Efectos ambientales en la salud infantil

El desarrollo f¨ªsico, social e intelectual de los ni?os, desde su concepci¨®n hasta la adolescencia, requiere un ambiente no agresivo. Por ello cada vez resulta m¨¢s necesario el estudio de los contaminantes ambientales que pueden producir enfermedades infantiles o ser causa de problemas en el desarrollo del ni?o. Ayer, como cada 7 de abril, se celebr¨® el D¨ªa Mundial de la Salud, centrado este a?o en el lema Preparemos el futuro de la vida: ambientes saludables para los ni?os.

Los ni?os no son peque?os adultos. Son m¨¢s vulnerables al entorno, tanto por sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas como por sus comportamientos. Su cuerpo se encuentra todav¨ªa muy inmaduro, especialmente sus sistemas neurol¨®gico, inmunol¨®gico y digestivo. Sus mecanismos de protecci¨®n biol¨®gica y anat¨®mica no est¨¢n tan desarrollados como los de los adultos. Consumen m¨¢s alimentos, beben m¨¢s l¨ªquidos y respiran m¨¢s aire que los adultos, en proporci¨®n con la masa de su cuerpo. Y adem¨¢s, sus patrones de conducta (gatear, colocarse objetos en la boca, etc¨¦tera) les exponen directamente a numerosos contaminantes ambientales.

El n¨²mero de enfermedades en la infancia asociadas a un entorno contaminado es cada vez mayor, pero son sobre todo aquellas exposiciones ambientales que ocurren durante la vida intrauterina o durante las primeras etapas de la vida las que se asocian a mayores problemas en el desarrollo neuroconductual, inmunitario y sexual. La nutrici¨®n materna durante la gestaci¨®n, la lactancia y la nutrici¨®n infantil son factores decisivos en este sentido. Por un lado, como posible fuente de exposici¨®n a contaminantes y, por otro, como fuente de componentes protectores para la salud.

La mayor¨ªa de nuestros cuerpos contienen niveles apreciables de compuestos org¨¢nicos persistentes. Estos compuestos son muy estables y se acumulan en los tejidos grasos con mucha facilidad. Por eso, a pesar de la disminuci¨®n de su uso, se contin¨²an hallando en los seres humanos, de generaci¨®n en generaci¨®n. Actualmente, en casi todos los reci¨¦n nacidos se detectan residuos de compuestos como alg¨²n derivado del insecticida DDT o los PCB (aislantes ampliamente utilizados para usos industriales).

La OMS, en la declaraci¨®n de Bangkok de Marzo de 2002, el convenio de Estocolmo sobre compuestos org¨¢nicos persistentes (cuya ratificaci¨®n por el Parlamento espa?ol est¨¢ en curso) y la Uni¨®n Europea en la formulaci¨®n del VI Programa Marco de Investigaci¨®n declaran la prioridad de investigar los niveles ambientales de estos compuestos y sus efectos sobre el desarrollo de los ni?os. Pero tambi¨¦n en nuestro entorno se han puesto en marcha importantes iniciativas.

El proyecto Infancia y Medio Ambiente (Inma) (www.infanciaymedioambiente.org), coordinado desde el Instituto Municipal de Investigaci¨®n M¨¦dica (IMIM) de Barcelona, re¨²ne a una red de grupos para estudiar en distintas zonas geogr¨¢ficas de Espa?a el papel de los contaminantes ambientales m¨¢s prevalentes en el aire, agua y dieta. Esta red incluye grupos de distintas universidades y centros de investigaci¨®n que han trabajado en este campo (Universidad Pompeu Fabra, Hospital Universitario San Cecilio de Granada, IB-SALUT de Menorca, Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas de Barcelona, Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Alicante, Hospital Universitario La Fe de Valencia e Instituto de Salud Carlos III de Madrid).

La red Inma seguir¨¢ de manera prospectiva el desarrollo de unos 5.000 reci¨¦n nacidos desde la gestaci¨®n hasta la adolescencia en distintas ¨¢reas geogr¨¢ficas. Se evaluar¨¢n factores gen¨¦ticos, nutricionales, biol¨®gicos, ambientales y psicosociales durante la gestaci¨®n y despu¨¦s del nacimiento. Y se determinar¨¢n sus efectos sobre el desarrollo intrauterino y neuroconductual, la inmunidad y el sistema hormonal. Los resultados de estos estudios, que ir¨¢n apareciendo en los pr¨®ximos a?os, servir¨¢n para conocer el grado de exposici¨®n de los ni?os de varias de las comunidades aut¨®nomas y su impacto en la salud p¨²blica.

N¨²ria Ribas-Fit¨® y Jordi Sunyer son investigadores del Instituto Municipal de Investigaci¨®n M¨¦dica (IMIM).