Luis suspende en San Mam¨¦s

A medida que a Luis Aragon¨¦s le fue sonando el despertador de los cambios, ¨¦se que se impone para realizarlos siempre en funci¨®n de la hora no de las necesidades, al Atl¨¦tico se le fue escapando poquito a poco el partido. Primero fue Javi Moreno (m. 58), que entr¨® por Jos¨¦ Mari para no hacer nada de nada. Luego Aguilera (m. 70), que sustituy¨® a Luis Garc¨ªa para ocupar una banda, la izquierda, que no sabe pisar. Y finalmente Stankovic (m. 75), que sali¨® para reordenar t¨¢cticamente al equipo, s¨ª, pero que no supo alcanzar el f¨²tbol que Jorge dibuj¨® mientras le alcanz¨® el aire. El Atl¨¦tico fue de m¨¢s a menos con los cambios, ahog¨¢ndose en San Mam¨¦s justo cuando parec¨ªa que lo iba conquistando. Con su maniobras, Luis Aragon¨¦s dio a entender que iba decididamente a por el partido, porque su equipo ganaba te¨®ricamente gente de ataque, pero lo que hizo fue perderlo. El Athletic cambi¨® mejor: Ocio acudi¨® a la hora de juego para recuperar el ox¨ªgeno que le faltaba a Gurpegui y Yeste sali¨® a nueve minutos del final para ganar el encuentro. Agarr¨® el primer bal¨®n en la mitad del campo del rival, levant¨® la mirada y le lanz¨® un pase profundo y medido a Ezquerro, que le gan¨® la espalda a Aguilera, control¨® y fusil¨® a Esteban.

El choque naci¨® subido de ritmo. Con el Athletic decidido a hacerse con los mandos a empujones, a golpe de coraz¨®n, y el Atl¨¦tico dispuesto a conquistarlo a la contra. Los de casa arrancaron alguna ocasi¨®n a su manera (sobre todo, un cabezazo de Urzaiz al larguero), pero llevaron m¨¢s carga de da?o en sus ara?azos los visitantes. En dos respuestas fulgurantes a dos avisos del Athletic, Luis Garc¨ªa y Sergi se plantaron c¨®modamente ante Aranzubia, pero el cancerbero vasco estuvo soberbio.

La t¨¢ctica de Heynckes, que homenaje¨® a los nost¨¢lgicos del f¨²tbol de otros tiempos con dos marcajes individuales (Gurpegui sobre Jorge y Prieto encima de Fernando Torres), favorec¨ªa a los madrile?os. El Atl¨¦tico perd¨ªa a su estrella, vigilado de forma obsesiva -siempre por Prieto, pero tambi¨¦n Karanka y el que fuera se un¨ªan a la m¨ªnima a la fiesta; el Athletic acud¨ªa con todo a las ayudas-, pero ganaba agujeros por donde colarse. A la que Torres se iba hacia un lado, y arrastraba detr¨¢s de s¨ª a todo el Athletic, aparec¨ªa un hueco claro. Jorge, cada vez m¨¢s l¨²cido, los descubri¨®, pero la torpeza madrile?a en el remate, unida a la inspiraci¨®n de Aranzubia, le privaron del premio a sus pases.

Los sustos le bajaron el vacil¨®n al Athletic, que retrocedi¨® metros y apag¨® sus ganas de ataque. Y as¨ª fue como el Atl¨¦tico, pese al desastroso encuentro de Movilla y Emerson, fue apoder¨¢ndose de la pelota. El Athletic ense?aba a Arriaga y Ezquerro por los costados, muy h¨¢biles y muy constantes -especialmente el primero-, y un poco a Alkiza, al que se le agrandaba su zurda, no especialmente brillante ayer, por la ceguera de su pareja de oponentes. Y poco m¨¢s.

El duelo viraba del lado madrile?o. El poco juego del Athletic se daba de bruces siempre con la imponente pareja de centrales del Atl¨¦tico. Muy seguro Hibic, con sus limitaciones cuando el bal¨®n se viene abajo, y sensacional Coloccini, al que cada vez se le advierten m¨¢s maneras de central de los grandes. Es r¨¢pido en la anticipaci¨®n, inteligente para decidir cu¨¢ndo conviene el corte y cu¨¢ndo el despeje, cu¨¢ndo la conducci¨®n y cu¨¢ndo el amague; es poderoso por alto y por bajo, contundente y hasta t¨¦cnico si la ocasi¨®n lo requiere.

Tan protegida sinti¨® su porter¨ªa por los centrales, pese a la nueva sesi¨®n de nervios de Esteban, y crecido tambi¨¦n por el recelo del rival a seguir atacando, que Luis se decidi¨® a mover las tuercas del ataque nada m¨¢s comenzar el segundo tiempo: Jos¨¦ Mari dej¨® la banda y se uni¨® a Torres como segundo delantero; Jorge se escor¨® un poco a la derecha, y Contra, desde el lateral, tom¨® ese costado. La variante t¨¢ctica le entreg¨® del todo la pelota, pero le cerr¨® tambi¨¦n los ataques. El aumento de delanteros atasc¨® al Atl¨¦tico en las cercan¨ªas del ¨¢rea, que, ya que el Athletic insist¨ªa en las marcas individuales, tambi¨¦n se llenaron de defensas. Con todo, en otra contra, los madrile?os volvieron a acariciar el gol en un env¨ªo franco de Luis Garc¨ªa que Jos¨¦ Mari pifi¨®.

Por posesi¨®n m¨¢s que nada, el partido viraba del lado Atl¨¦tico... Y entonces le son¨® el despertador a Luis. El t¨¦cnico se puso a hacer cambios porque s¨ª (el de Javi Moreno, que ni se movi¨®, fue especialmente doloroso) y el duelo (y de paso Europa) se le escap¨® al Atl¨¦tico de las manos.