J?rn Utzon consigue el Premio Pritzker
El arquitecto de la ?pera de Sidney ha construido una obra "intemporal y ejemplar"
El Premio Pritzker 2003 se ha otorgado al arquitecto dan¨¦s J?rn Utzon (1918), considerado el ¨²ltimo de los maestros escandinavos y autor de uno de los edificios-icono del siglo XX, la ?pera de Sydney. Para recibir este galard¨®n, creado por la Fundaci¨®n Hyatt hace 25 a?os, dotado con 100.000 d¨®lares y cuyo prestigio es equivalente al Nobel, Utzon dejar¨¢ su retiro mallorqu¨ªn de Portopetro y acudir¨¢ a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde el pr¨®ximo d¨ªa 20 de mayo tendr¨¢ lugar la ceremonia de entrega. El jurado de esta edici¨®n destaca el trabajo de este maestro de maestros (entre otros, Rafael Moneo, tambi¨¦n premio Pritzker) y considera que ha realizado una obra "intemporal y ejemplar".
Presidido por lord Rothschild e integrado por el desaparecido Giovanni Agnelli, la historiadora Ada Louise Huxtable y los arquitectos Carlos Jim¨¦nez, Jorge Silvetti y Frank Gehry (galardonado con el Pritzker en 1989), el jurado de esta edici¨®n ha destacado el car¨¢cter intemporal y ejemplar de la obra de J?rn Utzon. El arquitecto dan¨¦s, que tras la odisea de Sidney se construy¨® una casa en Mallorca y fue poco a poco apart¨¢ndose del mundo de la arquitectura, recibir¨¢ en Madrid el mayor de los reconocimientos profesionales y el c¨¢lido homenaje de unos colegas que no le han olvidado ni en su ausencia.
A pesar de que abandon¨® el ejercicio profesional prematura y voluntariamente, no frecuenta los c¨ªrculos arquitect¨®nicos ni es amigo de homenajes, nadie ha olvidado a J?rn Utzon. No s¨®lo es un maestro para maestros como Rafael Moneo -quien trabaj¨® en su estudio-; su personalidad y su obra despiertan una admiraci¨®n rayana en el fervor entre los arquitectos m¨¢s j¨®venes y los estudiantes, para quienes Utzon es un modelo no s¨®lo por los edificios que construy¨® y proyect¨®, sino por su particular manera de entender la arquitectura y la coherencia sin fisuras de su trayectoria.
Hijo de un ingeniero naval cuyos dise?os de yates a¨²n est¨¢n en producci¨®n, J?rn Utzon naci¨® en Copenhague el 9 de abril de 1918. Atra¨ªdo primero por la profesi¨®n paterna e influido despu¨¦s por un t¨ªo escultor, acab¨® decidiendo que a trav¨¦s de la arquitectura podr¨ªa canalizarse mejor su pasi¨®n por el dibujo. Fueron sus dotes como dibujante y no sus calificaciones escolares las que decidieron su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague.
Maestros de un joven
Al terminar sus estudios en 1942, Utzon, como muchos compatriotas, se traslad¨® a Suecia, pa¨ªs neutral durante la II Guerra Mundial, donde trabaj¨® hasta el final de la contienda. All¨ª conoci¨® de primera mano la obra de Erick Gunnar Asplund, que hab¨ªa fallecido dos a?os antes, como despu¨¦s conocer¨ªa la de Alvar Aalto, en cuyo estudio colabor¨®, y la de Frank Lloyd Wright, a quien visit¨® en Taliesin.
Los tres, Asplund, Aalto y Wright, fueron los maestros del joven Utzon, a quien sin embargo le quedaba a¨²n mucho por aprender. Durante la d¨¦cada siguiente viaj¨® incansablemente; recorri¨® medio mundo y en ese periplo descubri¨® en M¨¦xico las plataformas construidas por los mayas para levantar sus templos aisl¨¢ndolos de la selva en Yucat¨¢n, Uxmal o Chichen Itz¨¢. En un texto de 1962 titulado Plataformas y mesetas, el arquitecto describe la sensaci¨®n que le produjo pasar de la mara?a de vegetaci¨®n cerrada al horizonte abierto que se disfruta desde esas plataformas, y la compara con lo que experimentaba al ver salir el sol en Escandinavia tras semanas interminables de oscuridad y lluvia. En su obra maestra, la ?pera de Sidney, las delicadas conchas de hormig¨®n que cubren los auditorios se posan sobre un robusto z¨®calo que contiene el resto del programa. Utzon no estaba en 1973 en la apertura de la ?pera de Sidney y nadie mencion¨® su nombre en los discursos. Hab¨ªa abandonado las obras en 1966, frustrado despu¨¦s de a?os intensos de lucha para preservar la integridad del proyecto, donde se concentran los valores de un Premio Pritzker: su extraordinaria inventiva formal, su intuici¨®n como constructor, su sensibilidad hacia las cualidades de los materiales o su capacidad para interpretar las claves que proporciona el entorno.
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