El pintor recuperado

La venta de algarrobas y de unas partidas de seda han sido algunos de los datos registrados que han permitido dibujar lo que fue la vida de Urbano Fos, un pintor del siglo XVII que, durante demasiados a?os, ha permanecido en el olvido. No fue famoso y, tampoco, conocido, pero su obra le report¨® encargos para la iglesia mayor de Santa Mar¨ªa de Castell¨®n, la iglesia de San Juan de Morella, la cartuja de Valldecrist o el convento del Carmen de Valencia. Sin embargo, hasta hace poco, algunos de sus lienzos fueron atribuidos a Francisco Ribalta, a quien, como se?ala uno de los comisarios de la exposici¨®n, Fernando Benito, se atribuy¨® toda la pintura seiscentista de cierta calidad. Pero es el propio Benito quien califica a Fos como "el pintor m¨¢s importante del per¨ªodo barroco en Castell¨®n" y el que reivindica su nombre, "ca¨ªdo en el olvido hasta perderse su memoria hist¨®rica".

Sus cuadros no adornaron salones concurridos, ni casas de notables, pero ahora, el Museu de Belles Arts de Castell¨®n acoge, hasta el 15 de junio, una amplia recopilaci¨®n de la obra de este tortosino de nacimiento y castellonense de adopci¨®n.

La sala de exposiciones temporales muestra los lienzos de quien plasm¨® im¨¢genes, todas ellas religiosas, en las que se perciben tambi¨¦n las influencias de Pedro Orrente y de Jacinto de Espinosa. Dieciocho cuadros, entre los que se encuentran dos recientemente adquiridos por la Generalitat Valenciana, los lienzos de San Roque y San Lorenzo. Sin embargo, de las paredes no cuelgan dos telas pertenecientes al Museo del Prado, que representan a San Vicente M¨¢rtir y San Vicente Ferrer, que compr¨® Carlos IV en 1802.

Su estilo, tal como relata Benito, "se muestra heredero de la tradici¨®n ribaltina con ciertos ecos de Espinosa, con tipos recios y s¨®lidas figuras de tono severo y aplomado, con sombreados vigorosos de gusto tenebrista". Adem¨¢s, se ha editado un cat¨¢logo que incluye un listado sobre los datos cronol¨®gicos y referencias documentales sobre el pintor, recopiladas por otro de los comisarios de la exposici¨®n, Ferran Olucha.

En cualquier caso, San Roque es una de las im¨¢genes repetidas en los cuadros de Urbano Fos y el motivo se encuentra en que ¨¦ste fue santo protector contra la peste, epidemia que el pintor debi¨® vivir de cerca ya que, tal como se ha sabido, fue el encargado de acompa?ar al m¨¦dico que, desde Tortosa, viajaba a Valencia para conocer el estado sanitario de la capital del Reino.

Pese a lo poco que se conoce de Fos, sobre ¨¦l ronda una an¨¦cdota o leyenda que tiene que ver con una de sus obras: el retrato del fraile Jer¨®nimo L¨®pez. Cuenta Gin¨¦s Mar¨ªa Mu?oz que el pintor fue llamado para retratar a fray Jer¨®nimo ya difunto y mientras utilizaba el pincel y ante el cad¨¢ver dijo: "Santo M¨ªo, qui¨¦n fuese tan dichoso que os siguiera; a vuestra intercesi¨®n me encomiendo". Acab¨® el retrato, volvi¨® a casa y, a los dos d¨ªas, fue v¨ªctima de la enfermedad que acab¨® con su vida.

Puede que sus lienzos no tengan el brillo y la fuerza de los grandes maestros de la ¨¦poca, pero demostr¨® ser un alumno aventajado y, ahora, lo m¨¢s importante, recuperado. Y con las puertas abiertas para que su vida y su obra ocupen el tiempo de alg¨²n investigador que abunde en la historia de este tramo hist¨®rico de Castell¨®n y en el porqu¨¦ de sus rostros ovales y ojos menudos.