La exposici¨®n a pesticidas multiplica por cuatro el riesgo de padecer c¨¢ncer de mama
Hace tiempo que se sabe que ciertos elementos ambientales favorecen la aparici¨®n del c¨¢ncer de mama. Pero la cuantificaci¨®n del efecto de estos factores externos ha resultado ser muy complicada. Ahora, un equipo de investigadores andaluces ha establecido una relaci¨®n entre la actividad estrog¨¦nica inducida por contaminantes qu¨ªmicos, concretamente por pesticidas organoclorados, y el riesgo de padecer c¨¢ncer de mama. Sus resultados son llamativos: las pacientes con niveles m¨¢s altos de estrogenicidad debida a pesticidas presentan un riesgo cuatro veces mayor de padecer la enfermedad que aquellas otras pacientes con niveles indetectables o muy bajos.
El estudio se ha realizado con 198 enfermas de los hospitales de Granada y Almer¨ªa. Todas las pacientes ten¨ªan rastros de t¨®xicos organoclorados en su cuerpo, y en algunos casos se han llegado a hallar hasta 17 pesticidas diferentes en el tejido mamario de una sola persona. La investigaci¨®n ha sido dirigida por Nicol¨¢s Olea, catedr¨¢tico de Medicina de la Universidad de Granada e investigador del Hospital Cl¨ªnico de dicha localidad.
"Las mujeres se limpian de contaminantes al parir y al dar de mamar"
Se han encontrado hasta 17 pesticidas diferentes en el tejido mamario de una mujer
Esta acci¨®n de los pesticidas sobre el sistema endocrino no es un caso singular. Hasta hoy se han descrito unos 568 productos qu¨ªmicos que act¨²an sobre nuestras hormonas. Son compuestos que mimetizan, suplantan o modulan la acci¨®n hormonal, y por ello se denominan disruptores endocrinos. Entre ellos est¨¢n los pesticidas organoclorados que, entre otros efectos, aumentan la actividad y cantidad de los estr¨®genos. Y el aumento de la actividad estrog¨¦nica favorece el desarrollo de los procesos tumorales.
Cabe preguntarse si la situaci¨®n de las pacientes estudiadas por la Universidad de Granada es excepcional debido a una exposici¨®n particularmente alta a pesticidas. En 2001, el mismo equipo de investigadores encontr¨® en la leche materna de mujeres de las provincias de Granada y Almer¨ªa rastros de numerosos pesticidas, como aldrin, dieldrin, DDT y sus metabolitos, lindano, metoxicloro, endosulfan y otros. Nicol¨¢s Olea afirma que no se trata de un caso especial: "Todo el mundo est¨¢ expuesto a la acci¨®n de los contaminantes porque se incorporan involuntariamente a trav¨¦s de los alimentos".
Aunque se ingieren a dosis muy bajas, el problema es que son bioacumulables: el organismo los guarda en el tejido adiposo, y su concentraci¨®n aumenta con el tiempo y acaba alterando nuestras hormonas, como el ejemplo del c¨¢ncer de mama pone en evidencia.
Los estudios epidemiol¨®gicos realizados indican que hay tres grandes elementos que reducen el riesgo de padecer c¨¢ncer de mama: tener hijos antes de los 19 a?os, tener m¨¢s de cuatro hijos y haber invertido m¨¢s de 36 meses en la lactancia. Las mujeres que cumplen estas condiciones est¨¢n misteriosamente protegidas ante la enfermedad, sin que exista una explicaci¨®n l¨®gica del porqu¨¦. Nicol¨¢s Olea propone una: "Las mujeres se limpian de contaminantes al parir y al dar de mamar. Como los compuestos organoclorados se disuelven en la grasa, son transportados mediante la leche, de manera que la madre se detoxifica durante la lactancia y pasa los t¨®xicos al ni?o". Hasta el punto que durante el primer embarazo la mujer elimina entre el 40% y el 50% de los contaminantes organoclorados acumulados hasta entonces en su cuerpo. Por consiguiente, seg¨²n Olea, tener muchos hijos y darles de mamar durante un periodo acumulado de unos tres a?os permitir¨ªa limpiar el organismo de la madre lo suficiente como para disminuir el peligro de c¨¢ncer de mama de una forma visible.
Este proceso implica que el ni?o recibe dosis importantes de t¨®xicos durante sus primeros meses de vida. Pero a pesar de ello, se considera que el beneficio de la lactancia supera el riesgo de exposici¨®n a los contaminantes incluidos en la leche materna.
Otro de los resultados singulares de este trabajo es que se ha observado un riesgo entre seis y tres veces superior de padecer c¨¢ncer de mama para las mujeres que tienen estudios universitarios y ejercen cargos directivos que en las mujeres sin estudios o que son amas de casa. La posible explicaci¨®n es que "las universitarias suelen ser profesionales activas y tienen pocos hijos, o ninguno, y si han dado de mamar lo han hecho durante poco tiempo, con lo cual concentran todos los factores de riesgo", seg¨²n Nicol¨¢s Olea.
Estas investigaciones ponen de manifiesto una vez m¨¢s la relaci¨®n entre medio ambiente y salud. La OMS considera que un tercio de todas las enfermedades se deben a causas ambientales, porcentaje que asciende al 40% en el caso de los ni?os. En el caso concreto del c¨¢ncer, las causas gen¨¦ticas suponen apenas un 10% de los casos. El resto se debe "a lo que comemos, bebemos, respiramos..., a nuestro estilo de vida", seg¨²n Olea, aunque algunos elementos cancer¨ªgenos se incorporan a nuestra dieta sin habernos pedido permiso.
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