Permiso para un beb¨¦ de dise?o
Un ni?o ser¨¢ concebido con selecci¨®n gen¨¦tica para salvar a su hermano
Zain Hashmi tiene cuatro a?os. Cada tres o cuatro semanas ha de recibir una transfusi¨®n de sangre que le permite regenerar sus gl¨®bulos rojos. Si no recibiera esa transfusi¨®n cada dos por tres tres, su cuerpo se ir¨ªa debilitando, su respiraci¨®n se har¨ªa cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Morir¨ªa en poco tiempo. S¨®lo hay un remedio para curar esa enfermedad: un trasplante de m¨¦dula procedente de un donante con determinadas condiciones, algo casi imposible de conseguir. Los padres de Zain ganaron ayer una interminable batalla judicial para crear ese donante: concebir un beb¨¦ de dise?o con las caracter¨ªsticas gen¨¦ticas necesarias para el trasplante.
Para la familia Hashmi, el proceso judicial que termin¨® ayer con la sentencia definitiva del Tribunal de Apelaci¨®n, el recorrido por los pasillos de la Administraci¨®n brit¨¢nica, ha sido una ducha escocesa. La Autoridad para la Fertilizaci¨®n y Embriolog¨ªa Humana acept¨® en febrero del a?o pasado la petici¨®n presentada por los Hashmi con el aval del Centro para la Reproducci¨®n Asistida de Nottingham, en el centro de Inglaterra.
El Tribunal de Apelaci¨®n brit¨¢nico desautoriza al Parlamento en favor de la familia Hashmi
Pero el Tribunal Supremo emiti¨® en diciembre una sentencia que echaba por tierra el permiso administrativo. Ayer, el Tribunal de Apelaci¨®n anul¨® esa sentencia y emiti¨® el veredicto definitivo, dando su visto bueno al beb¨¦ de dise?o, pero bajo estrictas condiciones que impidan que su fallo se pueda interpretar como una luz verde generalizada a las modificaciones gen¨¦ticas in vitro.
En el Reino Unido se pod¨ªa ya elegir un embri¨®n para evitar que el beb¨¦ naciera con una enfermedad cong¨¦nita. Lo que autoriz¨® ayer la justicia fue seleccionar un embri¨®n con el expreso objetivo de que sus c¨¦lulas puedan ser utilizadas para sanar a otro ni?o enfermo.
A pesar del dramatismo del caso y de condenar a una muerte casi segura a Zain Hashmi, para el que las transfusiones son cada vez menos eficaces combatiendo su enfermedad, los movimientos pro-vida se opon¨ªan a crear un beb¨¦ de dise?o por razones morales. "Es una derrota para la sociedad en su conjunto y, desde luego, una derrota inmensa para el Parlamento", que fue el que derog¨® el primer fallo a favor de la familia Hashmi cuando en diciembre actu¨® con sus prerrogativas de Tribunal Supremo.
La familia, claro, se ha declarado "absolutamente encantada", aunque no hay garant¨ªas ni de que se pueda obtener el embri¨®n gen¨¦ticamente adecuado ni de que luego, una vez nacido el hermano de Zain, el trasplante de m¨¦dula remedie definitivamente su enfermedad. "Tengamos o no tengamos ¨¦xito, esta decisi¨®n ha dado a Zain nuevas esperanzas", proclam¨® ayer Shahana, la madre del peque?o. "Hemos dicho desde el principio que en el centro de este caso est¨¢ nuestro hijo, un ni?o que sufre enormemente", a?adi¨®.
El doctor Simon Fishel, del Centro de Reproducci¨®n Asistida de Nottingham, se declar¨® tambi¨¦n "encantado por los Hashmi en particular y tambi¨¦n por los dem¨¢s pacientes que podr¨¢n tambi¨¦n acogerse a este tratamiento en el Reino Unido". Se estima que unas 100.000 personas en todo el mundo sufren esta rara enfermedad, llamada talasemia. "Me alivia tambi¨¦n el que esta sentencia deje claro de una vez por todas que es la Autoridad para la Fertilizaci¨®n y Embriolog¨ªa Humana el organismo responsable a la hora de otorgar las licencias reguladoras para aplicar este tratamiento", a?adi¨®.
"Desde el punto de vista de las inquietudes de los ciudadanos, no hay raz¨®n para alarmarse porque, al igual que en el caso de los Hashmi, el procedimiento a seguir va a estar siempre altamente regulado por la Autoridad de Fertilizaci¨®n, que aplica condiciones muy estrictas, que se estudian caso a caso", asegur¨® el doctor Fishel.
La autoridad reguladora ha dejado muy claro siempre que las autorizaciones para aplicar esta t¨¦cnica se conceden siempre caso a caso y que nunca se abrir¨¢n las puertas a la creaci¨®n de beb¨¦s dise?o por el mero placer de elegir, por ejemplo, el color de los ojos de la criatura.
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