras razones hay detr¨¢s de lo sucedido? ?Qu¨¦ fines se persiguen con esta ofensiva?, se interroga un diplom¨¢tico
"La mayor¨ªa de estos grupos opositores est¨¢n penetrados por la polic¨ªa, eso sin hablar de sus divisiones internas", dice un embajador latinoamericano
Las c¨¢balas diplom¨¢ticas hablan de que no es casualidad que cada vez que hay una coyuntura favorable para que la isla se abra, las autoridades contraatacan
El veterano disidente cubano Elizardo S¨¢nchez considera que se trata de la "peor ola represiva contra la oposici¨®n" ocurrida desde el triunfo de la revoluci¨®n en 1959. "Nunca antes en la historia de Cuba hab¨ªan tenido lugar tantos juicios contra tantos acusados por delitos de opini¨®n", afirma este ex profesor de marxismo-leninismo, que ha pasado m¨¢s de ocho a?os de su vida en la c¨¢rcel. A su juicio, "ni siquiera durante la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos , cuando el pa¨ªs estaba en guerra, sucedi¨® algo similar".
A la mayor¨ªa de los encausados se les juzga por violar la Ley de Protecci¨®n de la Independencia Nacional y la Econom¨ªa de Cuba, promulgada en 1999 pero nunca aplicada, que establece severas sanciones para aquellos que "apoyen, faciliten o colaboren con los prop¨®sitos de la ley Helms-Burton, el bloqueo, la guerra econ¨®mica contra Cuba, la subversi¨®n y otras medidas similares encaminadas a menoscabar la independencia, integridad y soberan¨ªa del Estado cubano".
Este brusco y repentino endurecimiento de la pol¨ªtica hacia los disidentes contrasta con la l¨ªnea de tolerancia discreta que se hab¨ªa ido imponiendo en la isla en los ¨²ltimos a?os.
As¨ª, Oswaldo Pay¨¢, el promotor del denominado Proyecto Varela -iniciativa que pide la convocatoria de un refer¨¦ndum sobre el cambio pol¨ªtico en Cuba-, pudo recoger 11.020 firmas a lo largo y ancho de la isla en respaldo de su solicitud; a¨²n m¨¢s, pudo presentarlas el a?o pasado ante el Parlamento cubano.
En diciembre, el Gobierno autoriz¨® a Pay¨¢ a viajar a Estrasburgo a recoger el Premio S¨¢jarov 2002, que le concedi¨® el Parlamento Europeo por su lucha pac¨ªfica por llevar la democracia a la isla. El viaje se convirti¨® en una gira por 10 pa¨ªses de Europa y Am¨¦rica, durante la cual se entrevist¨® con cuatro presidentes y sostuvo un encuentro con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. Por primera vez un opositor residente en la isla fue recibido a tan alto nivel en Washington.
Las concesiones a Pay¨¢ no son la ¨²nica muestra de la l¨ªnea oficial de laisser-faire, laisser-passer, ahora abortada: aunque a trancas y barrancas, aproximadamente un centenar de periodistas independientes trabajaba en Cuba y enviaba cr¨®nicas a diario a Estados Unidos o publicaba sus reportes cr¨ªticos en Internet; los miembros m¨¢s destacados de la oposici¨®n se reun¨ªan con normalidad con los pol¨ªticos europeos y norteamericanos que visitaban la isla. El ¨²ltimo de ellos, el comisario europeo Paul Nielsen, hace menos de un mes; y hasta un grupo de disidentes hab¨ªa logrado sacar dos n¨²meros de la revista bimestral De Cuba.
En medios diplom¨¢ticos ha llamado poderosamente la atenci¨®n que entre los opositores detenidos no figuren las principales cabezas de la disidencia, como Elizardo S¨¢nchez, el ex prisionero pol¨ªtico Vladimiro Roca o el propio Pay¨¢. S¨¢nchez indica que, entre las 78 personas arrestadas, 49 viven en el interior de la isla. S¨®lo el periodista y poeta Ra¨²l Rivero, la ex prisionera Marta Beatriz Roque y el opositor H¨¦ctor Palacios son l¨ªderes conocidos fuera de Cuba.
Un atribulado embajador europeo comentaba estos d¨ªas que "tambi¨¦n ha causado sorpresa el momento en que se ha producido esta embestida". Justo cuando Cuba ten¨ªa grandes posibilidades de entrar al acuerdo de Cotonu -entre la Uni¨®n Europea y los 77 pa¨ªses de ?frica, Caribe Pac¨ªfico, que concede cuantiosas ventajas econ¨®micas a sus signatarios- y cuando cada vez m¨¢s voces se levantaban dentro de Estados Unidos a favor de la flexibilizaci¨®n del embargo.
Las preguntas que se formula en voz alta este embajador se repiten hoy en todos los cen¨¢culos diplom¨¢ticos y reuniones habaneras que se respeten: ?Por qu¨¦ ahora? ?A qu¨¦ se debe esta furia? ?Qu¨¦ oscuras razones hay detr¨¢s de lo sucedido? ?Qu¨¦ fines se persiguen con esta ofensiva?
James Cason
A la entrada de la lujosa residencia del jefe de la Secci¨®n de Intereses de Estados Unidos en La Habana, James Cason, hay una maceta con una plantita muy mona. En la tierra tiene clavado un cartelito, que dice: "Nombre cient¨ªfico: Cuba Libre. Nombre com¨²n: Ojal¨¢ sea pronto".
Todos los corresponsales extranjeros que fuimos invitados a la residencia de Cason el pasado 14 de marzo pudimos ver la original bromita del diplom¨¢tico norteamericano.
Hay que decir que fue una invitaci¨®n rara; no vino del due?o de la mansi¨®n, sino de un grupo de 34 periodistas independientes que se reunieron all¨ª para celebrar un Taller Nacional de ?tica Period¨ªstica. Los periodistas disidentes no fueron los ¨²nicos que hicieron uso de estas instalaciones diplom¨¢ticas. Antes Cason hab¨ªa abierto las puertas de su casa a otros grupos de disidentes para que trabajasen all¨ª con toda libertad.
Tres semanas antes, el 24 de febrero, d¨ªa en que se conmemora el inicio de la ¨²ltima guerra de independencia de Cuba, James Cason particip¨® en un acto para celebrar la fecha organizado por la ex prisionera Martha Beatriz Roque. Otros diplom¨¢ticos europeos y latinoamericanos fueron invitados, pero ninguno acudi¨®. Cuando vio las c¨¢maras de televisi¨®n extranjeras, Cason ley¨® unas declaraciones que llevaba escritas: "Queremos que sepan que no est¨¢n solos, que el mundo entero los apoya. Nosotros como pa¨ªs apoyamos la democracia, a las personas que luchan por tener una vida mejor y por tener justicia".
D¨ªas despu¨¦s, al regreso de un viaje por China, Vietnam y otros pa¨ªses asi¨¢ticos, el presidente cubano, Fidel Castro, calific¨® la acci¨®n de Cason de "provocaci¨®n desvergonzada y desafiante", y amenaz¨® con cerrar la Secci¨®n de Intereses de EE UU (SINA) si continuaba ejerciendo funciones de "incubadora de contrarrevolucionarios y puesto de mando de las acciones subversivas m¨¢s groseras contra nuestro pa¨ªs".
Los viajes del embajador
La SINA no fue cerrada, pero el 18 de marzo las autoridades cubanas desataron la batida contra la disidencia, al tiempo que informaban que las personas detenidas estaban "directamente vinculadas a las actividades conspirativas que lleva adelante el se?or James Cason". Buena parte de los arrestados en el interior de la isla se hab¨ªan reunido con Cason en el transcurso de los numerosos viajes por el interior de Cuba que el diplom¨¢tico realiz¨® desde su llegada al pa¨ªs, hace seis meses.
Seg¨²n La Habana, Cason viaj¨® a la isla con ¨®rdenes muy precisas de la Administraci¨®n de George W. Bush de incrementar las provocaciones con el fin de recrudecer las tensiones entre ambos pa¨ªses, cuando cada vez son m¨¢s los empresarios y congresistas norteamericanos que abogan por la normalizaci¨®n de las relaciones. Los disidentes -siempre seg¨²n la versi¨®n cubana- ser¨ªan los peones utilizados por Washington para socavar desde dentro los pilares de la revoluci¨®n cubana. En definitiva, una quinta columna mercenaria.
Para los opositores que han sobrevivido a la ola de detenciones, y tambi¨¦n para varios diplom¨¢ticos consultados, la conexi¨®n Cason es s¨®lo una excusa de las autoridades para reprimir a una disidencia que cada vez cobraba mayor protagonismo y ten¨ªa m¨¢s respaldo internacional.
"Hace 15 a?os ¨¦ramos 10, hoy somos miles", afirma Elizardo S¨¢nchez. ?l es de los que opinan que el Gobierno de Fidel Castro "llevaba tiempo acariciando la idea de golpear a la disidencia" y desmantelar la infraestructura que hab¨ªa logrado crear con a?os de esfuerzo. Para S¨¢nchez, la respuesta a la pregunta de ?Por qu¨¦ ahora?, es clara: "Con la crisis de Irak como cortina de humo, se ha dado la coyuntura para hacerlo con menor esc¨¢ndalo".
Otro disidente, que prefiere no ser identificado, se atreve a ir m¨¢s all¨¢ y dice que la torpeza diplom¨¢tica de James Cason es la que ha dado a las autoridades cubanas la excusa perfecta para aplastarlos. "Este se?or nos ha dado el abrazo del oso", dice, convencido de que las sanciones van a ser ejemplarizantes.
Osvaldo Pay¨¢ cree, en cambio, que este argumento es superfluo. "Si el Gobierno considera que Cason esta violando las leyes, que tenga el valor de expulsarlo, pero que no atente contra los que estamos reclamando en Cuba un cambio pac¨ªfico".
Pay¨¢ se?ala que 42 de los 78 disidentes que son sometidos estos d¨ªas a juicios sumar¨ªsimos son gestores del Proyecto Varela. Su lectura es que el apoyo dado por miles de personas a esta iniciativa opositora ha puesto nervioso al r¨¦gimen. "Esta reacci¨®n desproporcionada es una descarga de odio e intimidaci¨®n contra todos los ciudadanos", afirma.
Las c¨¢balas diplom¨¢ticas, habitualmente poco afortunadas, hablan de que no es casualidad que cada vez que hay una coyuntura internacional favorable para que la isla se abra, las autoridades contraatacan con medidas o actos que justifican un enroque. "En 1996 fue el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate; hoy, los juicios contra los disidentes. Parece que lo hicieran a prop¨®sito", opina un diplom¨¢tico, cuyo augurio es que ahora ser¨¢ muy dif¨ªcil que la UE acepte el ingreso de Cuba en el acuerdo de Cotonu.
En la calle y en las canciller¨ªas extranjeras, el desconcierto es general. Pocos entienden por qu¨¦ La Habana se ha decidido a dar este dur¨ªsimo golpe a la disidencia, que sin duda afecta a su imagen internacional, cuando en realidad los opositores no representan ning¨²n riesgo para la estabilidad del sistema. "La mayor¨ªa de estos grupos opositores est¨¢n penetrados por la polic¨ªa, eso sin hablar de sus divisiones internas. Esta es la fecha en que ni siquiera se han puesto de acuerdo sobre el Proyecto Varela ni sobre si apoyar o no la pol¨ªtica de embargo norteamericano", observa un embajador latinoamericano.
El disidente Vladimiro Roca -compa?ero de lucha y de presidio de Martha Beatriz Roque, para quien la fiscal¨ªa pide cadena perpetua- est¨¢ convencido de que "el problema no es la disidencia en s¨ª misma. La oposici¨®n cubana, clandestina y sin acceso a los medios de comunicaci¨®n, representa s¨®lo un peligro potencial para el sistema". En su opini¨®n, las detenciones y juicios sumarios "son expresi¨®n de un gran miedo". Pero ?miedo a qu¨¦?, ?a perder el control pol¨ªtico?, ?a que la crisis abra grietas en los muros revolucionarios?
"Irak ahora, Cuba despu¨¦s"
El pasado 29 de marzo, 30.000 cubanoamericanos convocados por las organizaciones anticastristas m¨¢s recalcitrantes del exilio se congregaron ante al monumento a los ca¨ªdos en Bah¨ªa de Cochinos, en la m¨ªtica Calle 8 de Little Habana, en Miami. Los objetivos eran tres: apoyar la guerra de Bush en Irak; oponerse a cualquier tipo de di¨¢logo con el Gobierno de Fidel Castro y adherirse a la pol¨ªtica de l¨ªnea dura hacia la isla; y respaldar a la disidencia interna.
Hubo varios oradores, pero todos coincidieron en expresar su rechazo a un sondeo reciente realizado por el diario The Miami Herald -nada sospechoso de ser fiel a Castro-, que se?alaba que entre el 50% y el 60% de los exiliados apoya la apertura de un di¨¢logo con las autoridades de La Habana.
Al acto asistieron los congresistas republicanos de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, Lincoln D¨ªaz-Balart y Mario D¨ªaz-Balart. Cuando la primera tom¨® el micr¨®fono, sus palabras hicieron estallar a los manifestantes en ovaciones y gritos de j¨²bilo: "Libertad, libertad, libertad, es el mismo mensaje para el pueblo oprimido de Irak y para el pueblo oprimido de Cuba", dijo.
Dos d¨ªas despu¨¦s de la marcha en Miami, el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarc¨®n, se reuni¨® en La Habana con representantes de los Gobiernos locales de 20 ciudades norteamericanas hermanadas con otras tantas ciudades cubanas. En esta ocasi¨®n, el p¨²blico era totalmente favorable a la normalizaci¨®n de relaciones entre ambos pa¨ªses.
Los puntos de Alarc¨®n
Al reunirse luego con periodistas extranjeros, Alarc¨®n mencion¨® varios puntos:
Primero, que la Administraci¨®n de Bush es una de las m¨¢s hostiles con Cuba que ha pasado por la Casa Blanca. Esto, a su juicio, se debe a varias razones. La principal, que "es una Administraci¨®n profundamente comprometida con los sectores m¨¢s recalcitrantes de la mafia terrorista de Miami, gracias a la cual George W. Bush gan¨® de modo fraudulento las elecciones presidenciales".
En segundo lugar, que Bush es el presidente que ha nombrado m¨¢s altos cargos de gobierno de origen cubano, entre ellos al ex subsecretario de Estado para Asuntos Hemisf¨¦ricos Otto Reich, un hombre conocido por sus v¨ªnculos con el golpe fascista de Pinochet en Chile y su apoyo a otras dictaduras latinoamericanas. "Reich, casualmente, fue qui¨¦n propuso a Cason como jefe de la SINA en La Habana", indica Alarc¨®n.
Por ¨²ltimo, que hace unos pocos d¨ªas la Administraci¨®n aprob¨® una serie de medidas para aumentar el flujo de dinero a Cuba, principalmente los fondos destinados a financiar a la disidencia
Y la conclusi¨®n: los sectores m¨¢s ultras de Washington "tratan de fomentar el financiamiento y el apoyo material a grup¨²sculos que, desde hace m¨¢s de 43 a?os, sucesivas administraciones norteamericanas se han empe?ado en fabricar y en organizar dentro de Cuba". ?El motivo?: que estos disidentes, "unidos a los que desde fuera organizan y practican la violencia contra Cuba, logren llegar alg¨²n d¨ªa a esa delirante aspiraci¨®n de provocar una guerra entre Cuba y Estados Unidos".
Preguntado si pensaba en serio en la eventualidad de una guerra con el vecino del norte, Alarc¨®n sentenci¨®: "La pancarta que sacaron por la Calle 8 dec¨ªa: 'Irak ahora, Cuba despu¨¦s'. Al menos es lo que quisiera un sector con influencias en Washington, que casualmente es el mismo que respalda a los llamados disidentes".
Si los juicios sumar¨ªsimos que se celebran estos d¨ªas en Cuba se deben o no al temor de La Habana de que despu¨¦s de Irak el presidente norteamericano mire hacia Cuba, "eso s¨®lo lo sabe Fidel Castro", dice un funcionario.
Este militante del Partido Comunista no descarta tampoco que lo sucedido sea s¨®lo un "manotazo encima de la mesa" para demostrar qui¨¦n manda en Cuba. "Los disidentes estaban muy sueltos, se cre¨ªan que eran intocables, y en Cuba intocable s¨®lo es el Comandante".
Seg¨²n la l¨®gica oficial, el silogismo es de caj¨®n: si Estados Unidos apoya a la disidencia, entonces la disidencia es el enemigo.
Con la voz entrecortada, un intelectual cubano se?ala que "hasta para los m¨¢s incondicionales de la revoluci¨®n, tal argumento, aunque fuera cierto, tiene un problema: las 78 personas que no han utilizado m¨¢s armas que sus ideas y la palabra para lograr sus prop¨®sitos de cambio".
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